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Santa Águeda: Poder y reivindicación femenina

La Fiesta de Santa Águeda se celebra el 5 de febrero. Esta celebración es una de más arraigadas dentro de la provincia. Las mujeres ataviadas con manteo y jubón han salido durante esta semana a las calles para celebrar a su patrona.

por Andrés Martín Cárdaba
9 de febrero de 2025
Las aguederas de San Lorenzo.

Las aguederas de San Lorenzo.

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Anaya celebra la festividad en honor a Santa Águeda

Fotogalería Baile de Gala y Cambio de Monteras en Zamarramala

El baile de gala y el cambio de montera despiden las fiestas de Santa Águeda de Zamarramala

Con motivo de la fiesta de Santa Águeda los pueblos de Segovia han permanecido una semana en fiestas. Para muchos municipios se trata de una jornada de celebración que dura varios días y que culmina hoy con las ceremonias religiosas del domingo posterior al día 5. Con una serie de actos simbólicos, las santaguederas toman el control municipal, celebrando la figura de la mártir cristiana y la participación femenina en la sociedad, manteniendo y transmitiendo unas tradiciones que destacan por su singularidad histórica

Una fiesta segoviana

La fiesta de Santa Águeda es celebrada en municipios de toda España, sin embargo, en Segovia tiene un marcado fervor. Las manifestaciones religiosas y actividades que se le dedican se extienden por toda la provincia. Esta celebración conmemora su martirio. Santa Águeda era una mujer del siglo III que fue torturada durante las persecuciones a los cristianos. Su festividad se celebra el día 5 de febrero y es protectora de mujeres, partos difíciles, embarazadas y enfermeras.

La relación de la santa con la tierra segoviana comienza con la Toma del Alcázar en la Edad Media. Señala la leyenda que durante las guerras entre los reinos cristianos y Al Ándalus los castellanos intentaron en varias ocasiones tomar la ciudad de Segovia sin conseguirlo debido a la posición de la fortaleza. Los musulmanes, acuartelados en el alcázar resistían las diferentes ofensivas. Ante esta situación, las mujeres de Zamarramala atrajeron la vista de los musulmanes a la otra punta del alcázar bailando, distrayéndolos mientras las tropas entraban en la fortaleza y tomaban la ciudad. Esta historia señala que en agradecimiento a este acto se concedió a las mujeres de Zamarramala el privilegio de convertirse en alcaldesas durante la fiesta de Santa Águeda, trasladando durante esa jornada el poder municipal, así como marcar una fiesta donde se celebra la hazaña bélica conseguida.

 

De la convivencia a la brecha generacional

Las cofradías de santaguederas se han convertido en un símbolo de convivencia intergeneracional. Estas agrupaciones reúnen mujeres de diferentes edades y a menudo suponen un eje de interés y unión entre personas de la misma familia, congregando a madres, hijas, nietas, abuelas y sobrinas en una misma actividad.

Este tipo de cofradías también suponen una nueva forma de convivencia en los municipios. A través de estas asociaciones se fortalecen las uniones no solo por la participación en la fiesta o en su preparación, sino que en muchos casos con las actividades que estas agrupaciones mantienen y crean a lo largo del año.

Este sentimiento de positividad no es compartido por todas las cofradías y asociaciones puesto que muchas cofradías destacan que también deben enfrentarse a nuevos retos. La situación en la que se encuentran las diversas asociaciones y concejos son muy diferentes entre los diversos municipios. En los últimos años son varias las cofradías de santaguederas que advierten de un problema para introducir nuevos miembros. Las mujeres que pertenecen a estas agrupaciones son cada vez más mayores y no existe un relevo por parte de gente joven. Mientras muchas de sus integrantes se unieron a estas cofradías en torno a los 20 o 30 años, actualmente la media de edad de las asociaciones crece, aunque se mantenga el número de integrantes. Además, ligado a esto señalan que la preparación de diferentes actividades supone un esfuerzo físico que requeriría dejar a personas más jóvenes y en algunos municipios no es sencillo.

Entre las tesis del del problema en estas cofradías se valora la despoblación general, la pérdida de integrantes en otros grupos o la desaparición de algunas asociaciones de mujeres en los municipios, tradicionalmente ligadas a esta festividad. En cualquier caso, han sido numerosas las cofradías, asociaciones y comités organizadores de fiestas de Santa Águeda que este año han reclamado que se promocione y se valore esta festividad e invitan a recibir a nuevas integrantes.

