El Barcelona tuvo que pelear para voltear el resultado ante el Granada (1-2) y sumar los tres puntos gracias a un doblete de Messi que bastó para lograr la vigésimo primera victoria del campeonato antes de enfrentarse al Milan en los octavos de final de la Champions.
Con la cita europea rondando en el horizonte, el cuadro azulgrana comenzó dubitativo ante un rival peleón y valiente. Sin amedrentarse, los de Lucas Alcaraz sabían que la lucha y el inconformismo eran la base para hacer daño a un opoente que venía de vapulear al Getafe (6-1). Sin esa sensación de placidez y agobiado por la iniciativa granadina, los blaugranas se veían raros a sí mismos.
Pasado el primer cuarto de hora, Messi, que superó los 300 tantos con la elástica ‘culé’, parecía involucrado en dirigir el juego de un equipo cada vez más entonado y que hacía recular a un Granada que, sin querer, iba cediendo terreno y perdiendo lucidez en su creatividad de juego. Sin embargo, un zarpazo de los andaluces propició un centro de Aranda que Nolito controló y cedió a Ighalo para que rematara a placer frente a la meta de Víctor Valdés.
Con el gol en contra, el Barcelona trató de despertar. Herido y con la lesión de Adriano, Messi se topó con un espléndido Toño que aguantó en el mano a mano. Mientras, a chispazos, los locales incomodaron a la defensa ‘culé’ con centros inquietantes dirigidos al segundo palo. Fue un ida y vuelta, pero ese ritmo frenético pareció desconcertar al Barça.
Con el Granada en su salsa, los visitantes echaban de menos el juego de Xavi y la explosividad de Iniesta. Tras el parón, el equipo catalán pisó el acelerador y un fuerte disparo de Cesc, que Toño no atajó, sirvió para que Messi firmara las tablas.
Los de Lucas Alcaraz se sentían dominados y el Barcelona dispuesto a llevarse el partido. El desgaste físico del conjunto andaluz fue descomunal y los visitantes iban ganando frescura.
Sin dar tregua, el Granada tuvo que retrasar sus líneas y los visitantes estiraron su juego por las bandas. En el minuto 73, una falta de El Arabi sobre Thiago fue el precedente de otro destello de Messi. El argentino anotó de falta directa y posibilitó la remontada visitante con un disparo certero en el que Toño poco pudo hacer.
A falta de un cuarto de hora, los jugadores del equipo nazarí estaban muy mermados. El Barcelona había dado la vuelta al partido y el cansancio hacía que las piernas pesaran cada vez más. Aun así, el Granada no perdía el arrojo y el afán de poner contra las cuerdas a un rival crecido.
El bloque local se aferró a la épica para sacar al menos un punto. En tensión por el coraje de los locales, Brahimi tuvo el empate en sus botas, pero Valdés salvó la acción con una mano milagrosa. Arañando los segundos, el Barça aguantó las embestidas para llevarse los tres puntos.
