El programa ‘Crecemos’, impulsado por la Junta de Castilla y León en colaboración con las diputaciones provinciales y los ayuntamientos, representa una de las iniciativas más eficaces para afrontar los retos demográficos del medio rural. Nacido en 2004 con apenas 28 municipios adheridos, este programa ha evolucionado hasta constituir una red de 263 centros en 2024, distribuidos en zonas rurales de toda la comunidad, atendiendo a 3.945 niños y niñas de entre 0 y 3 años. Su crecimiento ha sido constante y ejemplifica una política pública orientada a fijar población, facilitar la conciliación familiar y laboral, y fomentar el empleo femenino.
El objetivo esencial de ‘Crecemos’ es dar cobertura a aquellos municipios rurales que no disponen de recursos educativos públicos o privados para la atención de niños de 0 a 3 años, siempre que la demanda no se mayor de 15 plazas, ya que de superar esa cifra se entiende que hay población suficiente para establecer una escuela infantil integrada en la red educativa.
El nombre del programa no es casual. ‘Crecemos’ representa una declaración de intenciones que se materializa en cuatro ámbitos fundamentales: crecer en servicios, en empleo, en población rural y en colaboración institucional. Cada uno de estos pilares refuerza los objetivos del programa y da sentido a su implantación.
El crecimiento en servicios en el ámbito rural surge porque se garantiza que la atención infantil de calidad llegue también a los pequeños núcleos, donde habitualmente no llegan los recursos educativos de primer ciclo. Esto permite que los progenitores, especialmente las madres, puedan reincorporarse al mercado laboral sabiendo que sus hijos están bien atendidos.
El crecimiento en empleo, esencialmente femenino, es un hecho ya que este tipo de recursos suelen estar atendidos por profesionales del ámbito de la educación infantil, una profesión en el que el número de mujeres trabajadoras supera con mucho al de los hombres. La dinamización laboral que genera el programa, por tanto, repercute directamente en mejorar la igualdad de oportunidades, favorecer la independencia económica de muchas mujeres rurales y contribuir a romper el ciclo de la despoblación.
Un recurso gratuito y de calidad.
La existencia de esta clase de servicios hace crecer al mundo rural porque son la clave para que un buen número de familias jóvenes decidan permanecer en su localidad de origen o incluso regresar a ella. Contar con un recurso gratuito y de calidad para la atención infantil constituye un aliciente decisivo para asentar proyectos de vida en el medio rural.

Por último, el programa hace crecer la colaboración institucional, ya que su funcionamiento requiere de la implicación de los ayuntamientos que ceden los espacios; de las diputaciones que financian una parte de los costes; y de la Junta de Castilla y León, que asume la mayor parte del gasto. Este modelo de cogobernanza permite que los servicios lleguen allí donde se necesitan, demostrando que la cooperación interinstitucional puede ser eficaz y eficiente.
En términos presupuestarios, para el año 2025 está previsto que la Junta de Castilla y León destine 7.875.009 euros al programa, mientras que las nueve diputaciones provinciales aportarán 1.014.464,64 euros. Cada centro recibe una financiación de 29.943 euros por parte de la Junta y 3.857,28 euros por parte de la diputación correspondiente, lo que refleja el compromiso compartido por mantener esta red de atención infantil en funcionamiento.
El programa, impulsado por la Consejería de Familia, ofrece atención gratuita a niños de 0 a 3 años en los municipios rurales
Desde el curso 21/22, el programa ofrece un horario máximo de ocho horas diarias, adaptado a las necesidades reales de conciliación de las familias rurales. Esta ampliación supuso un paso adelante en la utilidad del recurso, ya que hasta entonces muchos centros ofrecían una atención limitada que no cubría una jornada laboral completa.
El curso 22/23 marcó un antes y un después en la historia del programa al establecerse su gratuidad total. Se eliminaron las matrículas y las cuotas que antes abonaban las familias, convirtiendo a ‘Crecemos’ en un recurso totalmente financiado por las administraciones. Este cambio no solo alivió la economía de muchas familias, sino que también contribuyó a una mayor participación en el programa.
No obstante, la implantación plena de la gratuidad del primer ciclo de educación infantil en Castilla y León ha provocado que algunos centros ‘Crecemos’ hayan dejado de formar parte del programa para integrarse en el sistema educativo como escuelas infantiles. En 2024, por ejemplo, se han dado de baja 32 centros: 2 en la provincia de Burgos, 12 en la de Segovia, 13 en Soria y 5 en Zamora. Este hecho no implica una pérdida de recursos, sino una reestructuración natural derivada de la mejora del sistema educativo y la ampliación de su cobertura.
La consejera de Familia, Isabel Blanco, ha subrayado en varias ocasiones que el programa ‘Crecemos’ es una política pública “acertada y necesaria” para fijar población en el medio rural, poniendo el énfasis en que se trata de una prestación que no sólo facilita la conciliación, sino que también genera empleo directo y fomenta la igualdad de oportunidades. Con más de 400 profesionales implicados en el desarrollo del programa, la mayoría de ellos mujeres, su impacto social es indiscutible.
Además, el programa ha contado en 2024 con el apoyo del Plan Corresponsables, una iniciativa del Ministerio de Igualdad que refuerza las políticas de conciliación familiar. Esta financiación adicional permite sostener y ampliar un programa que, por su diseño y resultados, se ha convertido en un modelo a seguir.
El futuro del programa pasa por consolidar la red actual, adaptarse a las nuevas demandas familiares y continuar como ejemplo de buena práctica institucional. La colaboración entre administraciones, la implicación de los profesionales, y la satisfacción de las familias son los pilares que aseguran la continuidad de ‘Crecemos’ como una herramienta clave para el desarrollo rural.
