Los ministros de Interior de Reino Unido y Francia, Theresa May y Bernard Cazeneuve, pidieron compromiso y unidad a sus socios europeos para atajar “de raíz” la crisis de la innmigración, cuyo último episodio está teniendo lugar ahora en el paso de Calais entre ambos países, donde más 5.000 inmigrantes intentan entrar en Europa “creyendo”, explicaron ambos en una carta conjunta, “que las calles están asfaltadas con oro”.
“Lo que estamos enfrentando ahora es una crisis global de migración. Es una situación que no se puede ver únicamente como un problema de nuestros dos países. Es una prioridad a nivel internacional y europeo”, escribieron ambos hoy en el diario británico ‘The Telegraph’. “Por ello, estamos intentando que otros estados miembros, y la Unión Europea en general, aborde de raíz este problema”, indicaron en este caso.
Ambos ministros defendieron la eficacia del incremento de las medidas de seguridad. Los 120 policías adicionales que llegaron en los últimos días a Calais consiguieron reducir la entrada de inmigrantes por el túnel. A ello habría que añadir que las obras para reforzar la verja en Coquelles quedarán acabadas esta fin de semana, y Reino Unido enviará más perros de detección y barreras de refuerzo para transmitir el mensaje de que “no se podrá entrar en Reino Unido por la vía fácil en este caso”.
Las críticas arreciaron contra ambos Gobiernos contra la dureza de estas medidas. El obispo de Inglaterra, Trevor Wilmott, cuya diócesis abarcaría el canal que separa ambos países, lamentó que “este mundo es cada vez más cruel, y la gente ha olvidado su humanidad”. “Así”, afirmó, “es como acabamos en esta situación de jaque”. Cazeneuve y May argumentaron, en todo caso, que la solución a largo plazo de este problema residiría en “la reducción de inmigrantes que llegan a Europa desde África”. “Muchos nos ven como un lugar que ofrece perspectivas de ganar dinero, pero este no es el caso: nuestras calles no están asfaltadas con oro”, concluyeron.
Londres y París piden ayuda a Europa en este sentido para poder parar con la oleada de inmigrantes que ambos países están padeciendo durante los últimos días.