La indumentaria tradicional segoviana

Se trata de una fiesta fundamental en el mantenimiento de las piezas de la indumentaria tradicional segoviana. Durante estas jornadas las aguederas vestirán los trajes regionales, luciendo manteos y jubones. Sin embargo, a las tradicionales diferencias locales o familiares se unirá la presencia de elementos como mantillas, lazos, joyas, hebillas de zapatos y diferentes paños, elementos que con la festividad de Santa Águeda permiten ser lucidos para su conocimiento y difusión.

Las santaguederas acuden a las diversas ceremonias ataviadas con estos trajes, a menudo vistiendo mantilla y mantón de manila como símbolo de respeto en el caso de realizar actos que requieran mayor solemnidad. Asimismo, los diferentes cargos que adquieren las aguederas en las cofradías pueden diferenciarse mediante sus atuendos. Algunas de las prendas que se utilizan para remarcar los cargos diferentes entre las alcaldesas, mayordomas y damas son las monteras, tocas, manteletas y mantoncillos de talle.

En muchos casos las aguederas reutilizan prendas antiguas. El uso de los ajuares familiares pone en valor el peso de la tradición durante esta festividad, como un patrimonio que se transmite entre generaciones. Entre los trajes se puede contemplar los arreglos y restauraciones de piezas de las vestimentas tradicionales que gracias a este tipo de celebraciones son conservados, utilizados y puestos en valor. Estas piezas requieren de un tratamiento delicado ya que los materiales en los que están realizados como sedas, paños naturales o lienzos se degradan con facilidad por lo que arreglarlos para volver a usarlos es complejo.

Una fiesta común y diferente

Las fiestas de Santa Águeda tienen un desarrollo similar en la mayoría de los municipios, aunque todos cuentan con singularidades que convierten esta jornada en una ocasión única. Comienzan con un oficio religioso a través del cual se simboliza la festividad y se honra a la patrona de esta celebración.

Tras ello, las participantes de la fiesta recorren las calles de la localidad portando en andas una talla de la santa, a la que acompañan con música y danzas de la tierra. Posteriormente, las diferentes integrantes suelen reunirse en grupo para tomar un vermú o comer, festejando juntas hasta terminar el día mediante actividades lúdicas como jugar a las cartas u organizar partidas de bolos.

No obstante, además de estas celebraciones comunes, son muchos los municipios que realizan actos singulares que convierten esta fiesta en un momento de interés en la provincia. En la localidad de Martín Muñoz de la Dehesa sus habitantes se pasan dos imágenes de la santa sobre unas varas entre los vecinos, tradición que comienza el día 6 de febrero y que continúa durante varios días. En la ciudad de Segovia la tradición se reparte por los diferentes barrios y parroquias, en algunas como la de San Lorenzo se eligen aguederas y alcaldesas de Honor mientras en ese mismo día se celebraba la procesión en la iglesia de Santo Tomás por los jardines aledaños. Por su parte, en Cuéllar se organizan varias actividades durante las jornadas anteriores y posteriores a la fiesta. Este año los festejos han abarcado desde el 2 al 11 de febrero e incluyen desde la tradicional entrega del bastón de mando a la cofradía, hasta actividades menos usuales como una actuación de teatro solidaria.

 

El paso del poder a las mujeres

Este tipo de ceremonias tenían un componente representativo muy importante hasta fechas recientes. Las Aguederas tomaban el poder de los municipios y asumían roles tradicionalmente solo reservados a los hombres. Suponía una tradicional reivindicación de su protagonismo en la sociedad, organizando y participando como protagonistas en una fiesta. Mediante esos actos ceremoniales tomaban los símbolos del poder del municipio equiparándose e incluso reemplazando a las autoridades. Todo ello suponía que las festividades de Santa Águeda se convirtieran en una celebración de gran importancia en algunos momentos de la historia.

La fiesta de Santa Águeda es tradicionalmente asociada a la liberación de las mujeres. Muchos de los municipios incluyen en la fiesta referencias al protagonismo de las mujeres durante esta jornada. Esto se suele reflejar con ceremonias que simbolizan la entrega del poder de los alcaldes y jueces a las águedas. En algunos casos se muestra mediante la cesión del bastón de mando municipal, así como la entrega simbólica en la iglesia de este símbolo del gobierno de la localidad. En otros casos se combinan con las cesiones del bastón del juez de paz, como símbolo de las justicias del pueblo.

