Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la acuicultura se define como el cultivo en condiciones controladas de especies que se desarrollan en el medio acuático (peces, moluscos, crustáceos y plantas) y que son útiles para el hombre.
Este proceso de cría de animales acuáticos y de plantas para consumo humano, desarrollado en los mares y ríos contribuye a disminuir la presión de la pesca, tan amenazada en los últimos años, hace uso del agua de forma correcta, recurso natural vital para la humanidad que hay que cuidar y tiene la enorme responsabilidad de contribuir a alimentar a la población mundial con pescado de calidad.
La acuicultura va ligada a la intervención humana para incrementar la producción a través de la concentración de poblaciones, su alimentación y la protección frente a los depredadores. Según estudios de la FAO, la acuicultura representa actualmente más del 50 por ciento del alimento acuático mundial, y está previsto que siga aumentando.
España es el principal productor de la Unión Europea en este tipo de cultivo y dentro del país, Castilla y León es líder del sector en su variedad continental. Con 35.000 kilómetros de ríos y 45.000 hectáreas de aguas embalsadas, las posibilidades para el desarrollo de cultivos acuícolas son numerosas y variadas. En consecuencia, es esencial implementar una cuidadosa gestión sanitaria de los animales acuáticos, así como medidas de bioseguridad y de protección del bienestar animal, que posibiliten impulsar una producción acuícola sostenible y de calidad, y por ende, generar empleo vinculado al territorio que contribuya a la mejora de la actividad económica y a la fijación de la población del medio rural en nuestra comunidad, gracias a un sector con un gran futuro por delante.
En la región existen 14 centros productivos que producen trucha arco iris, 2 centros de repoblación que se centran en la cría de la trucha común y un centro que conserva y cría el salmón del Danubio. Cabe resaltar que también cuenta con una granja acuícola marina dedicada cría y engorde de langostino blanco y es la única empresa productora de este crustáceo a nivel nacional . Otra especie producida en Castilla y León son las ranas, que se crían en una planta de Zamora en un pueblo de gran tradición ranera, en condiciones controladas para la obtención de sus productos. Esta empresa está también especializada en la preparación y comercialización de productos procedentes de ancas de rana.
Castilla y León cuenta además con las únicas fábricas de piensos para acuicultura del territorio nacional, situadas en Burgos, Palencia y Segovia. Estas son BIOMAR (Palencia), Skretting (Burgos) y Grupo Dibaq(Segovia) con proyección internacional y con una producción de 114.000 toneladas. Casi la totalidad de alimento de las granjas acuícolas del país es suministrada por estas tres empresas.
El impulso a la innovación tecnológica en el sector agrario y agroindustrial es uno de los pilares sobre los que se sustenta su modernización y uno de los objetivos de la Consejería de Agricultura y Ganadería para la presente legislatura. La acuicultura, como sector productivo, ofrece una oportunidad para dinamizar y diversificar la economía rural teniendo en cuenta el gran potencial de Castilla y León en cuanto a la calidad y la extensión de sus recursos hídricos, lo que va a posibilitar la creación de empleo y la fijación de población en el medio rural.
Entre las especies cultivadas en la Comunidad, destaca la trucha arcoiris, que con más de 4.000 toneladas producidas cada año, el 24,5 por ciento del total nacional, es el cultivo mayoritario en agua dulce.
Le sigue la trucha común, que se cría en granjas gestionadas por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, con fines de repoblación que se lleva a cabo en tres explotaciones y el salmón del Danubio.
La tercera especie a destacar es la tenca, que se cría en dos explotaciones y genera una veintena de toneladas al año, aunque durante los últimos años su cría se encuentra en declive. En cuanto al langostino blanco, se ha logrado producir cerca de 100 toneladas al año de la especie Litopenaeus vannamei. Han conseguido cerrar el ciclo de producción de langostino sacando al mercado un alimento de gran frescura y calidad.
Impulso a la expansión
Desde la Junta de Castilla y León, favorecer el desarrollo de las explotaciones piscícolas se ha convertido en una prioridad. Con el fin de impulsar este tipo de cultivo, recientemente se han aprobado ayudas para las empresas del sector. Enmarcadas dentro del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y de Acuicultura (FEMPA), se destinarán casi 11 millones de euros para promocionar las inversiones en empresas de la acuicultura y de la transformación de sus productos, en dos líneas que podrán solicitarse hasta el próximo 30 de abril de 2025.
En la primera de ellas, que cuenta con una partida de 3,9 millones de euros, subvenciona inversiones productivas del sector acuícola encaminadas a la modernización de los centros, su automatización y digitalización, la optimización de sus procesos y utilización de recursos naturales para hacerlos más sostenibles y eficientes, la mejora de las condiciones de trabajo de sus empleados o la diversificación de la oferta. También contempla la mejora y construcción de infraestructuras, y la protección de estas frente a las adversidades climáticas. El límite máximo de la ayuda es del 50 por ciento del presupuesto si el beneficiario es una gran empresa, o del 60 por ciento si es una empresa pequeña o mediana.
En la segunda, que contempla el apoyo a pequeñas y medianas empresas con un límite máximo del 50 por ciento de la inversión prevista, se permitirá subvencionar inversiones en materia de transformación de productos de la pesca y de la acuicultura que fomenten la calidad y el valor añadido de los productos; que aumenten la eficiencia energética; que favorezcan la economía circular o los productos de acuicultura ecológica; que den lugar a nuevas o mejores referencias, procesos, sistemas de gestión, transformación, conservación o comercialización; que permitan la adaptación de los operadores al Reglamento del Parlamento Europeo o del Consejo Europeo; o que mejoren la seguridad, higiene, salud y condiciones de trabajo de los empleados. En este caso, la partida disponible asciende hasta los 7,1 millones de euros.
Todas las inversiones susceptibles de subvención a través de esta convocatoria, que forma parte del Plan Estratégico de la Industria Agroalimentaria 2024-28 de la Junta de Castilla y León presentado recientemente por el presidente Alfonso Fernández Mañueco, deberán realizarse a partir del momento en el que se registre la solicitud. Las ayudas, que son incompatibles con cualquier otra, se percibirán una vez la operación de inversión esté correctamente justificada.
