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Los silos y su popularización en la España de la postguerra

por Santiago Rincón López
23 de febrero de 2025
en Provincia de Segovia
Silo de la Villa de Sepúlveda.

Silo de la Villa de Sepúlveda.

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En una época en la que el país trataba de garantizar la alimentación de una población hambrienta y a la vez reconstruir su economía, surge un plan nacional que se incluye la construcción de silos y graneros repartidos estratégicamente por la península como solución para almacenar convenientemente el trigo.

La imagen panorámica de Carbonero, con sus torres erguidas sobre el caserío, permaneció inalterada durante siglos; recibía de lejos al viajero con su perfil frecuentemente acompañado por las altas columnas de humo negro que desprendían los hornos de las numerosas tejeras y caleras que allí obraron hasta tiempos relativamente recientes. En la segunda mitad del siglo XX apareció un nuevo gigante en la línea del horizonte, el silo, y desde entonces rivaliza en altura con sus esbeltas y ancestrales torres.

El SNT en el panorama español de la postguerra

Esta red nacional, integrada por más de 500 silos de almacenamiento vertical y un número similar de graneros de almacenamiento horizontal, surge en España en los primeros años de la postguerra con el objetivo de intervenir en el mercado del trigo para regular precios y garantizar las existencias en este producto tan estratégico en aquella España desolada y hambrienta tras la guerra civil. La primera decisión de intervenir el mercado del trigo se remonta a los años finales de la II República, motivada por unos periodos de escasez y cosecha irregular que propiciaron el debate en el terreno político, tomándose la decisión de construir o comprar los primeros silos cooperativos con el objetivo de regular de manera oficial el mercado. En los años siguientes, ya instalados en plena guerra civil, y con un cambio radical en el panorama político y social, el problema de la escasez sigue sin resolverse y la precariedad de los agricultores continuará presente durante los primeros años de la década del 40. Fue en 1937 cuando se creó el SNT, Servicio Nacional del Trigo, con la construcción de algunas unidades de almacenamiento, pero hubo que esperar hasta el año 1945, cuando se elaboró un plan nacional para la construcción de la red de silos y graneros con una propuesta inicial de construcción de 447 silos y 631 graneros repartidos estratégicamente por la geografía cerealista española. La red quedó oficialmente inaugurada en el año 1951 con la visita del general Franco al último silo construido en Córdoba.

La construcción de la red de silos y graneros venía financiada, inicialmente, a través del beneficio obtenido entre la adquisición del grano a los agricultores y su posterior venta a fabricantes harineros o a los propios agricultores. En realidad, el coste de la construcción fue trasladado a toda la sociedad a través del consumo de pan, producto básico y de primera necesidad en la alimentación de entonces. La intervención en los precios del cereal contribuyó a aumentar aún más la precariedad económica de los agricultores en una década donde la superficie cultivada había disminuido respecto a los años anteriores a la guerra civil, circunstancia muy bien reflejada por el consumo de fertilizantes que cayó cerca de un 40% en la década de los cuarenta, al igual que los rendimientos obtenidos en la producción del cereal. Todo ello se traduce en que durante estos años sólo llegaron a construirse un total de 12 silos. El mayor auge constructivo se presenta en la década de los 60, animada por unos años de buenas cosechas y un considerable aumento en el rendimiento, periodo en el que se inscribe la construcción e inauguración del silo de Carbonero.

El silo de Cuéllar.
El silo de Cuéllar.

En estos años se presionaba económicamente desde los países europeos al régimen de Franco para que abandone el sistema de intervención en el mercado del cereal, obteniendo la respuesta contraria por parte del régimen del general Franco, acelerando el programa de construcción de nuevos silos. La red nacional de silos y graneros se culminó en la década de los ochenta, con el régimen franquista ya desaparecido, con el país en las puertas de entrar en el Mercado Común Europeo y con la exigencia inmediata del desmantelamiento de la política de intervención en el mercado del cereal. En el año 1984 se promulga un decreto ley que termina con 47 años de intervención y monopolio en el mercado triguero del estado español. Entre los años 1996 y 2001, se fue transfiriendo la propiedad de los inmuebles a las respectivas comunidades autónomas.

