La guardería ‘Kangurolandia’ vive una situación límite. Tras más de tres décadas de servicio a los segovianos, el centro educativo tendrá que cerrar sus puertas en julio de 2026 de no encontrar una solución, que requiere de la comprensión vecinal. Las instalaciones, ubicadas en la calle Lirio 5 de Segovia, necesitan cumplir con el requisito que precisa el Ministerio de Educación de contar con 20 metros cuadrados de patio para el recreo de los alumnos, pero la postura de la comunidad de vecinos en las que se encuentra el centro infantil es contraria; lo que hace inviable su continuidad. Ante esta situación, varios padres se han movilizado y han remitido un escrito a los vecinos del edificio para replantear la postura.
‘Kangurolandia’ encadena a sus espaldas 33 cursos del primer ciclo de Educación Infantil bajo la gerencia de Inmaculada López y Ana Hernando. Primero en la calle Lirio 15 y, unos años después, en el misma vía pero en el número 5, donde ya suman cinco lustros por los que han pasado centenares de niños de la capital segoviana. Hernando explica que desde el momento en que la escuela infantil se trasladó al actual inmueble, hace 25 años, «empezamos a tener problemas con un vecino: todo lo que hacíamos le parecía mal». «También solicitamos permiso para poder salir al patio con los niños media hora al día, que, por supuesto, nos denegó», asegura; y añade: «Según pasaron los años, fuimos solicitándolo en numerosas ocasiones; proponiendo alquiler o mejoras del recinto».

Con la oferta de plazas gratuitas del primer ciclo de Educación Infantil, de 0 a 3 años, por parte de la Junta de Castilla y León, se concedían subvenciones a todas las escuelas que así lo demandaran y, como es lógico, el Ministerio de exigía una serie de requisitos para poder aceptar la ayuda. «Entre otros muchos, que sí cumplíamos, necesitamos 20 metros cuadrados de patio, vallados según una normativa del Ministerio que podíamos poner y quitar a diario», indican desde ‘Kangurolandia’.
«Después de 30 años dando servicio a la comunidad cuidando y educando a todos los niños del barrio no podíamos quedarnos en la estacada por un requisito tan fácil de cumplir como ese. Se lo comunicamos a la comunidad de vecinos donde está ubicada nuestra Escuela y, ni siquiera sabiendo que era nuestra última oportunidad han tenido a bien alquilarnos el trocito de patio. Con el paso de los años y, tras solicitar el patio recurrentemente, otros vecinos se unieron al ‘no’ principal y nos encontramos con un pie en la calle», denuncian; y explican: «El Ministerio, después de darnos un tiempo para adaptarnos a la normativa nos ha dicho que no podemos ofertar plazas para el próximo curso, sólo nos deja a los niños de 1 a 2 años que terminen su ciclo».
Al comunicárselo a las familidas, los padres se pusieron en marcha y mandaron una carta a los vecinos que resume, de «una manera demasiado amable» la situación de la guardería. «Kangurolandia cerrará sus puertas en julio del 2026 porque a alguno de los vecinos les parece bien que un negocio de 33 años se vaya a pique, con tres trabajadoras a la calle, y que dejemos a un montón de familias sin su derecho a recibir educación en su barrio», lamentan; y agradecen a «nuestras familias, que son las de este curso, pero nos consta que se unirían otras muchísimas más a las que hemos educado a sus hijos».
