Castilla y León ha registrado un nuevo máximo histórico en población de águila imperial ibérica, hasta alcanzar los 160 territorios en 2023, gracias a un proyecto de conservación y recuperación que ha permitido pasar de las 16 parejas existentes entre 1997 y 1999 a superar el centenar de territorios desde el año 2019.
La Junta de Castilla y León planifica y organiza el censo autonómico de águila imperial ibérica, a través de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal, con apoyo de la Fundación Natural de Castilla y León, y cuyos resultados correspondientes al ejercicio 2023 se han publicado en la página web regional, según informa la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio.
Como indican los resultados, la especie ha pasado de registrar su mínimo histórico de 16 parejas entre los años 1997 y 1999, a alcanzar en el año 2005 una población de 29 territorios. La cifra ha ido incrementándose hasta superar el centenar en 2019 y alcanzar los 160 territorios en 2023.
La presencia de águila imperial se distribuye entre Segovia (51 territorios), Ávila (42 territorios), Valladolid (35 territorios), Burgos (11 territorios), Zamora (10 territorios), Salamanca (ocho territorios) y Palencia (tres territorios).
El continuo aumento poblacional en los últimos años ha ido acompañado de un notable aumento del área de distribución, pasando de contar con parejas reproductoras en 16 cuadrículas UTM 10×10 km en 1998, hasta las 114 cuadrículas en 2023.
Esta tendencia positiva demuestra, a juicio de la Consejería, la efectividad de las medidas de gestión y conservación adoptadas, como la alimentación suplementaria, la monitorización y corrección de la mortalidad provocada por la colisión y electrocución en tendidos eléctricos y la aplicación de prácticas de gestión forestal sostenible a través de instrumentos de planificación y ordenación forestal en los montes públicos y privados.
También el efecto de la recuperación en extensión y abundancia de las poblaciones de conejo silvestre en determinadas áreas de la cuenca del Duero.
El proyecto está en marcha desde 2003, cuando la Junta de Castilla y León aprobó el primer plan de recuperación para el águila imperial y definió como áreas críticas aquellas zonas con importancia para la nidificación y la alimentación, dentro de las Zonas de Especial Protección para las Aves.
Se definieron 24 áreas críticas ubicadas en 11 ZEPA diferentes de las provincias de Ávila y Segovia (Pinares de Peguerinos, Pinares del Bajo Alberche, Cerro Guisando, Valle de Iruelas, Valle del Tiétar, Dehesas del Río Gamo y el Margañán, Encinares de la Sierra de Ávila, Encinares de los Ríos Adaja y Voltoya, Sierra de Guadarrama, Campo Azálvaro-Pinares de Peguerinos y Voltoya y del Zorita).
Debido a la mejora poblacional y a la expansión del área de distribución, en el año 2023, únicamente el 12,5 por ciento de los territorios de nidificación (20 territorios) coincidieron con áreas críticas definidas en el año 2003. n
