El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció ayer que la cumbre entre los líderes de la Unión Europea y Turquía para frenar el paso de refugiados a territorio comunitario tendrá lugar el próximo 7 de marzo en Bruselas. Los jefes de Estado y de Gobierno ya acordaron la semana pasada reunirse en breve con las autoridades turcas para evaluar la puesta en marcha del plan de acción UE-Turquía y para examinar otras medidas adicionales, como el plan para la reubicación “voluntaria” de refugiados llegados a Turquía en los Estados miembros.
“Los líderes dijeron que el plan de acción es nuestra prioridad y que las altas cifras que seguimos viendo deben bajar y deben hacerlo rápidamente. Por eso he decidido organizar una reunión especial el 7 de marzo”, explicó Tusk en una comparecencia ante el pleno del Parlamento Europeo. Por su parte, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, advirtió de que la cita servirá también a los Veintiocho para reexaminar sus compromisos en materia de inmigración y asegurar la “puesta en marcha eficaz” de las medidas que han acordado en los últimos meses.
Además, Juncker señaló la necesidad de que los Estados miembros confirmen su determinación común a “avanzar lo más rápidamente posible” para mitigar la llegada masiva de demandantes de asilo. En este sentido, advirtió de que las soluciones nacionales “son un obstáculo” en el camino de la respuesta europea, en alusión a la decisión de Austria de limitar la entrada diaria de refugiados a su territorio, algo que Bruselas ya avisó de que contraviene las normas y principios de la UE.
Tusk también apeló a la necesidad de acciones comunes y consensuadas, por lo que reclamó a los líderes europeos que eviten diseñar “planes A, B y C”. “No tiene ningún sentido, sólo crea divisiones”, dijo Tusk, cuando es en la “unión” en donde “hay que buscar” las soluciones.
Así, el presidente del Consejo Europeo aseguró que “no hay buenas alternativas” a una estrategia europea en materia de migración, al tiempo que apeló al pleno respeto de las reglas del acuerdo de espacio sin fronteras Schengen. “Necesitamos invertir en Schengen, no en su caída”, reclamó.
Por su parte, el exprimer ministro polaco aprovechó su intervención para señalar la que el vínculo que, a su juicio, existe entre la gestión de la crisis de refugiados y el referéndum británico sobre la permanencia en la Unión Europea. “No tengo la menor duda de que el modo en que afrontemos el reto de los inmigrantes tendrá un significado clave en la campaña del referéndum”, aseveró Tusk, para quien es urgente demostrar “unidad” en las respuestas a la presión migratoria.
