Un grito desgarrador a las puertas de la final nos rompió el corazón este verano. Carolina Marín ejemplo de trabajo, esfuerzo y talento veía roto su sueño olímpico enfrentándose de nuevo a la lesión. Una realidad que convive con el deportista, gane o no medallas.
El deporte habla de éxito, fracaso, esperanza, esfuerzo, dedicación y excelencia, valores que definen a los premiados ‘Princesa de Asturias’ que esta semana han sido tendencia y llenado titulares. Entre ellos, Carolina Marín. Hubo muchos momentos en la gala, y especialmente en las palabras de quienes ofrecieron discursos, que me acercaron el mundo del deporte y los valores de los que presumimos día a día, también los miedos.
En el discurso de Leonor de Borbón destaco aquí sus referencias a Serrat y al lema de Carolina. “Puedo porque pienso que puedo”, reconoce la princesa que son palabras que la inspiran como joven que ya está abandonando la adolescencia. Y es que el deporte y los deportistas son referentes inspiradores.
¡Qué importantes son los sueños y los desafíos! Y qué importante saber reconducir tu camino especialmente en ese momento que escapa a la adolescencia y hacerlo desde el deporte, del que se aprende, sobre todo en las malas; en las lesiones, en los sueños rotos, en los ‘fracasos’, en la despedida temprana del deporte que has practicado con ilusión desde pequeñ@,…
El abandono adolescente es una de nuestras grandes preocupaciones. Es aquí donde debemos abrir grietas que den paso a la luz que transforma esa frustración en oportunidad y el impulso ilusionante de transmitir sueños e ilusiones desde otros lugares, a veces un lugar que conocen bien, el banquillo, pero esta vez como entrenador@s. Impulsemos su confianza, que sientan que pueden y como diría Serrat vendimiemos sueños, sueños que guíen y que proyecten su talento.
Compremos ese billete para el tren de la esperanza. ¡Tú puedes!
