La comunicación es un tejido en constante construcción, donde cada hilo representa una voz, una historia, una identidad. Como un gran mosaico en el que cada pieza encaja de manera única, la comunicación se enriquece con las diferentes culturas, creencias, idiomas, nacionalidades y experiencias. Es en esta diversidad donde nace una obra de arte viva y dinámica, un placer compartido que nos permite conocer al otro y, al mismo tiempo, comprendernos mejor a nosotros mismos, al mundo y transformarlo.
Desde un aula de la Universidad de Valladolid en el Campus María Zambrano, los estudiantes del Máster en Comunicación con Fines Sociales: Estrategias y Campañas han iniciado el cuatrimestre con una experiencia inolvidable que abre paso a nuevas formas de entender la comunicación. Paulo Freire, en su obra “Pedagogía del oprimido”, sostiene que la educación debe ser un acto de libertad que fomente la conciencia crítica y la transformación social.
En la práctica de comunicación radiofónica desarrollada en los laboratorios de la Uva Fernanda Dias Ferreira (Brasil), Valentina Carreño (Colombia), Arturo Machirán (Cuba), Gabriela Solórzano (El Salvador), Xie Ziwei y Zhang Huiqi (China) expresaron ante el micrófono que uno de los mayores placeres de la comunicación es la posibilidad de aprender de los demás. La comunicación, más que una disciplina científica, es una forma de expresión integral que trasciende las barreras geográficas.
Cada conversación es una oportunidad para descubrir nuevas perspectivas, adquirir conocimientos y expandir los horizontes de la conciencia humana, así lo reveló el ejercicio práctico en una mezcla de diálogos que también delató sueños, experiencias y expectativas con un programa de máster que más allá de enseñar a transmitir información, apunta a la transformación de un mundo caracterizado por ciudadanos críticos, conscientes y capaces de interactuar de forma efectiva en el entorno.
“La asignatura La Acción Educativa en la Comunicación con Fines Sociales nos permite analizar y explorar más las posibilidades de la comunicación como herramienta educativa para formar ciudadanos cada vez más preparados para comprender el mundo, fomentar su capacidad crítica, nos ofrece una nueva visión de lo que debe ser la educación teniendo en cuenta los saberes clásicos de quienes han dedicado años al estudio de estos temas”, confiesa Arturo Alberto Machirán Reyes, estudiante cubano del máster.
Durante el coloquio y las entrevistas realizadas por los estudiantes y docentes durante la práctica, la pecera radial de la UVa se llenó de un diálogo inspirador y cargado de matices culturales, dando el toque perfecto a la jornada. El mensaje fue claro: la comunicación no es una elección, sino una necesidad inherente a nuestra naturaleza. Intentar comunicarnos, incluso ante barreras como el idioma o la distancia, solo nos impulsa a desarrollar formas más creativas de interacción, edificando estrategias que permitan un proceso dialógico y emancipador que fomente la participación activa y crítica en la construcción del conocimiento y de la sociedad.
Sin duda, la relación horizontal entre educadores y educandos es uno de los principios fundamentales de la educomunicación. Para los estudiantes, ha sido uno de los aspectos más enriquecedores desde el inicio del Máster en septiembre de 2024. Contar con docentes cuya trayectoria va más allá de la acumulación de títulos académicos convierte este posgrado en una experiencia no solo educativa, sino profundamente humanizadora.
Los profesores subrayan la necesidad de canalizar las emociones y no limitarse a la simple transmisión de conocimientos, es preciso en la descripción de cada modelo teórico que permite comprender la evolución e ideal de un acto educativo más efectivo.
“Incorporar las emociones en el proceso educativo y comunicativo añade un ingrediente de placer que nos invita a una introspección personal. Esto nos ayuda a comprender el papel que desempeñamos en el mundo, no solo como comunicadores y educadores, sino como piezas fundamentales en el gran rompecabezas que la sociedad necesita para alcanzar un equilibrio más real”, comenta Fernanda Días Ferreira, quien desde Brasil también llegó al máster llena de expectativas.
Clases como ésta muestran la importancia de una comunicación ética y responsable, con un enfoque social y solidario. En este punto, los jóvenes comprendieron que el pensamiento crítico es clave para construir una comunicación auténticamente libre, una que no esté condicionada por los intereses de grandes corporaciones, sino que sea capaz de abrir caminos hacia una verdadera igualdad social.
En la memoria de estos estudiantes, provenientes de distintas culturas, quedará impreso que el placer de la comunicación radica en su poder de unir, enriquecer y compartir experiencias. Desde la teoría de la educomunicación hasta su aplicación práctica, han experimentado en primera persona cómo la comunicación puede ser una herramienta de transformación y empoderamiento.
“Es increíble cómo una experiencia dinámica y enriquecedora puede abrirnos los ojos al verdadero valor de la comunicación, un aspecto fundamental en nuestra vida diaria que muchas veces damos por sentado. La clase nos permitió reconocer que la educomunicación no solo nos ayuda a construir mensajes claros y auténticos, sino que también fortalece nuestras habilidades emocionales y sociales, reconociendo que nuestra autenticidad determina la manera en que nos comunicamos y el impacto que generamos en quienes nos rodean” menciona Valentina Carreño, Colombiana, estudiante del máster.
Así, cada palabra, cada gesto y cada diálogo se convierten en piezas de un gran mosaico en constante evolución. La comunicación es, en esencia, ese arte colectivo donde cada uno aporta su fragmento para dar forma a un todo armonioso. Desde el campus María Zambrano de la Uva es un placer que se disfruta con el sabor de la teoría y la práctica, siendo así, un mosaico de voces y culturas.
