Cuando pasó lo que pasó en la ‘desaparición’ de Caja Segovia, ya descrito en estas mismas páginas, hubo que poner en buenas manos el legado patrimonial de la entidad que no era cualquier cosa, en consonancia con lo que líneas abajo se describe. Un patrimonio que tiene sus cimientos en la inversión realizada por ‘la Caja’ con el dinero ahorrado de los segovianos y cuya gestión es, desde hace ahora diez años, vigilante y guardián su Fundación. Se lo cuento.
Abril de 2014. El Boletín de Castilla y León (BOCYL), publica la transformación de Caja Segovia en una Fundación de Carácter Especial compuesta por 15 miembros ‘encargados de administrar y representar a la entidad’. Por votación, los miembros eligieron a Francisco Javier Reguera García, que ocupaba puesto de Consejero en la Entidad desde 2012. Su gestión, nada fácil, ha seguido un camino de eficacia tan necesario en la misión que la Fundación tiene: gestionar un legado con muchas ‘aristas’.
Los centros culturales
En el camino que se marcaron, la Fundación (cambió el apellido ‘Caja Segovia’ por el de ‘Torreón de Lozoya’ -2022-) cedió Centros a ayuntamientos e instituciones de la provincia en alto número. Estos Centros culturales para ocio, enseñanza y el entretenimiento, fueron construidos por Caja Segovia en lugares, emblemáticos muchos de ellos, que sin la decisión de la defensa de lo nuestro se habrían perdido. La referida cesión se hizo con el fin de que la Fundación pudiera librarse de su coste de mantenimiento.
Sus dos edificios más emblemáticos, Torreon de Lozoya y el Palacio de los Villafañe (primera sede de la Caja), quedaron protegidos de manera especial impidiendo que fueran enajenados. Claro que el Torreón arrastraba una hipoteca por deuda tributaria (1). El resto del patrimonio, locales, obras de arte… Quedan a disposición de la Fundación para su venta o alquiler.
Son veintitrés los centros culturales cedidos a otros tantos ayuntamientos de la provincia para fines sociales y culturales. En un muestra de lo que se hace referencia en el párrafo anterior, algunos de estos centros, un ejemplo, el de Ayllón, fue construido en 1980 ocupando una buena parte del espacio que había sido palacio, siendo sede también, de Cuartel de la Guardia Civil. El Centro, ‘San Miguel Arcángel’, se ubica en la Plaza Mayor.
El Centro Cultural ‘Cronista Herrera’, construido en 1975 y reformado en 2007, se ubica en Cuéllar. En el lugar donde estuvo el hospital de Santa Mª Magdalena. Cuando lo adquirió la entidad de ahorro se encontraba en estado de ruina. Edificio de dos plantas, en la superior alberga una de las más importantes bibliotecas de Segovia.
En este recorrido se encuentra el Centro Social ubicado en Santa Mª la Real de Nieva. Lo construyó la Caja, 1993 en el exclaustrado convento de los Dominicos, una de las joyas del gótico de nuestra tierra. Un tiempo después restauró y rehabilitó estas dependencias para instalar en ellas una biblioteca, aula de formación, esparcimiento y sala de exposiciones, ocupando parte de la antigua Sala Capitular.
Con estos mismos ‘mimbres’ podíamos destacar los Centros de Abades, Bernardos, Boceguillas, El Espinar, Fuentesauco, Olombrada, Nava de la Asunción, Riaza, Cantalejo, Villacasín, Villaverde de Iscar… También en la capital reúne la Fundación un importante legado con los centros de Nueva Segovia en la c/ Dámaso Alonso, Complejo Residencia ‘Juan Pablo II y Consorcio Agropecuario (desde el año 1962 donde estuvo ‘La Granja Escuela’ en colaboración con la Diputación Provincial), en San Lorenzo, desde 1975, en la calle de San Vicente. Centro ‘Aniano Bravo’, en la calle Pintor Herrera…

Convenio con Caixabank
Otros centros, estos controlados directamente en su actividad por la Fundación, son el Torreón de Lozoya, Museo de la Fundación Torreón de Lozoya, los Centros de Corpus y Cristo del Mercado y Sala Caja Segovia. Esta última ubicada en la bajada de la Calle del Carmen, dentro del edificio proyectado por el arquitecto Julio Galán en 1963 para la entidad Caja Segovia. En el mismo ‘suelo’ que ocupó el convento del Carmen.
De esta última, Sala ‘Caja Segovia’ (esta continúa con el mismo apellido’), tuvo un coste en su construcción, de 3.520.000 pesetas, sobre una superficie de 162 m2 y dos plantas. En el año 2022, coincidiendo con el 145 aniversario de la Caja, con proyecto del arquitecto Juan Carlos Luciañez, se realizó una importante reforma. Dispone de 176 butacas y cuatro para sillas de ruedas. La Fundación lo pone en alquiler, para actos que no superen las 5 horas continuadas de duración. Coste: alrededor de 500 euros.
En los dos últimos años la Fundación ha conseguido dos ingresos importantes: el de los alquileres del Palacio de Mansilla a la Universidad IE, así como locales que la Fundación tiene en la Plaza de Santa Eulalia y c/ Perucho, para instalación de un supermercado y el lugar donde se ubica un establecimiento textil en la Av. del Acueducto. No obviando el convenio de colaboración existente entre la referida y CaixaBank. En el año 2023 la aportación económica de esta llegó a los 170.000 euros.
Todo lo descrito salió de los ahorros que los segovianos, los de aquí y los que, siéndolo de nacimiento, se encontraban fuera. Ahora, la Fundación trabaja y se mueve colaborando –hasta donde llegan sus posibilidades-, en una línea de acción social dentro del tejido cultural segoviano.
Apunte final. Entre la normativa que rige el nombramiento de miembros de la Fundación hay un ‘detalle’ importantísimo: no pueden pertenecer a ella cargos políticos electos. Qué pena que la norma no llegara muchos años antes.
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(1) La deuda tributaria sobre el Torreón, cuando la Fundación se hizo cargo, se acercaba a los siete millones de euros. Lo que le obligó a pagar anualmente 162.000 Euros/año solo por el préstamo adquirido para asumir la referida deuda tributaria. Ello supuso, entre otras acciones, reducir su plantilla.
