La vieja casa donde nació el doctor Pedro González Velasco, “el doctor Velasco”, junto a otro inmueble anexo, fue comprada por el Ayuntamiento de Valseca a la familia Segovia en el año 2006, adquiriendo un significativo inmueble con una doble simbología sanitaria, ya que el objetivo principal del Ayuntamiento fue erigir en el mismo solar donde nació el insigne doctor, el nuevo Consultorio Médico de la localidad, que finalmente fue inaugurado en el año 2007.
La pared de la primitiva casa, sostenía una célebre placa conmemorativa, dedicada a Velasco con la inscripción: “Aquí nació el 23 de octubre de 1815 el célebre anatómico y hábil operador D. Pedro González Velasco”, conteniendo en su letrina un error, ya que nació el día 22 de octubre, y no el 23, según la partida de nacimiento archivada en la parroquia. La placa realizada en mármol fue recolocada en el nuevo edificio, para orgullo del vecindario, y cuyas letras actualmente han perdido la pintura.
En un reportaje bajo el epígrafe “Valseca de Boones”, realizado en el año 1965, por el periodista del El Adelantado de Segovia, Antonio Gómez Santos, incluye una entrevista a pie de calle a la vecina Petra Segovia, inquilina aneja de la vivienda de Velasco, y así se refería ella al viejo inmueble: “la compró mi hermano Mariano en el año 1909, y ya estaba en la situación de ruina actual”, explicaba; a la vez que la pregunta sobre sí recuerda cuándo colocaron la placa, “no podría precisar bien el año pero si me acuerdo que aquel día fue fiesta en Valseca y que vinieron muchas e importantes personalidades, entre ellas Don Segundo Gila”, detalla. Segundo Gila, en aquellos momentos acababa de ser nombrado presidente de la Diputación Provincial de Segovia, y también a los pocos años, llegó a formar parte del consejo de administración de los Laboratorios Gurruchaga, que se domiciliaban en el municipio.
¿Pero cuándo se colocó la histórica placa en la casa donde nació Velasco?. Hemos profundizado en la prensa histórica, y comprobado a través de una publicación de El Adelantado de Segovia, que fue el día 14 de junio de 1925 cuando el pueblo de Valseca rindió homenaje al doctor “como gloria de la medicina española”. La jornada no solo se centró en el descubrimiento de la placa de Velasco frente a su casa en la entonces calle Cantarranas (hoy Laurentino Cardiel); el pueblo también rindió homenaje este mismo día a otro hijo del pueblo, “el virtuoso clérigo Juan Bravo(1610)”, descubriendo otra lápida de mármol, adosada al edificio Consistorial, que decía: “El pueblo de Valseca dedica este recuerdo al clérigo don Juan Bravo como bienhechor del mismo”. El clérigo dejó una Obra Pía en beneficio de los pobres de Valseca. Sobre la jornada festiva, “el homenaje se celebró, dentro de su sencillez, resultó muy simpático y muy interesante, asociándose todo el vecindario, y concurriendo personalidades muy significadas de Segovia y la provincia”, recoge la publicación.

Pero puestos en antecedentes, la casa posteriormente al origen inicial de la propiedad de la familia Velasco, tuvo su propio e intrigante devenir. Y a ella, también se refirió de forma histórica Velasco en el acto de inauguración del Museo Nacional de Antropología hace ahora 150 años, cuando en la primera línea de su discurso ante el Rey Alfonso VII, expresó: “Nací en pobrísimo Zaquizamí de muy oscuro pueblo, lactado en las negruras y desgracias de la miseria”. Después el inmueble, al cabo de los años pasó a ser propiedad de los hermanos Braulio, Quintín y Petra Berrocal González, vecinos de Valseca y a la vez sobrinos de Velasco. Y es en el año 1877, cuando el Doctor Velasco, visita Valseca en su deseo de comprar la casa donde nació. Tenía 62 años. Y ese sentimiento de nostalgia, cariño y recuerdo de su infancia, la familia y su pueblo, que siempre le acompañó, le llevó a dar el paso en firme. Tenía una edad ya, en la que la intensidad de la vida, en lo personal, emocional y profesional, era un culmen, y para él recuperar la propiedad de la vivienda donde nació, era subliminal. Y así se rubricó no sin inconvenientes.
