La mayor huelga en la historia de Iberia, 15 jornadas de paro hasta el 22 de marzo contra un plan de reestructuración que incluye miles de despidos, arrancó ayer con la cancelación de 236 vuelos de la aerolínea española y una carga policial en el aeropuerto de Madrid que dejó al menos cinco arrestos.
La relativa normalidad con la que empezó el primer día de paro se transformó en tensión en Barajas cuando varios miles de trabajadores, 8.000 según algunos medios de comunicación, rompieron el cordón policial y ocuparon una parte de la Terminal 4.
La entrada de los manifestantes llevó al cierre de los mostradores de facturación de Iberia y de British Airways, su socia en el grupo IAG. La Policía acabó cargando para disolver la concentración y junto a los cinco detenidos hubo al menos un herido.
En el aire se cumplieron los servicios mínimos del 50 por ciento de los vuelos entre ciudades españolas y extranjeras y el 100 por cien entre la península y las islas.
Hasta las 16,00 horas habían despegado 85 de los 135 aviones previstos para ayer, descontando los cancelados, según informó la empresa. No obstante, en Madrid hubo pasajeros que tuvieron problemas por la mañana para acceder a la Terminal 4, ya que trabajadores en huelga generaron un caos circulatorio al taponar la vía de entrada con sus vehículos. En los mostradores de la compañía hubo también filas de viajeros de vuelos cancelados que querían cambiar sus billetes.
En todos los aeropuertos españoles en los que opera Iberia se convocaron concentraciones de protesta.
A la huelga están llamados los 20.000 trabajadores de la aerolínea. Los sindicatos cifraron el seguimiento de ayer entre el 90 y el 100 por ciento. «Ni un piloto, tripulante, trabajador de asistencia en tierra, técnico de mantenimiento o administrativo que no tuviera servicios mínimos acudió a su puesto», señaló un portavoz.
Por su parte, el Gobierno instó a la dirección y a los trabajadores a desbloquear pronto la situación. «Les pido que lleguen a un acuerdo lo antes posible, porque nuestro país está viviendo una crisis económica y cualquier medida que altere de forma importante la comunicación de las personas está afectando a la economía y a todos los españoles», resaltó la ministra de Fomento, Ana Pastor.
Este primer tramo de huelga se extenderá hasta el próximo viernes, cinco días en los que se cancelarán más de 1.200 vuelos. Los paros se repetirán del 4 al 8 de marzo y del 18 al 22 del mismo mes. Iberia, según sus propios datos, recolocó en vuelos de otras compañías al 85 por ciento de sus 70.000 clientes afectados esta semana. El resto recibirá el reembolso de su billete.
También hay aerolíneas externas al grupo que se están viendo afectadas por la huelga, como la alemana Lufthansa, ya que Iberia les presta asistencia en tierra.
El plan de ajuste de la aerolínea incluye 3.800 despidos, el 19 por ciento de la plantilla, que la empresa comenzará a hacer efectivos el 14 de marzo, en un proceso que está previsto que se extienda hasta finales de año. La reestructuración contempla, además, reducciones y congelaciones salariales y recortes de rutas.
La dirección asegura que es necesaria para garantizar la «viabilidad» de la firma y ajustarla a la nueva situación derivada de la crisis y de la subida del combustible. Según la empresa, entre 2008 y septiembre de 2012 ha perdido más de 850 millones de euros.
