Grecia, el país de la zona euro más golpeado por la crisis, asumió ayer la presidencia de turno de la Unión Europea (UE). Su principal objetivo semestral es lograr avances en el crecimiento económico y la política migratoria, aunque lo hará con la presión de las cercanas elecciones al Parlamento Europeo y la sombra de un posible tercer paquete de rescate para sus maltrechas finanzas.
Atenas está luchando por salir de seis años consecutivos de recesión, en los que ha recibido préstamos por 240.000 millones de euros. Aun así, el primer ministro, Antonis Samaras, aseguró que el mandato semestral que Grecia asume de manos lituanas será un período de «oportunidades».
Una de las prioridades de la presidencia griega será la lucha contra el desempleo juvenil, afirmó Samaras, cuyo país sufre una tasa general de desempleo de cerca del 27 por ciento. Además, Atenas quiere seguir avanzando en la Unión Bancaria, de la que ya se sentaron dos de sus principales pilares. El objetivo de esta nueva arquitectura de la UE es restablecer la confianza en los bancos de la eurozona y evitar que los contribuyentes tengan que pagar en el futuro eventuales rescates.
La carga de trabajo de las jefaturas rotatorias de la Unión se ha reducido desde que en 2009 se establecieron figuras encargadas de liderar las cumbres (presidente del Consejo Europeo) y de representar la política exterior y de seguridad común del bloque. El principal papel de dichas responsabilidades semestrales es arbitrar las reuniones de ministros e intentar alcanzar acuerdos entre los 28 miembros de la Unión y con el Parlamento Europeo.
Durante su poder semestral de 2003, Grecia abrió camino al crear perspectivas de adhesión para los países balcánicos más occidentales, mientras en la UE entraban 10 nuevos socios. Sin embargo, Atenas ha bloqueado desde entonces el acceso a Macedonia, con quien tiene abierta una disputa por el nombre del país.
En esta ocasión,el país heleno afrontará nuevos retos, pues la UE debe aprobar nuevas leyes antes de las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en mayo. La perspectiva de los comicios reduce el margen real de actuación legislativa tres meses antes de las votaciones.
«El próximo año será crucial para Europa, ya que intentaremos sacar adelante leyes importantes», afirmó el líder de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Las prioridades del próximo arbitraje permitirán a los miembros de la UE «navegar juntos hacia un repunte sostenible y hacia la creación de empleo», agregó el político portugués.
La propia Grecia espera repuntar por fin un tímido 0,6 por ciento el próximo año y ver reducida ligeramente su tasa de paro.
«Gran oportunidad»
Barroso también espera «que la presidencia helena sea una gran oportunidad para mostrar que Grecia no solo es capaz de resolver sus problemas con la solidaridad del Viejo Continente, sino que el país también puede contribuir significativamente al proyecto europeo».
Otra de las cuestiones que abordará el liderazgo griego será la migración. La legal y la ilegal. «Europa necesita una política efectiva para esta cuestión fundamental para los países del sur», explicó el viceministro de Exteriores, Dimitris Kourkoulas.
Atenas es, junto con Italia y Malta -y en menor medida ahora España- uno de los países más afectados por la llegada de inmigrantes ilegales a través del Mediterráneo.
