El Burgos ya tiene lo que quiere, que no es otra cosa que la primera plaza para poder tener ventaja a la hora de disputar el play off de ascenso. Las matemáticas y el optimismo se empeñarán en demostrar lo contrario, pero el hecho cierto es que, tras el empate que cosecharon ayer Segoviana y Villaralbo, el conjunto burgalés ya goza de tres puntos de renta sobre azulgranas y zamoranos, y hay que ser muy, muy, pero que muy optimista, para pensar que Huracán Z, Almazán o Tordesillas van a ser capaces de derrotar al equipo de Julio Bañuelos, y que la Segoviana va a ganar sus tres partidos frente al Atlético Bembibre, Venta de Baños y Valladolid B.
Ayer, Segoviana y Villaralbo pusieron sobre el terreno de juego las razones por las que van a jugar el play off de ascenso. Sobre un césped que a media hora de empezar el choque estaba perfecto, pero al que la lluvia se empeñó en poner rapidísimo, ambos conjuntos trataron de imponerse en el centro del campo, los locales con su juego de toque, mientras que los zamoranos lo intentaban con sus envíos en largo buscando a Gustavo y entrando en segunda línea.
Paco Maroto sorprendió poniendo en el campo a Fran y Otero en las bandas, con Manu en la mediapunta y Mariano como falso delantero centro, lo que en principio parecía un contrasentido, ya que faltaba un “9” para rematar los envíos desde los costados. Sin embargo, desde el primer momento quedó en evidencia que la defensa del Villaralbo no se sentía cómoda sin un delantero centro a quien fijar la marca, y las acciones locales llevaban bastante más pólvora que las del equipo de Rubén de la Barrera, que vio el partido desde la grada.
Mariano dispuso de dos claras ocasiones antes de cumplirse el primer cuarto de hora de partido, pero entre José Luis y el palo evitaron el 1-0. El equipo visitante, obligado por la presión local, se veía obligado a lanzar el balón en vertical por medio de un Villarchao que dejó claro que entre sus virtudes no se encuentra la de la habilidad en el juego en largo. Así, el choque parecía vencerse hacia la portería zamorana hasta que Chus, antes de que el cronómetro señalara el minuto 30, cabeceó a la red un saque de esquina al primer palo. Decir que el lateral se merecía esta alegría por marcar se puede quedar corto.
Para entonces un fuerte aguacero ya había dejado el campo extraordinariamente rápido, lo que obligaba a una precisión en los pases que faltó en algunos momentos, como en una mala acción de la defensa azulgrana que, con Durán vencido, dejó a Ramón solito para rematar a puerta vacía. Incomprensiblemente el delantero visitante echó el balón fuera, lo que fue un guiño de la fortuna a la Segoviana, aunque ese guiño se tornó en mueca burlona cuando Mariano no encontró más que a José Luis en un contragolpe con ventaja para el delantero, y Fran Dorado se empeñó en regatearse a sí mismo con el portero del Villaralbo en el suelo para dar tiempo a Bastida a colocarse bajo los palos y sacar su remate. Parece mentira lo bien que es capaz de empezar las jugadas el “10” de la Segoviana, y lo mal que casi siempre las acaba por su empeño en hacerlo todo de manera individual.
La Segoviana, que había ofrecido mejor imagen que su rival en la primera parte, se marchó al descanso con la sensación de que podía haber dejado sentenciado el partido, pero al final había dejado vivo a su oponente. Y ya se sabe que en el fútbol no se puede perdonar, y también que un gol sale de cualquier parte.
El Villaralbo salió con más ambición tras el descanso, la Segoviana le cedió el balón abusando en exceso de los envíos en largo, y poco a poco la portería de Durán comenzó a pasar por bastantes más apuros que la de José Luis. La defensa gimnástica lograba detener las acometidas visitantes con más o menos solvencia, hasta que en el minuto 67, Pablo Morales hizo dudar al árbitro con su salto sobre el delantero del Villaralbo. Y ya se sabe que, cuando un árbitro duda, el resultado para la Segoviana es funesto. El leonés Ruiz Sánchez señaló la falta, y Fran Bea la ejecutó con maestría, poniendo el empate a uno en el marcador.
El gol dejó tocada la moral de la Segoviana, que en algunos momentos no supo si lanzarse al ataque buscando la victoria, o guardarse un poco sabiendo que el empate les dejaba en la segunda plaza. Esa indefinición fue aprovechada por los jugadores del Villaralbo para plantarse solos ante Durán en un par de contragolpes que fueron repelidos por el portero azulgrana en el último momento. Pasados los momentos de dudas, todos los locales volvieron a jugar a lo mismo, y se lanzaron a por el 2-1, que fue evitado por José Luis en dos grandes intervenciones a remates de Otero y Anel. Al final hubo reparto de puntos, que era lo que ninguno de los dos equipos quería, porque el Burgos se escapa en la primera plaza.
