Los milicianos libios en la capital, Trípoli, tratan de mantener la presión sobre las fuerzas gadafistas, solo organizadas al sur de la capital, y lograron ayer unir sus esfuerzos con los combatientes del frente occidental de Misrata. Así, un convoy entró en la ciudad, que durante seis meses fue el mayor enclave rebelde que resistió al régimen, entró por el centro, y según explicaron varios milicianos, posteriormente, se dirigió al sur del aeropuerto, en dirección a Garián.
Quienes también llegaron a la capital fueron un pequeño grupo de representantes del Consejo Nacional Transitorio (CNT), la máxima autoridad rebelde, que ya había anunciado su intención de trasladarse a Trípoli tras la entrada de los insurgentes.
Pero lo enfrentamientos no cesan. Así, los últimos combates tuvieron lugar en el aeródromo de la capital donde la guarnición, no se sabe si comandada por Hamis, el hijo al que Gadafi, encomendó sofocar la rebelión armada.
Por el momento, pese a la incertidumbre y la tensión en los enfrentamientos y tiroteos, los rebeldes mantienen el optimismo, e incluso una risueña hospitalidad, pese a lo precario de su situación.
paradero desconocido. Por otra parte, la especulación en torno al paradero del líder no cesa y algunos opositores piensan que se podría haber escondido en los túneles d e El Gran río construido por el hombre, como se denomina al proyecto de explotación acuífera del desierto de Libia que desde 1996 abastece de agua a la capital.
Igualmente, se desconoce la suerte de Seif al Islam, el pretendido heredero, mientras su padre se ve obligado a lanzar sus mensajes a la resistencia a través del canal internacional de televisión sirio Al Rai. «No teman a los infieles. Liberen Trípoli. Que salga toda la gente y avancen hacia la capital. Luchen calle por calle y combatan. No se rindan nunca, háganlo por su país», incitó ayer Gadafi.
En el vecindario de Siahiya, algunos de sus habitantes temen que Seif al Islam se esconda allí, en casa de sus numerosos amigos que residen en este barrio del oeste de la ciudad.
En algunos casos, los habitantes están colaborando con el bando de los rebelde, como en la liberación de los cuatro periodistas italianos secuestrados por gadafistas y que fueron rescatados por los ciudadanos.
