La cita reivindicativa de Miguel Ángel Perera por San Isidro llegó este año en forma de una rotundidad abrumadora. Con una actuación redonda y con un dominio pasmoso, que solo el acero detuvo una repercusión atronadora. El premio se difuminó, pero la faena a un excelente toro de la divisa de Fuente Ymbro quedó en el albero de Las Ventas. En esta ocasión, Perera llegó a Madrid más con el aura de figura que no mira a rivales sino que apuesta con convicción por sus propias capacidades para desmarcarse de los demás y dejar a un lado el ansia de reivindicación. Esta perspectiva se tradujo en su claridad superioridad y templanza. Completaron la terna Ginés Marín, que dio una vuelta al ruedo tras una seria tarde, y Paco Ureña, que dejó detalles del valor que atesora con el primero de su lote pero que no tuvo opciones con su lote.
Con el ejemplar de Fuente Ymbro, de buenas hechuras y con una codicia que ya puso en liza en el capote, Perera fue todo rotunda. Atisbó pronto las virtudes que guardaba ‘Amargado’ y abrazó su bravura con un dominio atronador. Firmó un explosivo comienzo de muleta de rodillas en los medios y después se dejó llegar larga la enclasada embestida del astado para exprimir exigencia a su muleta y someter al excelente toro de Ricardo Gallardo. Muñecas llenas de poderío, De esta manera, Perera se fundió con animal con el que rubricó circulares de mucha enjundia. Colocó el broche final con manoletinas y un pase cambiado de sumo peligro para terminar de redondear una gran obra, que terminó empañando con el uso del acero. Recogió una ovación con galones.

La tarde comenzó con el intercambio del primer toro de Fuente Ymbro por un sobrero castaño del hierro de Chamaco, hondo, bajo, corto de manos y acapachado. Abanto y soso en la salida, manseó en los primeros tercios. En la muleta, Perera intentó llevar cosida su noble embestida con firmeza y torearlo a su favor, y sacó algún pase estimable por el pitón derecho. Esfuerzo del extremeño en una labor prácticamente sórdida de repercusión. En la suerte suprema, metió la mano con facilidad, pero el animal tardó en caer y llegó a escuchar dos avisos.

NOTABLE ACTUACIÓN DE GINÉS MARÍN
Marín pronto mostró su disposición con el tercero de la tarde, un astado montado y con morrillo, que se arrancó con brío tanto en los cites del picador como en banderillas. El joven diestro echó la pierna para adelante para firmar un sobresaliente comienzo de muleta. Con mando y reunión, y con detalles por bajo muy toreros. Marín prosiguió con dos tandas de notables cotas, aprovechado el tranco y recorrido del burel, aunque después la colocación descompuso por momentos una actuación en la que el extremeño dejó muletazos importantes. Finalizó de una estocada caída a la segunda.
Con la salida de dos obreros, el festejo superó las dos horas y media; algo que hizo que el público se incomodara. Cerró la tarde Marín, con una actuación entonada, en la que expuso más que eco tuvo, pues el toro arrojaba peligro en cada pase. Colocaba la cara con riesgo y Marín sujetó los envites a base de dominio. Remató de una buena estocada y dio una vuelta al ruedo.

UREÑA, SIN OPCIONES
El primero del lote de Ureña fue un toro de expresión seria y desarrollado de pitones, que en los trances de inicio no manifestó su comportamiento pero una vez pasado por el chequeo del picador fue mostrando cualidades. Marín ejerció su turno en quites, que replicó Ureña con ajustadísimas gaoneras. Como si de un mimo se tratara, se pasó al voluminoso animal por las espinillas con máxima quietud. Bajo esa línea, el diestro murciano continuó en el inicio muleteril con estatuarios de riesgo entonado. Después, el ejemplar de Fuente Ymbro entró en los engaños con exigencia en dos tandas, donde a Ureña le costó domeñar su embestida y luego la faena se diluyó entre altibajos y desatino a espadas. En su segunda actuación se vio las caras con un sobrero de Chamaco, que no ofreció opciones. Lo intentó Ureña, pero el soso y manso astado no dio opción a lucimiento.
FICHA
Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid). Tercer festejo de la Feria de San Isidro. Caso lleno: 21.698 espectadores. Toros de Fuente Ymbro, serios y bien presentados, excelente el tercero, y Chamaco (primero bis y quinto bis), mansos.
Miguel Ángel Perera, silencio (dos avisos) y ovación (aviso).
Paco Ureña, silencio (aviso) y silencio.
Ginés Marín, silencio y vuelta al ruedo.
