El Adelantado de Segovia
miércoles, 3 diciembre 2025
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Sociedad
  • Actualidad
  • EN
El Adelantado de Segovia

Harris, Trump, la democracia y el debate electoral

por Sergio Plaza Cerezo
4 de noviembre de 2024
en Tribuna
SERGIO PLAZA CEREZO
Compartir en FacebookCompartir en XCompartir en WhatsApp

Las tres hayas

Competencia económica desleal

¿Está maduro Maduro?

La escenificación de la representación del poder adquiere primacía en la capital de Estados Unidos, superpotencia. El urbanismo fundacional de Washington, DC se puso al servicio de dicha necesidad. La proyección del Estado de Derecho, basado en la división de poderes, resultó prioritaria. Cuán pequeña parece la Casa Blanca frente al gigantismo del Capitolio.

El mitin de clausura de Kamala Harris en la Elipse, parque junto a la sede presidencial, tiene rango simbólico dentro de una pugna electoral muy dura, estresante, donde asustan los tintes autoritarios, ante un hipotético segundo mandato del expresidente Donald Trump. En llamado a la unidad del país polarizado, la vicepresidenta aparecía como adalid de la democracia.

En Europa, las elecciones de turno pueden adelantarse o atrasarse. Por el contrario, cierta regularidad expresa la fortaleza institucional de los Estados Unidos. Los comicios presidenciales, sí o sí, siempre se celebran el primer martes de noviembre cada cuatro años.

Sin embargo, un Trump conspirativo rehusó reconocer su derrota (2020); y pronunció un discurso en la Elipse washingtoniana el 6 de enero de 2021, que catalogó como “día de amor”. A continuación, una turba integrada por algunos de sus seguidores más extremistas, procedió al asalto del Capitolio, humillación extrema para una democracia de larguísima data.

En la recta final de campaña, los demócratas intentan desplazar su preocupación al centro del debate, como ya hicieron en los comicios legislativos de 2022. En caso de derrota, se teme que Trump, quien asegura guardar un “secretito”, intente obstaculizar la certificación de los resultados oficiales.

El general John Kelly, Jefe de Gabinete del expresidente en la Casa Blanca, ha dado un paso al frente; y no ha tenido empacho en afirmar que su antiguo jerarca podría ser definido como fascista. Kamala Harris afirma estar de acuerdo con dicha opinión; y cataloga a su rival como “inestable y desquiciado”. Trump habría dicho a su ex colaborador que los nazis habían hecho cosas buenas, mientras que envidiaba la obediencia a Hitler de los altos mandos del ejército.

Si disfrutara de un segundo mandato, el candidato republicano querría reforzar los poderes presidenciales y perseguir al que denomina “enemigo interior”. Desde su perfil narcisista, solo reconoce un error: el nombramiento de miembros de su equipo que le habrían traicionado. Ahora se rodearía se acólitos acríticos. En algún mitin, Trump ha manifestado que, para combatir la delincuencia, debería haber “un día realmente violento” en el que la policía disfrutara de impunidad. La intención de “ser dictador por un día” también ha sido expresada.

De forma inquietante, muchos altos funcionarios de las últimas administraciones republicanas secundan la candidatura demócrata: por ejemplo, los ex vicepresidentes Mike Pence –segundo de Trump- y Dick Cheney. A pesar de perfil tan conservador como su padre, Liz Cheney, antigua congresista, ha participado en numerosos actos electorales con Kamala Harris. La defensa de la democracia constituiría la razón para este giro contra su partido de toda la vida. Arnold Schwarzenegger, actor y exgobernador republicano de California votará por Harris. El expresidente George W. Bush no respalda a Trump, ni tampoco lo hizo en 2020.

En su editorial, “The New York Times” pide el voto para Kamala Harris, cual opción patriótica. Argumenta que su oponente, imputado por numerosas causas, carece de aptitudes y valores.  Jeff Bezos, fundador y propietario de “The Washington Post”, ha vetado la publicación del editorial que endorsaba a la candidata. “Los Angeles Times”, adquirido por un magnate de origen chino, ha evitado explicitar su preferencia política. Se especula con que el temor a represalias posibles, en caso de victoria republicana, explicaría estas decisiones anómalas.

Trump es acusado de irse por las ramas en sus intervenciones. En el único debate televisivo, Harris sacó de sus casillas a su rival cuando refirió cómo, debido al aburrimiento que causaba, muchos asistentes optaban por abandonar los mítines del republicano antes de tiempo. El perfil narcisista del “showman” volvía a escena. La antigua fiscal con carrera meteórica plantea que su cliente siempre fue el pueblo; mientras, el cliente de Trump sería él mismo.

Los líderes populistas apelan al instinto tribal de divisoria entre “ellos y “nosotros”. Cuando se refiere a estos últimos, aquellos del propio bando, el republicano repite muletilla: “nice people”. Desde su óptica, los indocumentados representarían la otredad por excelencia –los malos-. Y, más allá de la exageración de las cifras, no para de propagar una falsedad: que muchos de ellos llegan desde cárceles y manicomios. También ha vertido afirmaciones racistas, como que estos inmigrantes “envenenan la sangre” del país, traen “malos genes” y se comen perros y gatos. Desde esta perspectiva, quiere organizar las mayores deportaciones en la historia estadounidense. Además, pide pena de muerte inmediata para aquellos que cometan un asesinato. Entre los pocos actos electorales fuera de los estados indecisos, el expresidente acudió a Aurora, Colorado –estado demócrata-, donde la banda de pandilleros venezolanos “El tren de Aragua” había sido noticia, con objeto de alimentar su discurso populista.

