Hay euforia contenida en Génova. Y mucha, porque los resultados del CIS están ahí, pero lo que se quiere evitar a toda costa es que el electorado se relaje. Por eso, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, pese a afirmar ayer que la encuesta es el reflejo del deseo de cambio de los españoles «hayan votado a quien hayan votado» antes, advirtió de que la que «vale» es la del próximo 20 de noviembre.
«Parece que le da la posibilidad al Partido Popular de tener el mejor resultado de su historia, en encuesta, y al PSOE el peor resultado de su historia, en encuesta», afirmó la también presidenta de Castilla-La Mancha, quien, no obstante, subrayó: «Es una encuesta, una foto fija de un día concreto».
El problema es que no se ha especificado en este estudio en qué fechas se realizó, ya que es necesario saber si la influencia del comunicado de ETA es patente o no. De hecho, según los trabajos de diferentes periódicos de tirada nacional, esta noticia subió la popularidad de Rubalcaba, pero no la intención de sufragio de los entrevistados, a los que parecen pesarle más el paro.
Por ello, la dirigente conservadora recalcó que prefiere «no hablar de sondeos, sino de futuro y de todo lo que hay que hacer», volviendo a incidir en que tiene «claro» que «España necesita un cambio». «Lo sabe toda la sociedad de este país, haya votado a quien haya votado en el pasado, se crea en los que se crea o se piense en lo que se piense. Necesitamos reformas estructurales y liderazgo de gobierno», apostilló.
Así, afirmó que la encuesta «responde a la opinión mayoritaria de la ciudadanía», pero insistió en que «la que vale» es la que llegará «en los próximos días».
Un poco más tarde, a las 20,12 horas, Mariano Rajoy empleó las nuevas tecnologías, concretamente la red social Twitter, para emitir una escuetísima valoración poco antes de ofrecer un mitin en Toledo junto a su segunda: «El paro me preocupa más que cualquier encuesta».
Un sector de Génova desconfía de esta encuesta. Otro dato interesante que se ha visto en los pasillos de Génova es que hay cierta desconfianza hacia los sondeos. Quizás porque, como señalaron los socialistas andaluces, «invitan a la movilización» de la izquierda, o porque, simplemente, se busca que se confíen las bases conservadoras. La cuestión es si se ha hecho deliberadamente o no, máxime cuando ya estuvo bajo sospecha la remontada de Rubalcaba que, según algunos medios, estaba hecha a su medida, con cierta manipulación.
Así, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, señaló que «la cocina del CIS huele a tostada». En su cuenta de Twitter indicó que la encuesta da un «empate» entre los dos principales partidos en intención directa de voto, con un 25 por ciento, y, «sin embargo, dan 17 puntos al Partido Popular».
