Dicen que a perro flaco, todo son pulgas. Pues la Gimnástica Segoviana estaba siendo ese perro últimamente, incapaz de hacerse con una victoria, pese a su buen hacer, que le acercara, aunque fuera un poco, a los puestos permanencia en Primera RFEF. Y parecía que al perro ayer le saldría una pulga más, después de que, tras ir ganando durante casi todo el partido ante el Sestao River, su rival igualara la contienda en el minuto 86. El colmo hubiera sido otro gol el contra, que habría descendido al cuadro azulgrana matemáticamente. Pero, por esta vez, el perro pudo alzarse y sacudirse, al fin, las pulgas. Todo gracias a un milagroso gol de Hugo Díaz en el último suspiro. Un tanto que pone la salvación a tres puntos a falta de dos jornadas. Sigue siendo difícil, sí, pero ya no imposible.
Ramsés Gil apostó de nuevo por una defensa de cinco, con una serie de matices y dos caras nuevas en el once como fueron la presencia de Rubén y de Astray, que debían encargarse de los costados. El Sestao River apretó en los primeros minutos ante una Segoviana que achicaba agua en un arranque de partido marcado por la lluvia. Fruto de ese agobio, los visitantes avanzaron algo sus líneas y, a base de envíos largos a sus puntas, ganaban metros generando cierta inquietud a su oponente. Astray tuvo la primer ocasión gimnástica a la salida de un córner, mientras Leandro respondía con celeridad para el conjunto vasco con un remate que se marchó fuera por centímetros.
Del posible 1-0 se pasó, en cuestión de segundos, al 0-1. Un gol que llegó en una rápida transición con pase filtrado excelente de Fernán al desmarque de Joshua Farrel, que supo coger muy bien la espalda al lateral para definir con frialdad en el mano a mano frente a Iago Herrerín. Explotaba la alegría en la Segoviana con el quinto gol de la campaña del delantero, pero el choque era un auténtico toma y daca con ambos conjuntos volcados al ataque. De hecho, no había pasado ni siquiera un minuto del gol visitante cuando Asier Córdoba, en posición inmejorable dentro del área, no encontró los tres palos de puro milagro.
La lluvia se tomó un respiro, pero no el partido, con ocasiones peligrosas en ambas áreas. Un disparo desde la media luna de Fer Llorente se quedó a escasos centímetros del objetivo, poco antes de que Astray sobre la línea otro centro envenenado con marchamo de gol. No bajaba la intensidad a pesar de que los azulgrana intentaban aplicar el cloroformo necesario, aunque apenas le duraba la posesión. Y al borde del descanso llegaba un gran susto, cuando Diego Aznar marcaba el que hubiera sido el empate de no ser porque el colegiado, Pozueta Rodríguez anulaba un gol por mano. Protestaba el Sestao, respiraba la Segoviana.
Del hundimiento al milagro
Tras el paso por los vestuarios, el encuentro se volvió más trabado, con mucha pelea, pero ahora con las defensas mucho más seguras. El equilibrio en la medular hacía pasar los minutos sin mayor novedad, con una Gimnástica Segoviana bastante cómoda ante un oponente demasiado nervioso y poco clarividente. Justo cerca de la hora de encuentro, un chispazo de Asier Córdoba acabó en la cruceta ante un Héctor Oliva batido. Otro gran susto dentro de un oasis de cierta tranquilidad, con el buen trabajo de los de Ramsés Gil, que rozaron el segundo con un disparo desde la larga distancia de Fer Llorente.
Eran los mejores momentos de los de Ramsés Gil, que mantenían el balón en su poder durante mucho tiempo en campo contrario. La victoria parecía estar muy cerca, pero, a cuatro minutos del final, llegó el doloroso empate. Y de la forma más inesperada. Berlanga regaló, sin oposición, un saque de esquina y, en el rechace del mismo, Gorka Garai se fabricó un trallazo a media altura para restablecer la igualada.
A partir de ese momento llegó el caos, con una Gimnástica Segoviana frustrada y a la que solo le valía la victoria. Y, de hecho, en esos últimos y frenéticos minutos, el Sestao River desperdició hasta tres claras ocasiones que, de haber entrado, habrían mandado a la Segoviana a Segunda RFEF.

Sin embargo, cuando todo apuntaba a que el partido acabaría de la peor manera, surgió el milagro. En el último suspiro, en el último instante del tiempo añadido, un balón suelto en el corazón del área del Sestao River llegó a los pies de Hugo Díaz, que, con un remate blando, llevó con suspense el balón al fondo de las mallas. Al centrocampista le bastaron 10 minutos sobre el césped para mantener con opciones de salvar la categoría a la Gimnástica Segoviana.
Dos finales
Tras el tanto y el pitido final, la locura se apoderó de los jugadores y del cuerpo técnico de la Segoviana (no era para menos), que celebraron el importante triunfo con los pocos aficionados gimnásticos que se desplazaron hasta Sestao a ver el partido.
Eso sí, tras el delirio, ahora a la Gimnástica le toca agarrarse, porque vienen las últimas curvas de la temporada. Y qué curvas. Con la salvación a tres puntos, a la Segoviana le toca enfrentarse en casa ante el Gimnàstic de Tarragona y fuera al Zamora (17 y 24 de mayo, ambos a las 19.00), dos rivales durísimos en plena lucha por el playoff de ascenso. Sin embargo la Segoviana podrá afrontar estos encuentros con la moral por las nubes tras el milagro de Sestao.
Además, a sus rivales directos por la salvación (principalmente, Sestao, Lugo, Real Unión y Osasuna ‘B’) también les esperan partidos complicados, incluso alguno entre ellos. Los hombres de Ramsés Gil estarán muy atentos a ellos en ambas jornadas (que se disputarán en horario unificado), ya que no dependen de sí mismos. Pero si hacen sus deberes, habrá algo de esperanza para la salvación. O al menos, como afirmaba Tellechea el viernes, podrán “morir matando”.