Trump se ha apuntado un tanto al encauzar su agenda hasta el centro del debate. De acuerdo con la encuesta de “The New York Times” y Siena College (NYT-S), la inmigración constituye el tema principal -según el quince por ciento de los votantes probables, junto con aborto –mismo porcentaje-, solo por detrás del estado de la economía –27 por ciento-.

Kamala Harris defiende un camino hacia la ciudadanía para los once millones de ilegales –cifra estable desde hace mucho tiempo-, algo que también apoyaban los republicanos moderados. No obstante, arrastrada por la corriente conservadora, pone énfasis en la seguridad; y recuerda cómo, en tanto antigua fiscal general de California, lidió con problemáticas como el narcotráfico. Por su parte, critica que Trump abortara un proyecto de ley bipartidista para incrementar la plantilla de guardias fronterizos en los confines con México.

En la misma línea, ante los tiroteos recurrentes en colegios y otros centros, Trump defiende la libre posesión de armas de fuego. Harris no quiere parecer blanda: tiene pistola; y afirma que no dudaría en disparar si alguien entra en su casa. Una opinión extraña en una demócrata.

La economía es el primer tema en la agenda de los electores. Al igual que en Europa, la inflación, desaparecida durante muchos años, retornó tras la crisis de la Covid; mientras, la Administración Biden reaccionó de forma adecuada ante la epidemia, con gran aumento del gasto público, sesgado hacia la sostenibilidad ambiental, para evitar una gran recesión.

En estos momentos, la tasa de desempleo apenas alcanza un 4.1 por ciento; mientras, se ha alcanzado la estabilidad de precios -2.4 por ciento-. La Reserva Federal, independiente del gobierno –aunque el populista heterodoxo podría querer revertir esto-, ha iniciado la reducción de las tasas de interés, tras grandes subidas en los años anteriores.

Sin embargo, hay una percepción de precios altos en supermercados y otros establecimientos, fenómeno influido por la existencia de oligopolios corporativos. Por ello, Harris quiere establecer controles de precios, para evitar la especulación y aminorar el coste de la vida. Trump, insensible ante el cambio climático, prioriza la producción de combustibles fósiles para reducir el precio de la energía. A pesar de un buen cuadro macroeconómico, un 52 por ciento de votantes probables prefiere al expresidente para manejar la economía –encuesta de NYT-S-.

Kamala Harris producto del sueño americano, hija de estudiantes brillantes –jamaicano e india-enamorados en Berkeley, enfatiza sus raíces en la clase media; y recuerda la compra de la casa familiar, siendo adolescente, por la madre. Su programa está orientado a mejorar la posición de trabajadores y autónomos, con deducciones fiscales por compra de vivienda –muy encarecida, así como los alquileres-, crianza de los hijos y pequeños negocios.

Si Trump quiere perseverar en la gran bajada del impuesto de sociedades, ejecutada durante su mandato, así como desregular los mercados, la candidatura demócrata aspira a elevar la presión fiscal sobre ricos y grandes corporaciones. Kamala Harris quiere apuntalar la ley de servicios médicos a precios asequibles –el Obamacare que Trump quiso desmontar-; y, ante una sociedad envejecida, intentaría incorporar servicios asistenciales a domicilio dentro de Medicare – seguridad social para los pensionistas-. Los candidatos prometen; pero, Congreso y Senado siempre tienen la última palabra.

Si el Partido Republicano ha quedado dinamitado, el movimiento MAGA ha crecido tras la sombra de Trump. Muchos temen al “Proyecto 25”, libertario, deseoso de desmantelar el Estado en complicidad con Elon Musk, superrico, cuyo apoyo a Trump roza la ilegalidad. El candidato populista está obsesionado con subir los aranceles a las importaciones; y sueña con eliminar el impuesto federal sobre la renta, a pesar del riesgo de gran agujero presupuestario.

A raíz de la revocación del derecho constitucional al aborto -garantizado desde 1973 por la sentencia judicial “Roe versus Wade”-, debido al conservadurismo de los miembros del tribunal Supremo nombrados por Trump, la defensa de sus derechos reproductivos constituye el tema electoral más importante para las votantes probables –un 24 por ciento lo prioriza-. En dicho contexto, la vicepresidenta encuentra una de sus fortalezas. La candidata se ha enfadado con una frase recién pronunciada por su contendiente: “defenderé a las mujeres, les guste o no”. Por su parte, Kamala repite “we are not going back” -no retrocederemos-.

Compartir en Facebook122Compartir en X76Compartir en WhatsApp
El Adelantado de Segovia

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

  • Publicidad
  • Política de cookies
  • Política de privacidad
  • KIOSKOyMÁS
  • Guía de empresas

No Result
View All Result
  • Segovia
  • Provincia de Segovia
  • Deportes
  • Castilla y León
  • Suplementos
  • Sociedad
  • Actualidad
  • EN

Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda