La tragedia se remonta al pasado 26 de febrero. Eran las nueve menos cuarto. Nora Agzannay, y su hermana de 16 años, que portaba en brazos al pequeño de la familia, Aissa, cruzaban un paso de peatones situado en Vía Roma. Un vehículo arremetió contra la joven y su hermano, y se empotró contra otro coche estacionado. El golpe causó graves heridas a la joven. El niño sufrió un fuerte impacto en la cabeza. Tras una semana en la UVI del Hospital 12 de octubre, Aissa, que contaba apenas cinco años de edad, falleció.
El relato es de su hermana Nora, testigo directo del suceso, que ayer no podía contener las lágrimas al recordar a su hermano y comprobar las muestras de solidaridad de la comunidad musulmana, a la que pertenece la familia Agzannay, de los vecinos de San Lorenzo y de los padres, profesores y compañeros de pupitre de Aissa en el colegio Martín Chico.
Casi 300 personas acompañaron a la familia del niño en una marcha silenciosa que partió de La Alamedilla de San Lorenzo y finalizó en el Azoguejo, convocada por un grupo de padres del centro educativo. La marcha hizo una parada en el paso de peatones donde perdió la vida Aissa o Hissan, como también era ayer recordado en varios carteles con su fotografía. En ellos podía leerse: “Todos somos Aissa” y “Te queremos Hissan”.
En el fatídico paso de peatones —que el día del atropello estaba dibujado en amarillo, por obras, y ayer estaba perfectamente pintado y sobreelevado— los compañeros de colegio de Aissa depositaron un ramillete de claveles blancos. Entre tanto, Nora y su madre, de negro riguroso, veían como unos padres colocaban con celofán la fotografía de Aissa y varios claveles en la señal vertical que hoy anuncia a los conductores la presencia del paso de peatones.
Pilar Valverde, madre de un escolar que era compañero del niño atropellado y una de las promotoras de la marcha comentaba que la marcha tan solo suponía “un recuerdo a un amigo de nuestros hijos, estamos acompañando a la familia”. Tras el suceso, según comentó Pilar, el colegio ha tenido que ofrecer orientación psicológica a los pequeños alumnos. “Es muy duro hablar de la muerte a unos niños tan pequeños, hemos tenido que aprender”, dice.
Pilar aseguró ayer que los padres han elaborado un escrito marcando los “puntos negros” del barrio de San Lorenzo. “Los pasos de peatones son peligrosos y la velocidad del tráfico es excesiva”, afirma Pilar, quien reconoce que el mortal atropello “nos ha hecho darnos cuenta de que ha sido Aissa, pero podíamos ser cualquiera de nosotros”.
Nora hablaba entre sollozos al recordar a Aissa. “Era como una vela en la casa, siempre corría a la puerta cuando yo llegaba y ahora ya no está. Es horrible.”, afirmó Nora, emocionada por el apoyo recibido ante la tragedia.