Bajo la premisa del ‘partido a partido’ que no se cansa de predicar Agustín Pérez y, sin mirar más allá del próximo partido apartando así posibles presiones o favoritismos que puedan jugar en su contra, el Segosala se está moviendo como pez en el agua por ese camino y, este pasado fin de semana, en la decimoctava fecha liguera en la Segunda División, encadenó su segundo triunfo consecutivo después de imponerse por la mínima al Atlético Navalcarcarnero (1-0). Victoria a victoria, miguita a miguita.
Sobre el Pedro Delgado, la puesta en escena del conjunto madrileño con jugadoras rápidas y una estrategia de esperar en media cancha dificultó desde ya los primeros compases de partido el ataque del conjunto de Agustín Pérez que, con continuas imprecisiones, no lo permitió tener constancia sobre la portería visitante. Aún así, la calidad ofensiva del Segosala fue suficiente para generar hasta tres claras situaciones de gol, pero que, unas veces por las buenas intervenciones de la guardameta del Navalcarnero y otras por la falta de colmillo, no permitieron al equipo segoviano adelantarse en el marcador de un partido en el que, además, dicha ventaja hubiese sido sinónimo de un partido más abierto y con mayor transiciones, una de las principales armas del equipo rojinegro.
De esta manera, una sólida defensa madrileña fue poco a poco llevando a la desesperación a un Segosala sin acierto que, aunque si bien es cierto que no vio peligrar su arco, tampoco fue capaz de tomar ventaja en el marcador al paso por vestuarios. Así, con el resultado gafas y ya tras el reposo, el equipo de Agustín Pérez, desde una presión más intensa en la primera línea, metió una marcha al duelo ante un Navalcarnero bien replegado atrás. Los minutos pasaban, con mejores sensaciones segovianas, pero sin la recompensa del gol hasta que, a falta ya de cinco minutos para el final, fue precisamente una transición la culpable de que el Segosala encontrase el premio de abrir la lata gracias a una buena acción que culminó Claudia Garrido.
La mínima ventaja alivió al conjunto segoviano que, con cinco faltas ya en su cuenta, se vio obligado a reducir la intensidad, que no escatimar esfuerzos. Porque en su recta final, el Navalcarnero se lanzó sobre la portería segoviana por medio del juego de cinco, pero un Segosala generoso y con sacrificio defensivo, junto a la concentración justa como para no cometer esa sexta falta que hubiera llevado al equipo madrileño al doble penalti, echó el cerrojo a su portería para acabar certificando un nuevo y ansiado triunfo que permiten alargar la tendencia positiva al conjunto de Agustín Pérez que se coloca en la octava posición en la tabla con 32 puntos.