El acuerdo de la compra la vieja casa, lo rubrica con su sobrino Braulio Berrocal González, al que sólo puede comprar “las cinco sextas partes, ya que el resto de la propiedad pertenece a sus hermanos Quintín y Petra, y estos no quieren desprenderse de ella”, desvela Santiago Giménez Roldán, en su libro, “El Doctor Velasco. Leyenda y realidad en el Madrid decimonónico”. El precio de la compra alcanzó las 475 pesetas formalizando la escritura el 31 de diciembre de 1877. Pero los destinos de la vida, años más tarde, quisieron que el reparto de la herencia de la familia Velasco, una vez fallecido el célebre doctor en 1882, la propiedad fuera a parar a sus sobrinos Quintín y Petra, con Braulio ya fallecido.
En el interior de esta antigua casa, que también hacía las veces de posada masónica, fue donde vivía Velasco, junto a sus padres, María y Julián, y otros cinco hermanos menores; en esa vivienda vio la luz, llegó al mundo y hubo de ser precipitadamente bautizado, al tener una incisión en el lóbulo izquierdo del labio, que le obstaculizaba la respiración, lo que estuvo a punto de costarle la vida. Años más tarde, una vez fallecido, es su amigo, discípulo y biógrafo Ángel Pulido, quien se encarga de vender a la viuda Engracia Pérez la vivienda de Valseca, junto con otras propiedades del doctor situadas en Zarautz, Córdoba y Madrid, cuyos ingresos ayudarían a saldar las deudas que se habían generado en sus ambiciosos proyectos.

¿Y cuál fue la vida de Velasco en su infancia en Valseca?. Durante su infancia hacía las veces de porquero por las calles y aledaños del pueblo, cuidando una manada de cerdos del vecindario; y por las calles de Valseca, alternaba de ayudante de pregonero, boceando los anuncios. Hubo de emplearse bien pues se dio la circunstancia de que su padre falleció, y el era el primogénito. Más tarde, tras la dura y pobrísima vida que llevaba en el pueblo, se trasladó a Segovia, al convento de las Carmelitas Descalzas, también se dice que fue militar, Cabo Furriel; hasta que en esos devenires, se traslado a Madrid, donde comenzó su aventura emprendedora, no exenta de otra época inicial de rudeza.
El centro cultural
El centro cultural doctor Velasco, fue inaugurado en el mes de enero del año 2001, durante un acto inaugural celebrado a las puertas de la Navidad, en el que a la entrada del mismo, se descubrió un pergamino en la pared a modo de dedicatoria al ilustre facultativo. Presidieron el acto, el entonces alcalde de Valseca, Miguel Ángel Palacios; el presidente de la Diputación Provincial de Segovia, Atilano Soto y bendijo las instalaciones, el sacerdote Isidro Marazuela.
Se trata de edificio municipal de nueva construcción de dos plantas. La primera, destinada a reuniones, fiestas y actos públicos y entretenimiento para adultos, así como dispone de algunas mesas para talleres de niños y utilización de juegos. También posé la calificación por parte de la Junta de Castilla y León para acoger cursos de Formación Profesional. En la planta superior, se alberga el Geomuseo, en sus inicios Museo de Minerales Rocas y Fósiles, promovido por el geólogo segoviano, Andrés Díez y el Ayuntamiento de Valseca; también una pequeña biblioteca, además de un auditorio con proyector, con asientos para charlas o conferencias.
Del inmueble, destaca su preciosa fachada, idéntica a la que tenía el anterior edificio, de inicios del siglo XX, del que destacan sus gárgolas, rostros, columnas y adornos reproducidos en escayola, realizadas por el destacado escultor madrileño, José Luis Parés, del que tenemos el placer de compartir en el pueblo de forma permanente junto a su esposa, Mari Paz Velasco.
Curiosamente, en España, existe otro centro cultural llamado Doctor Velasco, en Laredo (Santander), pero dedicado a otro Velasco, el también doctor Federico Velasco.