El silo de Carbonero

El programa inicial de construcción de silos por parte del Servicio Nacional del Trigo se vio incrementado en 1955 hasta los 608 silos y 1.053 graneros. Dentro de este nuevo plan se contemplaba la construcción de un silo de categoría D en nuestra zona, siendo Carbonero y Cantimpalos los pueblos que más esfuerzos realizaron por conseguir la ubicación del edificio. La competencia se decantó finalmente a favor de Carbonero cuando la Hermandad local de Labradores y Ganaderos tomó la iniciativa de comprar una parcela con el objeto de cedérsela al Ministerio de Agricultura, donde se ubicaría la construcción del edificio. Esta parcela se segregó en tres partes, la primera fue cedida al Ministerio de Agricultura para la construcción del silo, la segunda sigue perteneciendo a los agricultores, ahora bajo la denominación de Cámara Agraria para albergar la planta seleccionadora del grano, y una tercera parte, ahora en manos privadas, se cedió a la Caja Rural para la construcción de otros silos metálicos demolidos posteriormente en el proceso de enajenación.

El 16 de junio de 1966 aparece en el registro de entrada del ayuntamiento la solicitud de licencia para la construcción del silo sobre esta parcela de 2400 m2, cedida para tal fin por la Hermanad de Agricultores y Ganaderos. La licencia que se concederá favorablemente cuatro días después y el SNT adjudica la obra de construcción a la empresa Construcciones Pico S.A. el 27 de mayo de 1966, por el precio tipo del presupuesto de 3.933.346, 61 pts, con una capacidad para 340 vagones. La construcción termina en menos de dos años, entrando en servicio el lunes 17 de febrero del 1968, fecha anterior a la inauguración oficial debido a que apremiaba la necesidad de almacenamiento por parte de los agricultores. Ese mismo año se construirían en España 37 silos de la misma tipología que el proyectado en Carbonero y el SNT pasaría a denominarse Servicio Nacional de Cereales.

El silo de Carbonero se alza por encima de los tejados en su vista panorámica.
El silo de Carbonero se alza por encima de los tejados en su vista panorámica.

El silo de Carbonero consta de 17celdas de almacenamiento y un foso inferior de descarga, desde donde sube el grano por la torre del elevador hasta la galería superior de reparto conectada a cada una de las diecisiete celdas; esta zona superior posee una excelente iluminación debido a la presencia de grandes ventanales. Se completa con una galería inferior horizontal destinada a la reexpedición del grano a granel o ensacado y dispone también de nave anexa originalmente destinada a tareas de selección, ensacado y guarda de maquinaria. El conjunto de las construcciones disponía además de un pequeño edificio exento, con una oficina y báscula de pesaje, actualmente desaparecido a favor de las instalaciones de un parque infantil de propiedad municipal. La titularidad del inmueble, se traspasó a la comunidad de Castilla y León por RD 2/2000 de 7 de enero; hasta entonces pertenecía al FEGA Fondeo Español de Garantía Agraria.

La red del SNT en la provincia de Segovia

El silo de Segovia entró en funcionamiento en el año 1956, clasificado en la tipología B, tiene una capacidad de 2.500 tm. El de Cuéllar es el de mayor capacidad, con 2.850 tm, y fue puesto en funcionamiento en 1969. En total, la red en la provincia estaba integrada por 15 silos a los cuales había que añadir 13 graneros más. El primer silo que se construyó en la provincia con la misma tipología D que el de Carbonero fue el de Turégano, que entró en funcionamiento en 1956. El más antiguo es el de San Cristóbal de la Vega, con la categoría de Granero y entró en funcionamiento en el año 1954. Cabe resaltar que el último en inaugurarse, en el año 1971, fue el construido en la localidad de Ayllón.

Actualmente El FEGA ha emprendido un proceso de enajenación de los silos por el procedimiento de subasta o de venta directa como último recurso. Algunos no han entrado todavía en este proceso debido a que están cedidos a organizaciones sin ánimo de lucro o se encuentran en vías de regularización. En la provincia, el último silo vendido fue el de Cuéllar, en el año 2018, por un precio 85.000 euros y el de Sepúlveda está actualmente en proceso de venta directa por un importe de 94.000 euros. En Carbonero el inmueble estuvo funcional hasta hace no muchos años, cuando se había cedido su uso a la cooperativa agrícola Mesenor; también la nave anexa ha sido utilizada para la impartición de algunos cursos de formación profesional que se organizaban desde el Ayuntamiento.

Silo de Segovia.
Silo de Segovia.

Salvo casos excepcionales que conservan su primitiva funcionalidad de almacenamiento de cereal, al haber sido comprados por empresarios del sector como Octaviano Palomo, la mayoría sufren un contradictorio destino, mientras unos son demolidos como tributo a un arrollador crecimiento urbano, otros son reconvertidos para nuevos usos como la galería de exposiciones en Hortaleza, o centro cultural en Pozoblanco, o grandes proyectos de intervención como el de Castuera. En el ámbito internacional, Le silo, en Marsella es uno de los mejores testimonios de reconversión albergando un centro cultural, con un espacioso teatro en su interior, e integrado en la moderna y lujosa avenida que conduce al puerto de la ciudad.

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