Quiero pedir: si encuentran un ‘despiste’ que se me ha perdido me lo hagan saber. Cierto que me queda alguno más, pero, que quieren que les diga, prefiero la guía completa y necesaria para, cuando menos, mantener un mínimo de ‘luces’.
Lo del despiste cognitivo lo explico. Hace un rato de ‘na’ he leído una frase atribuida a Winston Churchill y como he perdido lo ya descrito, pues que no la entiendo. Se la traspaso:
‘Una nación que intente prosperar a base de impuestos, es como un hombre con los pies en un cubo tratando de levantarse tirando del asa’.
Seguro que para el 99% de lo que esto leyeren estando en posesión de entendederas normales, les será fácil. Pero… Al hilo de lo anterior, escribo y digo que me ha pasado igual que cuando me encontré de frente con otra ‘mítica frase’: ‘Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible’.
Esta última le es atribuida –en primera instancia-, al que fuera ministro de Napoleón, Charles-Maurice de Talleyrand. Este señor, francés, político y escritor fue también redactor/autor del Artículo VI de la Declaración Universal de los Derechos Humanos del Hombre y del Ciudadano. Por cierto, el señor Google se lo sirve en bandeja para que lean su articulado. Ya me dirán algún día de estos si existe concomitancia entre una y otra frase. A los ubicados en el despiste estas situaciones o no las dan ‘masticadas’ o no las ‘cogemos’.
Descrito ya lo de ayer, o un poco más lejos, vamos con lo de anteayer. Que puede tener parecido a lo que ocurre con el mercado tradicional al aire libre en la ciudad, que, por cualquier ‘quítame esas pajas de encima’, tiene fecha de sábado o jueves y lo retrotraen, los que deciden, a miércoles o viernes. Ya fuere por la fiesta de la caravana, por tener color azul o rojo ese día la hoja del calendario o porque ‘cuando el grajo vuela bajo…’.
A lo que te voy, a lo interesante.
El obispo y el trovador
Esto que les cuento sucedió –según me cuenta la historia-, en el siglo XIV. Y si bien es cierto que la lluvia desde entonces ha ido a menos, menos, menos…, no puedo afirmar que lo que se cuenta sea tan verídico como para creérselo a pies juntillas. Por lo que cada quien leyere… A su aire.
Sepan pues…Juan de Cervantes y Bocanegra (¿Lora del Río o Galicia?), en 1382, fue un clérigo de la iglesia católica, obispo de Ávila (¿) y Segovia, acabando como administrador apostólico del arzobispado de Sevilla y nombrado cardenal por el Papa Martín V (¿). También miembro del Consejo Real, así como embajador de la reina Catalina de Lancaster y del rey Juan II de Castilla. Participó en los concilios de Siena, Basilea y Maguncia, ofició el matrimonio del rey Enrique IV de Castilla con la reina Blanca II de Navarra…
También dejo constancia de que a través de sus buenas relaciones con el poder, el uno y el otro, habiendo sido nombrado obispo de Ávila pidió cambiar aquel por el de Segovia, por lo que Lope Barrientos, que se sentaba en la silla episcopal de Segovia, hubo de levantarse y marchar a Avila. Es lo que hubo ayer, y lo que llegó hasta hoy. (Genéricamente considerado). Luego, cuando fue nombrado arzobispo de Sevilla, realizó una grandísima labor episcopal. Tan elogiada como seguida en la capital hispalense a lo largo de muchísimos años. Está enterrado en la catedral de Segovia.
Una variación sobre el mismo tema. Se cuenta que entre los elegidos para estar al lado del obispo Cervantes, se incluía un gallego de Padrón (donde unos pican y otros non… referido al pimiento), Juan Rodríguez. Al que muchos escritores desde aquel tiempo hasta ahora han seguido a través de escrito más famoso, ‘Siervo libre de amor’. Pueden encontrarlo en la Biblioteca Nacional. Cierto que no en muy buen estado. Los que han leído el libro ‘entre líneas’, comentan que ‘rompió lanzas en favor de las mujeres, manteniendo contienda poética sobre sus condiciones de vida’.
Del referido gallego se cuenta que fue soldado con Juan II y asistió al concilio de Basilea en calidad de secretario del referido obispo, y que después de estar ‘perdidamente’ enamorado de una dama y ésta rechazarlo, dejó el ‘tema’ y se ‘convirtió’ en fraile franciscano. No sin antes haber permanecido al servicio ‘obispal’ en cualidad de trovador.
Otro nombre histórico
Se trata de Juan García Ruiz de Castro, también Garci Rui de Castro. Nacido en Segovia, parroquia de San Miguel (1513), la primitiva, la ‘guai’. Fue Bachiller en leyes, abogado que prestó sus servicios en el Ayuntamiento. También escritor, que no publicó ninguna de sus obras, siendo en su gran mayoría de carácter jurídico e histórico. Uno de sus libros en verso fue ‘Apotegmas, sentencias del Papa y comentarios a las Coplas de Jorque Manrique’. Falleció en Sevilla en 1590.
De su existencia y de aquello que sobre la ciudad dejó escrito lo dio a conocer José Antonio Ruiz Hernando. El historiador segoviano ha realizado otro gran trabajo para ‘descubrir’ la Segovia de otros tiempos. Brillante y extraordinaria su labor de tantos años.
Curioso, cuando menos
Lo describe Miguel Ángel Chaves Martín en su trabajo ‘Transformación Urbana de Segovia 1800-1850’. Al referirse al importante y amplia labor realizada por el arquitecto Pagola, describe: ‘En el año 1941 proyectó un trabajo para la construcción de una vivienda de 135 metros, propiedad de Juan Mínguez, que forma parte del campo de fútbol de Chamberí, por un montante de 20.000 pesetas’. El vetusto recinto deportivo ‘sufrió’ mucho en aquellos tiempos.
Sigan el ‘camino’, pues también les digo que ‘la vida no es fácil, pero es hermosa’.
