—Hoy conversamos con Don Manuel Arias-Dávila, conde de Puñonrostro, con motivo de la publicación del libro que ha escrito sobre su antepasado, Pedro Arias-Dávila, “Pedrarias”, una de las figuras más controvertidas de la historia de la conquista española en América y que presentará el próximo miércoles a las 18,00 horas en la Casa de la Cultura en Segovia ¿Cuáles son las razones que le han llevado a escribir este libro?
—Pues la razón principal no es tanto el que fuera mi antepasado, pues todo aficionado a la genealogía sabe que todos tenemos antepasados santos y antepasados perversos, sino sobre todo que, en este caso, me parece escandalosa la contradicción entre la documentación que existe sobre Pedrarias y la leyenda negra que pesa sobre él.
La bibliografía sobre Pedrarias, hasta nuestros días, le condena unánimemente y sin remisión, a mi entender sin un estudio riguroso de la documentación existente. Gracias a la historiadora e hispanista norteamericana, Bethany Aram, que ha analizado en profundidad los documentos sobre él, podemos hoy revisar su figura y analizarla de forma objetiva y precisa, rebatiendo las acusaciones que pesan sobre él. Recuerdo un libro que me envió un escritor nicaragüense sobre su figura, que no contenía más que insultos a su persona sin ningún dato contrastado.
—Pedrarias, como menciona, ha sido víctima de una unánime leyenda negra ¿A qué cree que se debe esta deformación del personaje que, a la vista de los documentos mostrados en su libro, no se corresponde con la realidad?
—Pues creo que se debe a tres razones fundamentalmente, la primera es la propia leyenda negra construida contra España y todos los personajes que intervinieron en el descubrimiento. Esta leyenda, fomentada por personajes como Bartolomé de las Casas, cuyos testimonios, hoy día, ya sabemos, a ciencia cierta, que estaban plagados de mentiras, fue utilizada políticamente por los enemigos del imperio español, holandeses, ingleses, etc. para debilitarnos, y con un sesgo también religioso, por el confrontamiento entre catolicismo y protestantismo.
Una segunda razón, es lo que yo llamo la leyenda rosa, que es un intento de la Corona por defenderse de la leyenda negra, descargando sobre virreyes, o altos funcionarios o capitanes las barbaridades y los excesos que se cometieron y en esta línea estaban los cronistas reales oficiales como Antonio de Herrera o Gonzalo Fernández de Oviedo.
Y la tercera razón, que es aplicable en especial a Pedrarias, es el inicio, en el siglo XIX, de una historiografía romántica, aficionada a crear falsos héroes, como Núñez de Balboa, y que necesitaba confrontar esta figura del héroe con la figura del tirano y así fue como, injustamente, quedó retratado Pedrarias como un gran canalla. Esta línea la inicia Washington Irving y fue seguida por poetas, escritores, historiadores como Manuel José Quintana, Ángel Altolaguirre, etc. y esto explica que esta leyenda negra se cebara con su figura, porque lo interesante es que hasta el XIX no existía esta mala reputación. Había un libro sobre él de Fernández de Oviedo, pero ni la Corona, ni la opinión pública consideraban, en absoluto, a Núñez de Balboa un héroe, ni a Pedrarias un tirano.
—Lo que ha ocurrido con Pedrarias, ¿ha ocurrido también con otros protagonistas del descubrimiento y conquista de América?,¿por qué cree que se ha prolongado en el tiempo esta leyenda negra?
—Bueno, yo creo que el caso de Pedrarias no se ha dado con otros protagonistas de la historia española, ese ensañamiento tan extremo no se dio con otros personajes, existe una leyenda negra, pero en algunos casos es ambivalente, como en el caso de Cortés, de quien ha habido opiniones muy negativas, pero también muy positivas, esto no ocurrió en el caso de Pedrarias.
