Desde el pasado 24 de abril, cuando se vino abajo un edificio de fábricas textiles en Bangladesh, los equipos de rescate han ido sacando decenas de cadáveres de los escombros. Día a día, la cifra de víctimas mortales aumentaba y, 16 días después del derrumbe del edificio, con 1.043 cuerpos sin vida recuperados, ocurrió un milagro. Una empleada del complejo fue rescatada ayer con vida bajo los restos del edificio.
En lugar de seguir adelante con las excavadoras, uno de los trabajadores gritó una vez más en el interior de la montaña de escombros. Así llevan haciendo una semana y media, desde que utilizan maquinaria pesada, pero desde entonces la respuesta a cada llamada había sido solo el silencio.
Sin embargo, al llegar al sótano del inmueble, que tenía ocho plantas, y vociferar una vez más en busca de supervivientes, se escuchó la voz de una joven. «Estaba en una cavidad entre un montón de escombros y podía moverse con libertad», aseguró el comandante Moazim, el primero que habló con la superviviente.
De inmediato, los equipos de rescate pararon las excavadoras y las grúas, voluntarios llegaron de todas partes e intentaron abrirse paso hacia la víctima con ayuda de pequeñas sierras y martillos. Y después de una hora, conseguían sacar a la mujer a la luz del día: una joven costurera de nombre Reshma Begum.
«Creí que nunca volvería a ver la luz del día», aseguró la chica poco después de ser trasladada al hospital, donde, para su sorpresa, los médicos descubrieron que apenas tenía heridas.
Cuando Reshma, con su vestido lila y su chal rosa en torno al cuello salió a la luz, muchas manos se levantaron rezando al cielo.
Con los ojos medio cerrados, Reshma miraba al sol mientras era trasladada rápidamente en una camilla a una ambulancia. Un voluntario de los bomberos no podía creerse que alguien hubiera sobrevivido bajo el montón de escombros durante 16 días. Y, para más sorpresa, Reshma se encontraba bien. Sobrevivió a dos semanas y medida de tortura en la oscuridad y resultó casi ilesa. Encontró una botella de agua y algún alimento seco, contó a los facultativos que le atendieron. Ésa fue su fuente de alimentos durante estas jornadas.
La primera ministra del país, Sheij Hasina, se mostró impresionada: el rescate de la joven es «sobrenatural». La última superviviente hasta la fecha había sido hallada el 28 de abril, cuatro días después de la catástrofe. Sin embargo, finalmente falleció, porque al tratar de sacarla se produjo un incendio, probablemente al prenderse alguna prenda cuando los equipos de rescate intentaron cortar barras metálicas y provocaron chispas.
Mientras, el nuevo balance ofrecido por las autoridades deja una cifra fatal: 1.043 cadáveres han sido ya rescatados y los bomberos temen que en la parte más baja del inmueble queden, al menos, otro millar de cuerpos sin vida.
La mayoría de las víctimas son mujeres que ya habían comenzado su turno ante las máquinas de coser de las fábricas textiles cuando el edificio se derrumbó como un castillo de naipes la mañana del 24 de abril.
Casi 2.500 personas sobrevivieron a la catástrofe, pero la mayoría vivió el drama de ser amputados.
