El 14 de Adar (mes del calendario judío equivalente en el gregoriano a febrero o marzo), el pueblo judío celebra con alegría la festividad de Purim (suertes), una de las más alegres y divertidas que los hebreos disfrutan a lo largo del año. En ella se conmemora el milagro relatado en el Libro de Ester en el que el pueblo judío logra sobrevivir un intento de ser aniquilado bajo el mandato del rey persa Asuero, identificado por algunos historiadores como Jerjes I, alrededor del año 450 a.C. La Empresa Municipal de Turismo decidió abrir este año con la fiesta de Purim el VII Ciclo de Actividades en la Judería, que a lo largo de su recorrido tiene también presente las fiestas más significativas de la cultura judía.
En el Centro Didáctico de la Judería, los niños fueron ayer los principales protagonistas de la fiesta, donde las actividades organizadas tenían como eje principal fomentar su participación. Disfraces, teatro, pasacalles y música hicieron divertida y amena la mañana a los chavales, interpretando de esta manera la lectura del Libro de Ester o «Meguilá», que los hebreos leen en Purim a gran velocidad para que los niños estén atentos en el momento de pronunciarse el nombre de Amán y hagan sonar matracas y bocinas para que dicho nombre sea borrado de este relato.
La celebración de la fiesta abre el calendario de actividades del Ciclo, que contempla actividades ya consagradas como el Ciclo de Cine Israelí, que este año alcanzará su séptima edición o la realización de las visitas teatralizadas «Una aventura por la Judería» o «Conoce la Judería», que permiten profundizar en el conocimiento de la aljama hebrea de Segovia.
A ambas visitas hay que añadir desde el pasado año la denominada «Yuda, regreso a la judería», basada en la adaptación de la novela de José Antonio Abella «Yuda», que discurre por varios espacios de la judería, mostrando de forma novelada y amena las costumbres, el lenguaje y la música de la comunidad hebrea que vivió en Segovia hasta su expulsión en 1492.
Además de la festividad de Purim, el ciclo contempla la celebración de otras tradicionales fiestas hebreas como el año nuevo judío o Ros Hashaná, el Sucot, ue evoca el éxodo por el desierto o la Janucá o fiesta de las luminarias que conmemora la derrota de los griegos que prohibían a los judíos seguir sus tradiciones, y el milagro que permitió mantener alumbrado el templo de Jerusalén.