En cuanto a porqué ha perdurado en el tiempo la leyenda negra contra España, yo creo que es lógico que se mantuviera mientras existía el imperio español, pues todos sus enemigos buscaban debilitar nuestra imagen. Pero una vez comienza el declive del imperio ya no tenía más justificación que el enfrentamiento religioso entre el catolicismo y el protestantismo, el mundo anglosajón y germánico combaten contra el abanderado del catolicismo que era España, al menos así lo veo yo. Luego, las clases intelectuales de las potencias que deseaban ocupar nuestro lugar fueron las que siguieron alimentando esta visión tan negativa para debilitarnos y anularnos tanto política como económicamente.

—En los últimos años hay una corriente historicista que reivindica la conquista española, desmontando muchos mitos de la leyenda negra, ¿cree que corremos el riesgo de endulzar demasiado este periodo?
—Es cierto que actualmente hay una corriente historicista importante, que combate la leyenda negra, yo creo que, de forma justa y necesaria, pero no se puede caer en una leyenda rosa, que oculte los aspectos negativos de la conquista, que también los tuvo. En el estudio de la historia hay que buscar la verdad, no se puede hacer política con ella, ni atacar a España por todo, ni defenderla porque sí, hay que ser muy objetivo y no ignorar lo que se hizo mal, ya que también hubo abusos y errores.
Ahora bien, creo que la expansión civilizadora que hizo España en América es única en la historia de la humanidad, quizá solo comparable con lo que hizo Roma, pero en realidad mucho mejor que lo que hizo Roma. Hubo otras empresas colonizadoras de países europeos a partir del siglo XV que eran verdaderamente depredadoras, ya que solo buscaban explotar las riquezas y expulsar o aniquilar a la población nativa, y aunque es cierto que, en un principio, las exploraciones españolas organizadas por la Corona buscaban también conseguir riquezas, sin embargo pronto y gracias, entre otros, a personajes como Pedrarias, el afán de la conquista evolucionó hacia un modelo de colonización civilizadora, integrando a la población nativa, incorporando territorios como virreinatos y provincias y dotándolos de la misma estructura organizativa que había en la península. En este sentido, el modelo civilizador de España no admite comparación con ningún otro.
—Lo que menciona respecto a un inicial afán depredador de la Corona, le llevó a Pedrarias, que siempre fue un súbdito leal, a tener que oponerse a las exigencias reales.
—Si lees las instrucciones del rey Fernando el Católico, al nombrar a Pedrarias Gobernador y encargarle dirigir la primera expedición verdaderamente colonizadora al continente americano, las condiciones impuestas eran realmente duras, destacando como prioridad el conseguir riquezas. Le imponían un Consejo de Gobierno, que debía tomar las decisiones de forma colegiada, formado por un obispo, el propio Pedrarias y tres figuras, un contador, un tesorero y un factor, cuya principal misión era salvaguardar los intereses económicos de la Corona, que había hecho una gran inversión en esta empresa. Le ordena, para ello, esclavizar a indios rebeldes o caníbales, de cuyo negocio la corona se llevaba un porcentaje, someter a quien hiciera falta y enviar dinero por encima de todo. Pero esta colonización depredadora evolucionó, muy rápidamente, hacia una de tipo civilizador que al final resultó ser modélica. Hacia 1530, a mitad del reinado de Carlos V la colonización tenía ya un ímpetu civilizador construyendo iglesias, colegios, hospitales, universidades, encargando gramáticas de las lenguas indígenas e integrando a la población nativa como súbditos de la Corona, como no se dio en ninguna otra. Pedrarias es uno de los que promueven este cambio de tendencia, yo recojo documentos en el libro que prueban esto. Ya en 1519, Pedrarias escribe al rey, un recién llegado al trono Carlos V, diciéndole que no se puede pretender obtener riquezas desde el primer momento, sino que hace falta invertir para luego conseguir un beneficio o unas rentas de esas tierras, aunque no puedo decir que sus recomendaciones fueran determinantes en ese cambio. Las sugerencias que hace, como, por ejemplo, terminar con los rescates de esclavos en Nicaragua, no eran algo que pudiera llevarse a cabo sin autorización del rey, pues como él mismo dice, eso perjudicaría los intereses económicos de la Corona. Pedrarias no era un héroe, ni un mártir al servicio de una causa, pero sí intentó moderar las penalidades que sufrían los indios con ciertas políticas.

