La agricultura de secano en Segovia está en crisis, la bajada de los precios de los cereales y las inclemencias metereológicas han agudizado esa situación. El precio del trigo ha bajado un 30% y el del trigo de molienda un 26% en el último año, por lo que la rentabilidad de esos cultivos está seriamente amenazada. Las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs) han producido una evolución en la sociedad tanto en el sector servicios como en el sector de la producción. Tecnologías que se pueden aplicar en las explotaciones agrarias y en la posterior comercialización de los productos agroalimentarios. En el mismo sentido, la inteligencia artificial, la robótica, los drones, la informática, se pueden utilizar para incrementar la eficacia de la agricultura y garantizar su viabilidad económica.
Esta revolución tecnológica puede aplicarse al campo para programar el riego, determinar mediante un algoritmo la medida adecuada para fertilizar los cultivos o parametrar el terreno. La modernización del sector agrícola pasa hoy por su informatización, adaptando la maquinaría agrícola a la inteligencia artificial para promover los cultivos de manera óptima y rentable. La sostenibilidad y la competitividad del sector agrario pueden contar con el apoyo de la inteligencia artificial, que puede mejorar la cadena de suministro, y también puede permitir la observación de la meteorología con la finalidad de predecir fenómenos atmosféricos, o tomar precauciones para evitar daños en las cosechas. Un futuro digital inteligente y sostenible para la agricultura es posible, la agricultura de precisión es una realidad actualmente, como también la utilización del big data para mejorar las materias primas y la producción de alimentos y biomateriales.
La agricultura de precisión permite la automatización y el uso de otras tecnologías para mejorar la eficacia de las prácticas la gestión agrícola, y también optimizar las interacciones entre el clima, el agua y los cultivos, lo que permite una reducción del uso de plaguicidas, abonos y agua, así como mejorar la fertilidad del suelo y optimizar el rendimiento del campo.
El sector agrícola ha recurrido siempre a nuevos modelos empresariales y prácticas agrícolas, incluidas nuevas técnicas y métodos de producción para aumentar rendimiento y adaptarse a nueva circunstancias. Una innovación que alberga un enorme potencial para lograr una agricultura sostenible y aumentar los beneficios de los agricultores mediante la utilización de maquinaria agrícola y la mejora de la eficiencia en el uso de recursos.
La digitalización de la agricultura hoy es una realidad y la inteligencia artificial aplicada al sector agroalimentario ofrece nuevas posibilidades de mejora de las explotaciones agrícolas o ganaderas y de la sostenibilidad de los recursos.
Los instrumentos para informatizar la agricultura, a través de la implantación de sensores, la utilización de algoritmos para predecir el comportamiento de los factores y la obtención de datos con la finalidad de aplicarlos en los cultivos y la ganadería, y posteriormente también en la fase de comercialización del producto, deben constituir un instrumento para rentabilizar las explotaciones agroganaderas segovianas.
Las denominadas granjas inteligentes “Smart Farming” o los campos inteligentes “Smart Fields” también pueden optimizar sus recursos a través de sistemas de alimentación o de riego mediante software y que al mismo tiempo faciliten unas producciones rentables y sostenibles.
Unos esfuerzos de los agricultores que deben venir acompañados de unas políticas de las Administraciones Públicas que garanticen la viabilidad económica de las explotaciones y el futuro de la agricultora segoviana.
