La pandemia de Covid-19 fue un punto de inflexión para Teodoro. Tras tres meses sin apenas salir de casa, fue consciente de que tanto él como su entorno habían sufrido cierto deterioro, tanto a nivel físico como mental a consecuencia de la inactividad, sumada a la incertidumbre que durante ese tiempo, se vivió en todo el país. Cuando la entonces llamada “nueva normalidad” regresó, Teodoro fue consciente de que tenía que hacer algo para evitar que esa situación se prolongara, especialmente entre las personas mayores, a quienes en muchas ocasiones, ha visto sufrir no solo las consecuencias de esa inactividad, sino también las de la soledad no deseada.
Así, animado por su familia, fundó la asociación Ágora Segovia, un espacio donde todo el mundo tiene cabida, que nace con el fin de “mantener la mente activa de forma prioritaria y evitar la soledad no deseada”, señala.
Según Teodoro, este local, situado en la calle López Tablada, esquina con Conde de Sepúlveda, es “un espacio poco usual”, ya que no requiere ninguna cuota de asociación ni hacerse socio “solo tener ganas de mantenerse en forma y socializar”.
El presidente de esta agrupación ha estudiado psicología y durante años, ha visto también, desde su posición como voluntario de Cruz Roja, la forma en que la falta de actividad y de contacto pueden deteriorar la mente de la gente “cuyo cuidado debe ser tan importante como el del cuerpo”. “Cuando uno se sienta a ver pasar los días, su salud va a salir perjudicada”, señala. Con la intención de ayudar a evitar esta situación entre sus vecinos y vecinas, la asociación Ágora ofrece a quienes se quieran acercar una “agradable acogida” en un entorno donde, como recuerda Teodoro, “se puede hablar de cualquier tema”, siempre que se cumpla el fin último, “mover la mente”.
En un entorno de amistad y sin ningún tipo de ideología, la asociación Ágora ofrece actividades de todo tipo, desde simplemente sentarse a charlar con otras personas y compartir gustos e intereses, a participar en las actividades que ofertan “estamos consiguiendo que los viernes venga alguien a hablar de diferentes temas”, explicaba su fundador. Todo tiene cabida si es interesante y puede mantener el interés del grupo; desde la situación de la vivienda en Segovia hasta sesiones de historia. Incluso han llegado a hablar de técnicas para la higiene postural.
En general, las actividades en grupo que impliquen participación, son el pilar principal de Ágora Segovia, que entre otras propuestas, ha creado un certamen de relatos al que como siempre, cualquiera está invitado a participar, “todo el mundo tiene motivos para escribir”, comentaba Teodoro sobre la iniciativa.
Actualmente entre 10 y 15 personas forman esta asociación, que aunque dirigida especialmente a quienes más sufren esta falta de actividad, está abierta a recibir a todo el que quiera participar. Algo, que en una sociedad donde las personas son cada vez más individualistas y las relaciones con el entorno se vuelven más complicadas, resulta un verdadero alivio.
“El espíritu de Ágora se asemeja al de las reuniones al fresco en los pueblos durante el verano”, recuerda el presidente de la asociación, e igual que esta tradición, que ya es patrimonio inmaterial de nuestros pueblos, iniciativas como Ágora se enfrentan al reto de estrechar lazos entre las personas, de derrumbar barreras y sobre todo, de asegurar que sus voces no se apaguen.