El Geomuseo de Valseca a su vez, tiene una doble significación, cuyo fin y divulgación, coincide con la que el Doctor Velasco, dio en su día al Museo Nacional de Antropología. La primera guía del museo Nacional, incluía en uno de los apartados del museo de Madrid a la mineralogía, algo que al actual gerente del museo de Valseca, no le ha pasado por alto, “también atesoró una importante cantidad de minerales, rocas y fósiles como casi todos los gabinetes de historia natural que poseían los ilustrados y la aristocracia española en los siglos XVIII y XIX”, destaca. Díez Herrero, no pierde la pista de aquel inventario, “del que algunas colecciones pasaron al Museo de Ciencias Naturales, entre otros”, y quien sabe si poder recuperar alguna en un futuro para el Geomuseo. La pista se sigue.
Y especial será el regalo que se realizará desde Valseca al Museo Nacional de Antropología en su 150 aniversario. El librito original de la primera guía del museo localizada por una familia valsequeña en una vieja casa deshabitada de la localidad, será donada por deseo de los vecinos Pedro de Prados y Crisanta de Prados al Museo Antropológico, al no poseer la biblioteca del museo este ejemplar, tan sólo una copia, como reconocía el propio director Fernando Saez.
La calle de 1993
La calle del doctor Velasco, se incorporó al callejero municipal en el año 1993, con la actualización del mismo, y ocupa una parte de la travesía del pueblo. Con ello se saldó una deuda histórica y sentimental del pueblo con uno de sus hijos más prestigiosos, reconociéndole de forma perpetua. Muchos años antes, la ciudad de Segovia, dedicó una calle al homenajeado, situada en el casco viejo, próximo a la muralla de la ciudad y al Alcázar. Y también posee una calle en Madrid cerca de Atocha. El historiador, Teodoro García, se refería en su libro ‘Valseca de Boones’(1992), a la nueva calle en Valseca, “me parece una excelente idea la del actual ayuntamiento, integrado por jóvenes vecinos responsables y cultos, que hayan tenido el laudable gesto de dedicar el nombre del Dr. Velasco a una de las calles más importantes del pueblo”.
Muchas veces es recurrente preguntar por parte del visitante, si el doctor Velasco continúa teniendo actualmente familia en Valseca. Pues no. En el pueblo, tan sólo hay una familia, que se apellida Velasco, pero no existe parentesco. En Madrid, sí que hay descendientes de algunos de los hermanos de Velasco, entre ellos su hermana Luciana. Durante la redacción de uno de los últimos libros editados sobre Velasco, el escrito por Santiago Giménez(2012), narra como un buen día se le acercó una señora, entrevistándose ambos en el Museo Antropológico, donde le hizo llegar una foto de la familia Velasco al completo, y un busto de escayola de María Concepción, la hija del doctor. Según algunas fuentes, esa foto familiar, es idéntica a la que se encuentra introducida en una urna en los cimientos del museo introducida en la inauguración del mismo.
Una bibliografía en aumento
Muchas han sido las publicaciones sobre el ilustre personaje nacido en Valseca, han pasado los años, pero su vida, su superación, logros, y leyendas alrededor, no pasan de largo tanto en los medios de comunicación como en los libros publicados en los últimos tiempos. Repasamos las publicaciones. En el año 1876, se publica la primera guía del Museo, “Reseña del Museo Antropológico del doctor Velasco”, escrita por Ángel Pulido; en el año 1894, también el doctor Ángel Pulido saca a la luz el libro: “El doctor Velasco”. Siendo a partir de 1992, cuando salen las últimas ediciones. En primer lugar, la entonces directora del museo, Pilar Romero de Tejada, con “Un templo a la ciencia. Historia del Museo Nacional de Etnología”; en el año 2012, es el neurólogo Santiago Giménez Roldán, con “El doctor Velasco. Leyenda y realidad en el Madrid decimonónico”; en el año 2016, los hermanos Pedro y Javier Sainz Beistegui, dan luz a la edición familiar, “Historia de Villa Munda”, que fue residencia familiar de la familia Beistegui durante más de cuarenta años, y anteriormente lo fue de Velasco; en 2017, es el profesor Luis Ángel Sánchez, quien escribe: “La Niña. Tragedia y leyenda de la hija del doctor Velasco”; y en el año 2020, nuevamente Sanchez, publica el libro, “Entre cadáveres”. Como hemos reseñado, la obra de Velasco, ha venido teniendo protagonismo, a través del programa de Iker Jiménez, ‘Cuarto Milenio’; de Angels Barceló, cadena Ser, “El viaje de ida”; o en el diario El País el reportaje, “las tres mentiras de la leyenda macabra del doctor Velasco (2020), además de muchos otros.
