La Universidad de Salamanca revela 25 volúmenes de su Biblioteca General Histórica censurados durante la Edad Moderna en la exposición abierta al público ‘Libros prohibidos. Herejía y censura en la Edad Moderna’, organizada por la Biblioteca General Histórica y el Seminario de Estudios sobre el Renacimiento de la Universidad Autónoma de Barcelona, en colaboración con la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación, dependiente del Vicerrectorado de Transferencia, Innovación y Emprendimiento.
La Bula Exsurge Domine (1520), uno de los pocos ejemplares existentes en las bibliotecas españolas y respuesta oficial de la Santa Sede al desafío de Martín Lutero, es una de las obras originales del fondo bibliográfico de la Usal que podrán ser contemplados ahora y hasta el próximo 19 de enero en la Sala de la Columna de las Escuelas Mayores, entre otros tesoros bibliográficos singulares de la Usal, como índices de libros prohibidos del siglo XVI o un muestrario de páginas tachadas y retratos de herejes marcados de la misma época.
La exposición propone una breve guía para comprender un momento crítico en la historia de Europa: el de la fractura confesional de la Reforma, la consolidación de la imprenta y la invención de los índices de libros prohibidos, que aspiraban a contener y erradicar la difusión de las nuevas herejías.
La muestra invita a reparar en el vínculo entre disenso y censura en la primera Edad Moderna, a reflexionar sobre la conformación de las políticas de gestión y control de las conciencias, y a percibir el libro y la página impresa como un espacio en conflicto, en el que son visibles las huellas de la confrontación política y doctrinal.
Dividida en cuatro partes, la primera de ellas, ‘La tempestad de los herejes’, está dedicada a la expansión fulgurante del luteranismo y los movimientos de contestación religiosa en Europa. La segunda, ‘Los índices de libros prohibidos’, versa sobre los índices de libros prohibidos y aquellos otros expurgados, aquellos que prohibían un libro solo parcialmente y prescribían la eliminación de aquellas páginas que juzgaban dañosas y enfermas.
‘La mano del censor’ es el nombre de la tercera parte de la exposición, en la que se muestran las cicatrices y tachaduras de los libros prohibidos por Roma y, más tarde, expurgados por la Inquisición española. En el último apartado, ‘La respuesta católica en la Contrarreforma’, se explora un motivo recurrente en la literatura y el arte de la Contrarreforma: la representación del triunfo de la Iglesia sobre sus enemigos y, ante todo, sobre la herejía, que solía figurarse como una anciana semidesnuda, encadenada, con un libro en la mano del que nacían serpientes o con víboras por los cabellos.