En otros municipios, las ceremonias de entrega de poder se celebran entre las propias mujeres de las asociaciones y cofradías. Las mujeres encargadas de la organización y mantenimiento de la fiesta celebran una entrega simbólica del poder desde la persona que gobierne la agrupación hacia su sucesora en el cargo. En esos casos las alcaldesas o mayordomas que van a dejar su cargo pueden entregar una vara o una montera, como un símbolo del encargo y responsabilidad de la fiesta. Las Aguederas y la mayordoma saliente suelen acudir juntas al lugar donde se encuentra la nueva heredera y gestora de la congregación, que en muchos casos es su casa, la puerta de la iglesia o un lugar emblemático de la localidad.

Las asociaciones locales además reconocen la labor emprendida por algunas mujeres dentro del municipio, concediéndoles cargos honoríficos durante estas celebraciones como la de santaguederas o alcaldesas de honor. Por su parte, se hacen actos simbólicos de crítica como la quema de peleles, muñecos de paja o trapos que ardían mientras las aguederas bailan a su alrededor.

Las Alcaldesas de Zamarramala

En Zamarramala la fiesta de Santa Águeda adquiere un significado especial. En este municipio las mujeres se reivindican en un acto social y cultural que ocupa varios días y que hunde sus raíces en la Edad Media. En ella las mujeres ocupan las instituciones y celebran varios actos demostrando esta cesión del poder a las aguederas.

La tradición comienza con la elección de las alcaldesas, se elige una Alcaldesa Mayor la cual se supone es la dirigente simbólica del gobierno, formado por el resto de alcaldesas, las cuales vestirán los diferentes trajes típicos de la fiesta.

El pasado día 5 se produjo el acto de entrega de poderes de la ciudad de Segovia. Las alcaldesas se dirigieron a las diferentes instituciones de la ciudad, comenzando con la entrega del bastón de mando de la Alcaldía. Tras ello, se dirigieron al resto de instituciones entre las que se encuentran la Diputación, la representación de la Junta y el Gobierno y el Alcázar.

El día de la fiesta de Santa Águeda, hoy como el domingo siguiente al 5 de febrero se celebra el resto de las ceremonias. Antes de la misma, el sacerdote se dirige a la casa de las águedas y las acompaña hasta la iglesia. En ese momento las zamarriegas toman la imagen de su patrona y celebran una procesión. Se dirigen hacia la vista del alcázar y realizan bailes en recuerdo a su participación en la toma de la fortaleza

Durante la misa en la iglesia de Zamarramala los hombres deben quedarse en un segundo plano en respeto por el poder adquirido por las alcaldesas y aguederas. No participan activamente en la fiesta y deben de caminar tras el Concejo de águedas. Uno de los elementos más característicos es el hecho de pedir permiso para realizar ciertas tareas, como tocar las campanas de la iglesia, que marca el inicio y fin de varios actos durante la fiesta.

Las mujeres cuentan con la prerrogativa de poder golpear a los hombres con las varas. Esto suponía tradicionalmente una forma de mostrar su poder y protagonismo durante la jornada y, a lo largo de la historia, proporcionaba una forma de invertir los roles de manera festiva demostrando de manera jocosa esta nueva postura temporal.

Tras la misa, en un pregón se anuncian los dos premios concedidos por las Águedas: el de Matahombres de oro y el de Home bueno e leal galardones dados a personas que hayan trabajado por mejorar la situación de la Mujer en la sociedad y sus problemáticas actuales. Finalmente eligen alcaldesas honorarias, un cargo que es tomado como uno más de los galardones y donde se premia a personas que hayan tenido una actuación relevante por las mujeres o por el mantenimiento de la fiesta de Las águedas en Zamarramala.

Se trata de una fiesta singular e integrada de manera profunda en la raíz segoviana. Una celebración muy extendida por diferentes municipios de la provincia, adquiriendo un rasgo distintivo en cada uno de ellos, pero donde las tradiciones medievales han ido adaptándose sin perder su esencia, donde a pesar de los orígenes históricos se pueden ver temas actuales como el protagonismo de la mujer, su poder y participación en la sociedad.

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