El Viveros Herol conquistó el siempre exigente pabellón de El Sargal y se alzó con un triunfo de infarto sobre el REBI Cuenca en un duelo que dominó desde una sólida defensa aliñada con una actuación estelar de Mateus Buda bajo palos hasta el despertar conquense en el tramo final que llevó el choque a un final no apto para cardíacos y que se decidió en el último suspiro cuando Pancho Ahumada convirtió un penalti con el tiempo ya cumplido (24-25). Así, el equipo segoviano sumó dos puntos de oro con los que, además de reencontrarse con la victoria lejos del Guerreros Naveros, lo afianza en la ansiada octava posición de la tabla.
El Balonmano Nava protagonizó una gran primera parte en el escenario conquense, imponiendo un ritmo muy alto desde el inicio del encuentro y mostrando una superioridad que le permitió irse al descanso con una ventaja cómoda de cinco goles (10-15). El partido comenzó con una intensidad notable y un constante intercambio de goles entre ambos equipos. Aunque el primer tanto fue obra de Pozzer para el conjunto conquense, los segovianos respondieron rápidamente y se pusieron por delante en el marcador con una ventaja de dos goles. La eficacia ofensiva de los naveros, liderada por Tioumentsev y Mario Nevado, y las primeras intervenciones de Buda bajo palos, les permitieron ampliar la diferencia hasta los cuatro goles.
A partir de ese momento, Cuenca logró frenar momentáneamente la sangría gracias a un parcial de 3-0, apoyado en el juego con el pívot y en varios fallos del Viveros Herol, que llegó a estrellar varios lanzamientos contra los postes. Esa racha acercó a los locales hasta el 6-7. Sin embargo, Balonmano Nava reaccionó con madurez. Pancho Ahumada volvió a marcar diferencias en ataque y, con una defensa más sólida, el equipo segoviano recuperó el control del juego. Alcanzó su máxima ventaja en el minuto 15, con un 6-10 que obligó al entrenador local, Lidio Jiménez, a solicitar un tiempo muerto para tratar de reorganizar al equipo verdinegro.
Buda frena a REBI Cuenca
Tras la pausa, el encuentro cambió de dinámica. Las defensas se ajustaron y los porteros, Buda por parte del Nava y David Mach por Cuenca, empezaron a protagonizar intervenciones clave. El ritmo anotador se redujo notablemente, pero el equipo de Álvaro Senovilla supo mantener la concentración y el orden defensivo, lo que le permitió conservar e incluso ampliar su ventaja en el tramo final del primer acto con el que se llevó una renta de cinco goles (10-15).
Tras el intermedio, el Balonmano Nava no bajó el nivel. Gedeón Guardiola lideró con maestría la defensa, y el equipo segoviano llegó a gozar de una máxima ventaja de seis goles (10-16). Pero el REBI Cuenca no había dicho su última palabra. Con una grada entregada y cada vez más intenso, los locales comenzaron a remontar. Federico Pizarro emergió como pieza clave desde el extremo izquierdo, con goles de gran calidad, y la defensa conquense elevó su agresividad.
El paso de los minutos comenzó a pasar factura a un Nava limitado por las bajas. Con menos fondo de armario que los locales, el equipo segoviano vio cómo su ritmo decrecía. Los errores en ataque y el empuje de REBI Cuenca fueron acortando la brecha en el marcador hasta colocar el 20-21, instante en el que Álvaro Senovilla tuvo que parar el partido para reordenar filas. La pausa surtió efecto. Aunque David Mach sostuvo al cuadro conquense con un repertorio de intervenciones, el Balonmano Nava recuperó oxígeno en defensa y volvió a estirarse hasta los tres goles de ventaja a falta de cinco minutos para el final.
Pancho Ahumada, al rescate
Pero en El Sargal, ningún partido se cierra antes de tiempo. Cuenca apretó los dientes, aumentó la presión y encontró en Tchitombi su última carta ofensiva. El ‘68’ verdinegro firmó dos goles decisivos que igualaron el partido (24-24) cuando apenas restaban 20 segundos para el final. Con el tiempo prácticamente cumplido, Nava elaboró un último ataque que acabó en un lanzamiento de siete metros. Pancho Ahumada, que ya había sido clave durante el choque, asumió la responsabilidad.
Con el reloj a cero, el chileno lanzó con frialdad, batió a Mach y entregó dos puntos de oro a un Viveros Herol que certificó un triunfo de pundonor tomando El Sargal con el que se afianza en la octava posición. Ahora y, tras esta victoria, el equipo de Álvaro Senovilla encara una semana de parón antes de afrontar las tres últimas finales del curso. Próxima parada, Guadalajara.
