La Junta de Castilla y León se ha sumado al Día Mundial de las Aves Migratorias, que se celebró ayer con rutas ornitológicas, talleres y jornadas de anillamiento científico en varios espacios naturales protegidos de la Comunidad. En Pedraza (Segovia), la Casa del Águila imperial ha realizado una jornada de observación de aves este sábado
Plan de Monitorización
Además, la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio aprovecha esta efeméride para informar del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León.
Explica que desde hace décadas realiza el seguimiento mensual de algunos de los humedales más relevantes de la Comunidad, como las Lagunas de Villafáfila, en Zamora, y varios humedales de Tierra de Campos, en Palencia, o en el embalse de San José en Valladolid.
Además, desde hace años se realiza el seguimiento mensual coordinado de las aves acuáticas migradoras en determinados humedales seleccionados en cada provincia: la laguna de El Hoyo (El Oso), el embalse del Rincón y el embalse de Serones-Río Voltoya, las balsas de riego de Magazos y Las Cogotas en Ávila.
También la laguna de Atapuerca y las lagunas de Bárcena (Gayangos) en Burgos; la laguna de Santiz y el balsón de Santa Marina en León; la laguna de La Nava, la laguna de Boada de Campos y la laguna de Pedraza en Palencia; el Azud de Riolobos, la laguna de El Cristo, las lagunas de La Cervera y de La Zarza en Salamanca; las lagunas de Cantalejo en Segovia; el embalse de Monteagudo de las Vicarías y de la Cuerda del Pozo en Soria; el embalse de San José (Castronuño) en Valladolid; y las Lagunas de Villafáfila en Zamora.
En los seguimientos realizados durante el pasado año, se contabilizaron un total de 198.703 ejemplares de aves acuáticas pertenecientes a 80 especies, detectándose especies migratorias escasas por el interior peninsular, como los vuelvepiedras o los correlimos de Temminck, o especies más comunes y numerosas, como los correlimos comunes o los chorlitejos grandes.
Todas ellas utilizan estas zonas húmedas como zonas de parada y alimentación para continuar sus largos viajes hacia sus zonas de reproducción en latitudes más norteñas o hacia sus zonas de invernada al sur del desierto del Sáhara.
Por otro lado, unas pocas de ellas pasan el invierno en distintos lugares de África y con la llegada de la primavera se desplazan para reproducirse en los humedales de Castilla y León, como las abundantes cigüeñuelas y avocetas o las más escasas pagazas piconegras o las garzas imperiales. Y por último, un grupo llega a nuestras latitudes para pasar el invierno como es el caso de los ánsares comunes y las grullas, comunes presentes en los humedales esteparios de la Comunidad.
Las cinco especies más abundantes fueron el ánade azulón (57.860 ejemplares), la cerceta común (21.155), la avefría europea (19.311), el cuchara europeo (13.351) y el chorlito dorado europeo (9.719), que representan alrededor del 62 % del total de los ejemplares censados durante el año 2024. Por otra parte, se detectaron especies poco habituales como la pagaza piquirroja o el ánsar careto, así como especies raras o accidentales como la avefría social, con una observación puntual de un ejemplar en la laguna de El Oso en Ávila.
