Hace unos días, durante la inspección en un coto privado de caza incluido en el término municipal segoviano de Santiuste de Pedraza, agentes medioambientales del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León observaron a un cazador que estaba recechando a los corzos. Los agentes comprobaron que entre el material que estaba usando el infractor, se encontraba un visor térmico, prohibido según la Ley de Caza de Castilla y León.
El uso de este tipo de dispositivos se constata como una infracción grave que acarrea sanciones con multas que van desde los 2.000 hasta los 10.000 euros y con la posibilidad de retirar la licencia de caza, así como la inhabilitación para obtenerla durante un plazo comprendido entre los uno y los tres años.
Además, en otro coto privado de caza del término municipal de El Cubillo, agentes medioambientales sorprendieron a un cazador que se encontraba empleando un visor térmico mientras realizaba una espera nocturna al jabalí. En este caso, a la sanción administrativa se le añade el agravante de estar cazando en época de veda de una especie sin autorización.
Visores térmicos
En los últimos años, según detallan desde la Junta de Castilla y León, «los agentes observan un incremento del uso de este tipo de visores en el ejercicio de la caza, aunque la gran mayoría de los cazadores está en contra del uso de este tipo de dispositivos, ya que, bajo su punto de vista, desvirtúan la caza y la posibilidad de que las especies se camuflen o mimeticen como método de defensa».
Tal y como continúan explicando, el visor térmico es un dispositivo capaz de captar la radiación de un objeto o ser vivo y convertir esa radiación en un color definido por la temperatura que poseen; por lo que, mediante su empleo en el medio natural, permite localizar animales que se encuentran camuflados en el entorno tanto de día como de noche.
Así, desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente instan «a que los cazadores y gestores cinegéticos que observen este tipo de prácticas ilícitas, lo pongan en conocimiento de los agentes medioambientales para que puedan ser sancionadas», concluyen.
