Con el patronazgo de San Marcos, vive y desarrolla mogollón de actividades y tiene curiosidades y mantiene tradiciones el laborioso, dinámico, alegre y acogedor barrio de este nombre, debido al evangelista Marcos, Obispo de Alejandría, conocido como “El León Alado” que murió mártir el 25 de mayo lunes de Pascua del año 68.
Se representa al santo con un león, porque su Evangelio comienza hablando del desierto, y de “la voz que clama en el desierto”, el, sin respuesta, rugido del león.
Es San Marcos patrón de numerosos pueblos españoles y también en varias localidades hispanoamericanas.
Patrón de Venecia desde el 828.
Los restos del santo descansan en la Basílica de San Marcos de Venecia, construida expresamente para conservar sus restos, junto al Palacio Ducal.
Celebra el barrio con la tradicional devoción, orden, silencio y austeridad castellana la Semana Grande de Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, siendo igual y diferentemente impresionantes su nocturno Vía Crucis por la Huerta del Carmelo y la matutina subida del Santo Cristo a la catedral por la Cuesta de los Hoyos.
Y cada año, por estas fechas, este año desde 22 al 27 de abril, celebran sus populares y populosas fiestas patronales con la conocida y esperada “Romería de San Marcos”, en la que destacan su inicial pregón, nombramiento de romera mayor, reina de las fiestas, y romeros infantiles; degustación, rebolada, encierros con carretones, festival poético “Gabriel Gómez”, caldereta popular, castillos hinchables, diversos concursos: de tortillas, croquetas, empanadas y dulces…

Este apacible, bonito y acogedor barrio lo habitaron en el siglo XI moros y cristianos, que en ejemplar convivencia utilizaban alternativamente de una y otra creencia, hábitos y costumbres, los baños públicos, sitos en la curva de la antigua Puente Castellana.
El barrio fue un eremitorio que tenía desde San Lorenzo a “La Pilarcita” las iglesias de Santiago y San Gil, la ermita de Santa Ana en la deliciosa alameda así llamada, a la que estaba vedado entrar cerdos y carretas, los unos por sus olores, que no eran los nemorosos aromas que cantara Juan de Yepes, el poeta de lo divino a lo humano, las carretas por los ruidos de las chirriantes ruedas; monasterios de San Vicente, Santa Cruz, El Parral, del siglo XV, último monasterio que la orden Jerónima mantiene en el mundo; la Veracruz de la Orden de Malta construido en 1208; la parroquia románica del santo titular del barrio, el convento de El Carmen, fundado por San Juan de la Cruz en 1586, en el que descansan sus restos y el santuario de la Virgen Patrona Ntrª. Srª. de la Fuencisla, fuente que desde las rocas que alzan su nido, mana vida y dulzura.
Tiene el barrio la Casa de la Moneda construida por Juan de Herrera a instancias del monarca Felipe II, acuñando monedas de 1586 a 1869; también muestra el barrio el romántico “Romeral de San Marcos”, creado por el paisajista Lorenzo Silva. Al pie del monasterio de El Parral, un monolito indica que allí comienza el “Camino del Asombro” cuyo nombre indica las sorpresas y bellezas de varios senderos.
Conservo con agradecido recuerdo al barrio trofeo del maratón, carrera pedestre por las alamedas del barrio; la trompetilla de pregonero y el correspondiente título de “Pregonero Mayor de la Romería” del capicúa 1991, así como diploma del premio del Concurso Literario de 1994 que gané con el lema “paraíso Terrenal”.
Pues mis mejores deseos de feliz “Romería de San Marcos”, magistralmente anunciada por el escritor vecino del barrio Pablo de las Eras. Que San Marcos, rey de los charcos, garantice esa bendición que para los campos es la lluvia, pero que mantenga las nubes en modo suspenso durante los festejos patronales del barrio, y que la Virgen de la Cueva gradúe el chaparrón de azúcar y turrón, para esos triguitos que ya están bonitos…y que los pajaritos, aunque sean las chovas del roquero de La Fuencisla, canten durante todas las fiestas.
