A veces cuando voy paseando por la calle, cuando estoy en la estación del bus o simplemente cuando veo la televisión me voy fijando en cómo va vestida la gente y en los colores que se llevan. El negro va dominando cada vez más nuestras calles y plazas. Sobre todo en los jóvenes menores de treinta. Casi todos llevan alguna prenda negra, La otra suele ser gris, a veces blanca. Ausencia total de los colores. Parece que la vida no tiene color.
Hace poco fui a comprar un pantalón de chándal. La mayor parte eran modelos negros, luego grises oscuros y algunos blancos o azul marino. Prácticamente han desaparecido los colores. No ha ocurrido de repente. Está siendo un proceso largo. Y continúa.
Pero, ¿por qué el negro? Nada es casual.¿Por qué esta moda imperativa tan extendida? ¿Por qué seduce tanto a todo tipo de gentes? ¿Qué hay detrás del color negro? ¿Qué simboliza? ¿Qué sugiere? ¿Con quién nos identifica?
Desde la época de los romanos el color negro está asociado con el luto. En la Edad Media era un color que simbolizaba autoridad y se dejó para la Iglesia y los magistrados. Ahí siguen. Luego los conquistadores trajeron de América el palo de Campeche que proporcionaba un negro total no conseguido hasta entonces con los tintes europeos. Felipe II se apropio de él y convirtió el negro en el color de su Corte y la de los Austrias posteriores. Desde ahí quedó identificado con el poder. Después se fue democratizando y en siglo XIX fue el color de la ropa de los artistas y de los hombres elegantes. En 1926 Coco Chanel rompió los moldes de la moda femenina cuando lanzó su “pequeño vestido negro” y fue toda una revolución contra los vestidos vaporosos y de tonos pastel de las mujeres de los años 20. Ya nunca desapareció el color negro de la moda.
Desde los años 90 nos han ido llegando oleadas de ropa negra que empezaron por las zapatillas deportivas, las camisetas, las sudaderas…se han ido extendiendo por su amplia aceptación y hoy el negro lo abarca todo. Es un color predominante en coches, teléfonos y todos los objetos más usuales. Pero ¿por qué seduce?
En un recorrido por la historia del color negro Michel Pastoureau escribe sobre los distintos simbolismos que ha ejercido el negro a lo largo del tiempo. Desde los más negativos como tristeza, duelo y muerte, pasando por algunos ambiguos como humildad, noche, fertilidad…hasta llegar a los que hoy más reconocemos, dignidad, elegancia, sofisticación, autoridad, certidumbre, seguridad, poder…
Quizás ya vamos entendiendo algo. El negro sigue siendo el color del poder, pero cada vez más es el color del poder oscuro, sin rostro. Ese poder que hoy sentimos que lo domina todo pero que nadie se atreve a identificar.
Durante mucho tiempo fue el color de los policías, pero hace tiempo que lo han cambiado por colores más amables. Probablemente influyó que fue el color que puso rostro al fascismo, las SS alemanas y los camisas negras italianos. La cara amable del poder quería alejarse de ese mundo tan “negro”.
Pero hoy estamos volviendo ahí. Todos los grupos de operaciones militares especiales de cualquier país visten de negro o de colores muy oscuros. De negro visten los milicianos del Estado Islámico y otros grupos semejantes. También predomina en los gurús tecnológicos, de Steve Job a Elon Musk. No es casual.
Recordemos, el negro trasmite seguridad, certidumbre, autoridad, poder…precisamente lo que ansían todas las mentes perdidas del mundo. Es un refugio, no solo simbólico, ante las inseguridades que constantemente amplifican las redes sociales. Inseguridad en el trabajo, en la vivienda, incertidumbre en los roles tradicionales de hombre/mujer, en la pervivencia de nuestro mundo tranquilo ante la llegada de gentes bárbaras y sobre todo incertidumbre ante un futuro que cada vez se empeñan en dibujarlo más sombrío… para que los asustados ciudadanos se echen en manos de quien les promete seguridad, certezas inamovibles y verdades eternas basadas en patrias y tradiciones de siglos.
Y en este maremágnum casi apocalíptico…¿qué hacen los músicos y los camareros…vestidos de negro riguroso? Si Mozart levantara la cabeza y viera a una orquesta y coro, con sus más de cien miembros vestidos de negro riguroso, se acordaría de sus levitas en tonos pastel verdes, rosas y azules y saldría corriendo para no volver a un mundo tan sombrío. Mejor dejemos el negro para los que siempre lo han usado, los curas, los jueces y los mafiosos.
El negro es el color de nuestro tiempo. No es casualidad. Es el color de esta sociedad. Es el color que no es color, el color de la nada, del nihilismo, que ya sabemos hacia donde nos lleva. Muchos no lo han conocido, no confían en la historia y quieren conocerlo de primera mano.
