Hay días en los que, por más que lo intentes, no hay manera de que te salgan bien las cosas. Como este relato de lo acontecido ayer en el campo de La Albuera, que tiene toda la pinta de que va a ser de tan baja calidad como el partido que ayer trataron de jugar Gimnástica Segoviana y Santa Marta.
Claro que ambos equipos tienen excusa para su mal partido. El campo de La Albuera parecía una guarida de conejos en lugar de un terreno de juego, por lo que tratar de jugar el balón por abajo era un imposible, con el cuero dando más saltos que un canguro en cuanto alguien trataba de rasearle. Pero es que tampoco se podía lanzar el esférico en largo, porque el viento soplaba con fuerza, dificultando enormemente el juego aéreo. Así que, si no se puede jugar el balón ni por arriba ni por abajo, directamente no hay fútbol.
Y eso que durante todo el partido tanto Segoviana como Santa Marta pusieron intención. Ni azulgranas ni salmantinos son muy de despreciar el juego de toque, por lo que ambos trataban de que la salida del esférico fuera limpia desde atrás, pero no había manera. Los únicos que parecían saber tratar el esférico eran Mariano y Fran, sobre todo este último, muy activo en la primera parte, mientras que en los visitantes, Rubio e Ito peleaban con mucho criterio en el centro del campo.
Cumplido el minuto 15 de encuentro, Fran Dorado cae en el área salmantina fruto de un claro penalti. El árbitro en principio deja seguir la jugada, pero posteriormente señala el punto fatídico, y Mariano se encarga de hacer el 1-0. Poco antes, Palomi se había encargado de desnudar a la zaga azulgrana con un mano a mano ante Iván que no terminó en gol por poco.
Durante el primer período, la Segoviana fue un flan en defensa, sobre todo por la zona central, y un cuchillo en ataque, siempre con la acciones de Fran. El 2-0 rondó el área de Jacob hasta que, en una acción mal defendida por los mediocentros azulgrana, y mal cerrada por los centrales, Palomi recogió otro envío en profundidad, y esta vez no falló ante Iván.
Y ya que se ha mentado al joven portero de la Segoviana por segunda vez, bueno será explicar que mientras que los zagueros no se fíen de su compañero bajo los palos, el equipo seguirá sufriendo demasiado en defensa. Ayer, el “run run” de la grada cada vez que el balón rondaba el área local se hizo más patente con el paso de los minutos, y no les faltaba razón a los aficionados, porque algunas acciones defensivas de los gimnásticos fueron como jugar a la ruleta rusa.
A diez minutos para el descanso, y con el Santa Marta creyendo que podía darle la vuelta al partido y hacer el 1-2, una buena transición azulgrana acaba con el balón a los pies de Fran, que de primeras envía al punto de penalti para que Mariano marque el 2-1 que a la postre fue definitivo. A partir de ese momento, y hasta que los azulgrana cayeron en la cuenta de que iban ganando y no perdiendo, la Segoviana se empeñó en suicidarse, atacando con seis y siete jugadores con el riesgo de recibir los contragolpes del Santa Marta, que siempre dejaba dos hombres en el ataque. En no pocas ocasiones el equipo salmantino afrontó un contraataque en superioridad, pero en ninguna de esas acciones supo encontrar el modo de llegar a la portería de Iván. Fue mediada la segunda parte cuando los locales fueron conscientes de su ventaja, y ya no atacaron con tantos jugadores, aunque eso no significara que defendieran mejor.
Y cuando el partido se había estabilizado en la mediocridad, para redondear la “fiesta” surgió de manera espectacular la figura del árbitro, que ya apuntó maneras en la primera parte, mostrando una tarjeta absurda a Pablo Morales en el minuto uno de partido, y que directamente enloqueció con la llegada de los compases finales del choque, expulsando al entrenador del Santa Marta por un “quítame allá esas protestas”, haciendo lo propio con David Durán por tirar la manta con la que se tapaba del frío en el banquillo, mostrando una amarilla a Anel para quitársela posteriormente y mostrársela a Maikel, y alargando el choque siete minutos porque le dio la gana.
Entre la actuación del árbitro zamorano, y los acercamientos del Santa Marta al área de Iván, que eran como una película de suspense, los aficionados no supieron a qué carta quedarse hasta que (¡por fin!) el colegiado decidió acabar con el sufrimiento y dar por terminado el partido. Sin duda, fue una victoria para olvidar cuanto antes. Como esta crónica.
PACO MAROTO: «Algo bueno no tiene que pasar este año»
El entrenador de la Segoviana venía preparado para la pregunta de si el partido había sido malo, “porque iba a responder que malo no, peor. Lo mejor, desde luego, ha sido el resultado, porque hoy (por ayer) ha sido uno de esos días en los que todo se ha puesto en contra. El campo estaba mal, el aire que hacía,… menos mal que hemos ganado”.
Maroto ofreció una clave interesante sobre la que habrá que trabajar con el equipo, “ya que los errores puntuales nos suelen descolocar bastante. Hemos tenido un par de dudas que han acabado costándonos un gol, y hemos sufrido un “descoloque” general. Por lo menos en la segunda parte el equipo ha estado más asentado y ha cerrado bien en defensa para no pasar apuros”.
Para “redondear” un mal día de fútbol, Roberto fue baja por culpa de un esguince de rodilla con rotura parcial del ligamento lateral interno, “en una lesión que se produjo de la forma más tonta. Será baja un mes, algo que dentro de lo malo no es lo peor que le podía haber pasado. Después de todas estas desgracias, estoy seguro que algo bueno le tiene que ocurrir este año a la Segoviana”.
