La euforia se desata en Génova. Y en Albacete, donde el presidente del PP, Mariano Rajoy, arropó ayer a su candidata en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, para que gane en una región que puede convertirse, según los cálculos de los populares, en el comienzo de la ola de cambio que necesita España. Sobre el proyecto de su número dos, el político gallego indicó que pretende «unir» y «no dividir», animando así a sumarse a todos los que creen que las cosas pueden variar y a los que quieren decir no al actual presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Durante el acto de proclamación de su apuesta para el Ejecutivo regional, y ante unas 1.800 personas, el líder conservador dejó claros sus planes electorales: «El cambio empieza aquí, y luego se extenderá a todo el país; la gente lo quiere, es necesario, se puede hacer, es urgente que se haga. Esto va en serio».
Convencida de que así debe ser, la dirección nacional del PP casi al completo se dejó ver en un evento concebido para catapultar las opciones de la candidata; de hecho, en contra de lo previsto inicialmente, el acto no lo cerró la cabeza del principal partido de la oposición, sino Cospedal, que denunció los «escándalos» que hay en el Gabinete autonómico regido por José María Barreda, como «el bosque de cargos» y el impago a los proveedores de más de 90.000 facturas que la Junta «tiene escondidas en un cajón».
Por otra parte, Mariano Rajoy aseguró que el PP apoyará el decreto ley que eleva las exigencias de capitalización a las entidades financieras aprobado el pasado viernes por el Gobierno si reactiva el crédito, favoreciendo así a empresas, pymes y familias. «Queremos que la gente pueda invertir y crear empleo, y si no, no lo respaldaremos. Teníamos el mejor sistema financiero del mundo cuando el resto de países, como EEUU y Reino Unido, tomaban medidas porque había problemas», añadió.
Una vida preparándose para el reto.- Aunque nació en Madrid en 1965, Cospedal dice sentirse de Albacete, donde se crió, y de El Bonillo, pueblo donde pasaba las vacaciones y del que destaca sus manjares. María Dolores de Cospedal asegura que se ha estado preparando toda la vida para las elecciones del 22 de mayo. Lleva esperando desde 2006, cuando fue elegida presidenta del partido en Castilla-La Mancha. Dos años después, fue elegida secretaria general del partido.
De 45 años, la ex consejera madrileña se enfrenta a sus segundos comicios autonómicos en un escenario muy distinto -debido al desgaste del PSOE– al de hace cuatro años, cuando ya consiguió restar votos a su adversario, José María Barreda.
Serán muchos los ojos puestos en esta región, ya que el pronóstico es incierto. Tendrá enfrente la experiencia de un PSOE con casi 30 años en el Gobierno, pero cuenta a favor con que prácticamente todas las encuestas le dan la victoria.
«Soy madre, castellanomanchega y política por convicción», ha comentado en más de una ocasión Cospedal, que tiene un hijo, nacido en 2006, y que en 2009 se casó con el empresario Ignacio López del Hierro.
Leal a Rajoy aun cuando desde algunos sectores del partido se cuestionaba su liderazgo, el presidente popular, en los últimos meses, ha aumentado su presencia en la zona, y acompaña a Cospedal a distintos actos en las cinco provincias castellanomanchegas.
Esta ambiciosa política es licenciada en Derecho por la Universidad San Pablo-CEU de Madrid y es abogada del Estado desde 1991. Durante el Gobierno de Aznar ocupó cargos de responsabilidad en Trabajo y Asuntos Sociales, Administraciones Públicas e Interior, viviendo de cerca el 11-M.
También fue, desde diciembre de 2004, consejera de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid hasta que la designaron presidenta regional del PP de Castilla-La Mancha en junio de 2006; se trató de la primera mujer que ocupó este cargo en la región.