—¿Los españoles conocemos bien este periodo de nuestra historia?
—Creo que los españoles no conocemos nuestra historia, ni este periodo, ni otros, al menos no con la profundidad necesaria, pero no es algo que nos ocurra solo a nosotros, en la mayoría de los países hay un gran desconocimiento de los hechos históricos propios y ajenos. La historia está llena de mentiras y medias verdades, es sorprendente, por ejemplo, conocer la ayuda que los principales bancos americanos brindaron a Lenin, a Stalin o a Hitler, pero todo esto se ha ocultado, la historia es tan complicada, tan compleja… que, normalmente, el historiador tiende a hacer generalizaciones, simplificaciones y termina incurriendo en falsedades. Por supuesto hace falta más investigación, eso sin ningún género de duda.
—Bethany Aram investigó durante cinco años en los documentos de su archivo familiar, para darnos a conocer una realidad muy diferente sobre Pedrarias. ¿Otros historiadores han mostrado interés en profundizar en el archivo de sus antepasados?
—Bueno, el archivo está abierto a los estudiosos y recibimos peticiones constantes para trabajar sobre los documentos que se custodian en él. Bethany Aram, que es una historiadora norteamericana, ahora también española, vino a España para realizar su tesis sobre la reina Juana, mal llamada la Loca, y así empezó a interesarse en la conquista de América y los diferentes personajes que la protagonizaron. Hizo una biografía en paralelo sobre Núñez de Balboa y Pedrarias, confrontando ambos personajes, y criticando la artificiosidad tanto de la leyenda negra como de la leyenda dorada, y le pareció que era un ejemplo paradigmático de esta locura de la historia, que construye falsos héroes y falsos villanos. Creo que la verdad es, muchas veces más aburrida que estos relatos falsos que entretienen y venden más y por eso triunfan y se extienden. Tenemos la intención desde la Fundación, de ir publicando, poco a poco, biografías de otros personajes de la familia que tuvieron un papel importante en la historia de España. Esto también pretendemos mostrarlo en la exposición permanente que tenemos el proyecto de albergar en la sede de nuestro archivo en Segovia.
—Conocemos el proyecto de la Fundación Condes de Puñonrostro, de la que es presidente, para que el ingente archivo de los Arias-Dávila, con más de 40.000 documentos, tenga sede en Segovia, para lo que ya tienen incluso un edificio, donde se ubicará una exposición permanente y el propio archivo, ¿cómo va avanzando este proyecto? ¿Están encontrando apoyos?
—La verdad es que hemos encontrado apoyos en las instituciones, en el Ayuntamiento: el alcalde y el concejal de urbanismo, la comisión de Patrimonio, en la que está también la Junta de Castilla y León, que acogieron el proyecto con mucha ilusión, pero no puedo negar que los trámites y la lentitud burocrática son desesperantes en muchas ocasiones. Llevamos ya años con este proyecto, las cosas van lentísimas y por mucha buena voluntad que pongan, el proceso sigue atascado. Cada trámite es, realmente, de una lentitud y una cantidad de burocracia incomprensible, hemos presentado la MIT y tras responder a algunas alegaciones, todavía esperamos respuesta para presentar el proyecto, obtener la licencia, en fin… No voy a negar que, ante esta parálisis, hemos considerado desistir de este proyecto en algunas ocasiones, ojalá podamos verlo terminado en un plazo breve.
—El miércoles 12 de marzo a las 18,00 horas presenta su libro en un acto en la Casa de la Cultura en Segovia ¿Quiénes intervendrán y qué podremos descubrir en su presentación?
—Será un acto abierto al público, en el que hablaremos sobre Pedrarias, su nacimiento y su vida en Segovia, sus hazañas militares, tanto yo, como autor, como Fermín de los Reyes y Eduardo Juárez, como comisarios de la exposición. Queremos que los segovianos conozcan a Pedro Arias-Dávila, Pedrarias, como lo que creemos que es: uno de los segovianos más relevantes de la historia de España y con proyección universal, y que participen de la rehabilitación de su figura, porque es un personaje del que pueden y deben sentirse enormemente orgullosos.