Las donaciones de los Velasco a la parroquia
El último lugar de visita, es la iglesia parroquial de Nuestra Señora la Virgen de la Asunción (1749). Un templo de estilo barroco neoclásico, situado a los pies de la ruta madrileña del Camino de Santiago, que fue construido en el año 1749, bajo la dirección del arquitecto Domingo Díaz Gamones. La ejecución de la nave principal dura dos años. La fachada y estructuras son de piedra caliza, y en el interior el trazado es barroco cortesano, bajo las líneas palaciegas de su director, familiarmente muy ligado a la corte a los palacios de San Ildefonso y Riofrío. La segunda fase, que supuso la construcción de la bella torre y el bautisterio, duró cerca de diez años.

En el interior de la iglesia, se encuentran varias de las donaciones realizadas por la viuda del Doctor Velasco, Doña Engracia Pérez, que visita la localidad en el año 1891, con 69 años, después de llevar 9 años viuda, con el objetivo de hacer entrega de las mismas a la parroquia. Por un lado, un bonito altar de madera pintado en blanco, dedicado a San Pedro, con una inscripción del momento de la donación en su parte superior, con la siguiente letrina incrustada en mármol: “ENGRACIA PÉREZ / Viuda del Doctor D. Pedro González Velasco / Hijo de este pueblo / REGALÓ ESTE ALTAR / A su memoria / 29 de Junio de 1891”. Dicho altar, según la memoria vecinal se le mandó construir la viuda al carpintero de Valseca, Teodoro Úbeda. El altar, estuvo situado al culto durante muchos años en el crucero izquierdo de la iglesia, hasta pasada la mitad del siglo XX. Se cree que posiblemente fuera retirado coincidiendo con las reformas de las iglesias en los años 60, derivada del Concilio Vaticano II. Después durante largos años ha estado almacenado en una de las sacristías del templo, hasta que en el año 2023, el actual párroco Helber Daza, decidió sacarle ayudado por un grupo de vecinos de forma voluntaria y situarle a la entrada colocando en su ornamento la nueva imagen de la patrona la Virgen de la Asunción, esculpida por el vecino, José Luis Parés en el año 1993.
Las donaciones a la parroquia de Valseca, sin duda representan un mensaje de vida y de eternidad. La figura de San Pedro, representa el santoral de Velasco, y no sólo eso, junto al altar, llegó a Valseca, según el testimonio de los vecinos, una urna de cristal, que podría ser la que poseía el doctor en su vivienda de la calle Atocha, y donde se dice que mantuvo a su hija Conchita momificada. Una vitrina que años más tarde se rompió casualmente en la parroquia. En la pila bautismal del templo, se decidió colocar el cuadro, también donado, titulado “El bautismo de Jesús”, sin duda a modo de reencuentro con lo que en su día no pudo ser: bautizado en dicha pila de la iglesia. Hay que recordar, que tuvo que ser bautizado en su vivienda por procedimiento de urgencia, al tener una escisión en el labio, que le dificultaba respirar, lo que hacía peligrar su vida. Según algunas fuentes consultadas, se trata de un óleo de finales del siglo XVIII de la escuela del Norte de España. Completan las donaciones, un niño Jesús, la imagen de San Roque, y otros dos óleos situados en la sacristía, un lienzo sin marco que representa al Ecce Hommo y otro de San Pedro orando. Todo ello con un gran significado de memoria y reencuentro.
