El cuarteto Ocean Drive nos vuelve a visitar después de largo tiempo y celebramos esta ocasión en la que podemos admirar la forma de hacer música de un grupo de músicos de la orquesta sinfónica de Castilla y León. Hace tiempo que nos visita como cuarteto y siempre nos ha admirado su forma de atacar la partitura, por derecho y sin contemplaciones, para trasmitir todo lo que ha querido escribir el autor.
En este caso, el programa seleccionado por ellos era de lujo, dos quintetos con el acompañamiento, que aquí no quiere decir que sea secundario sino todo lo contrario, de Sophia Hase.
El primer quinteto con piano, que así se denomina la formación del cuarteto clásico de cuerda con piano, que es el que nos ocupa, era el de Granados, que se comienza con un allegro de forma muy apasionada y en el que el autor se muestra libre en la forma de componer, acaba con un tercer movimiento en molto presto al que llega después de una introducción, bastante elegante, a un allegretto quassi andantino, movimiento lento, que refleja un día de niebla, como el que en el día del concierto hacía en Castilla.
El quinteto de Brahms es otra obra apasionada, que nació como ensayo en quinteto con dos chelos, como gustaba a nuestro Boccherini en sus escarceos de la forma, y más tarde como sonata para dos pianos. Al final tenemos el producto en forma de cuarteto de cuerda con piano y con una escritura perfecta. Su scherzo parece ser creado desde el más perfecto dominio de todos los recursos creativos puestos a su alcance, si alguna vez nos parece Brahms un coloso de la potencia melódica, es esta. No tiene nada que ver con sus hermanos, como pudieran ser los quintetos de Schumann y Dvorák, puesto que éste pasa ya a la categoría de música sinfónica, se rebela, otra vez más, como un revolucionario que hace crecer el poder de la forma en que escribe.
El romanticismo de su juventud está apoyado por la herencia aportada por sus mayores, y aquí se recuerda a los cuartetos de Beethoven, como a su espíritu de innovación ya fecundado por su conocimiento del otro gran revolucionario del romanticismo, Schubert. Es una cima de la música de cámara del momento, y ese momento estilísticamente no se pudo superar, porque después ya no todo fue como debiera, es decir, la línea estilística se rompió para dar lugar a otra cosa que se llamó modernidad, para bien o para mal.
Intérpretes: Teymuraz Janikashvili, violín; Jennifer Moreau, violín; Marc Charpentier, viola; Marius Díaz, violonchelo, Cuarteto Ocean Drive
Sophia Hase, piano
Obra de E. Granados y J. Brahms
Fecha: Miércoles 12 de Enero de 2011
Lugar: Teatro Juan Bravo
Organiza: Sociedad Filarmónica
