La pandemia por el COVID supuso un cambio en la vida de la población española. Un efecto fue la reducción del turismo de masas en favor del rural, un turismo que ha ido ganando adeptos, convirtiéndose en uno de los motores económicos de la España vaciada.
El negocio se ha estimado en 430 millones de euros al año actualmente y una generación de 10.000 empleos directos y 32.000 puestos de trabajo indirectos, con una tasa de pernoctación del 45,6%, según el Observatorio del Turismo Rural, con un gasto por viajero de 95 euros diarios. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de pernoctaciones en los alojamientos rurales se situó en más de 9,5 millones de pernoctaciones el pasado año.
El fomento de estas actividades de ocio en las zonas rurales por parte de las Administraciones Públicas es una de las claves para conseguir el mayor reto con el que se enfrenta el turismo rural, “la desestacionalización”, y para lograr un flujo de visitantes continuo durante todo el año, mediante campañas de promoción turística del medio rural y la identificación y comunicación de los atractivos de cada zona. Castilla y León ha apostado por el turismo rural a través del Plan de Territorial de Sostenibilidad Turística con la participación de las Diputaciones y los Ayuntamientos para poner en valor el patrimonio natural, convirtiéndose en líder con casi 850.000 viajeros.
La cercanía a las grandes ciudades, como en el caso de Segovia, marca tendencia, como exponen las plataformas online: Booking.com y Airbnb, al mismo tiempo que una de cada cuatro pymes se sitúan en poblaciones con menos de 5.000 habitantes.
La mejora en la conectividad digital impulsará el “ecommerce” y el fomento del teletrabajo, que seguirán contribuyendo al desarrollo de las zonas rurales, una oportunidad para los jóvenes por el atractivo del precio de la vivienda y de las ofertas de empleo.
Segovia cuenta con 419 establecimientos dedicados al turismo rural y 4.136 plazas según el I.N.E., con 665 empleos. El turismo rural puede convertirse en un sector estratégico en Segovia, basado en una correcta gestión de sus características particulares. Junto con el turismo de “sol y playa”, el turismo rural puede consolidarse como el tercer modelo con mayor valor añadido y más sostenible. Este turismo rural puede constituir una fuente de recursos para algunas zonas más despobladas de la geografía provincial. El reto demográfico es una prioridad en la que el turismo rural puede jugar un papel fundamental irradiando un desarrollo para el conjunto del tejido productivo y social del medio rural, basado en nuestro patrimonio natural y cultural. Lo que requerirá luchar contra la atomización del tejido empresarial que impide el desarrollo de sinergias el dinamismo que se produce en otros entornos empresariales en los que las empresas de mayor tamaño se retroalimentan entre sí produciendo beneficios y el desarrollo de procesos de innovación conjuntos. Será necesario la mejora de los canales de comercialización y poner en valor nuestro patrimonio natural, histórico y cultural, basado en nuestro patrimonio etnográfico, monumental, gastronómico. Contamos así con el atractivo del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, los Palacios Reales de la Granja y Riofrío, castillos como el de Turégano, Coca y Cuéllar, las localidades singulares de Sepúlveda y Pedraza, el mar de pinares entre Nava de la Asunción y Navas de Oro, las Hoces del Duratón, las actividades deportivas y deportes de nieve en Riaza y tantos otros parajes naturales o monumentales, que constituyen la base para un futuro brillante del turismo rural en Segovia.
