El Grupo Lince ha abierto el Centro de Fabricación Aditiva Social de Castilla y León, que abarcará en principio trabajo para veinte personas y una inversión de 600.000 euros, con el objetivo de desarrollar tareas de impresión en 3D en una iniciativa que supondrá un «hito histórico» en inclusión laboral.
«Este importante proyecto» va a ser «un hito histórico en el ámbito de la inclusión laboral», ha descrito este lunes la consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García, que ha inaugurado el Centro de Fabricación Aditiva Social de Castilla y León del Grupo Lince Edificio Envite en Valladolid.
La consejera ha definido el centro como «vanguardista, moderno en el ámbito de la tecnología y conectado con la industria», y ha recordado que Grupo Lince es un centro especial de empleo, el mayor que existe en nuestra Comunidad autónoma, con 750 trabajadores, de los cuales el 90% son personas con discapacidad.
Para Leticia García, esta iniciativa va a suponer demostrar la capacidad en Castilla y León de que cualquier persona trabajadora que esté motivada y que tenga una formación puede trabajar en sectores punteros como pueden ser la industria de la automoción o de otro tipo.
Ha destacado el apoyo de la Junta a la inclusión en el mercado laboral de personas en situación de riesgo y de personas también con discapacidad y ha mencionado las inversiones económicas efectuadas en el ámbito de la economía social y el desarrollo desde el diciembre de 2023 del plan estratégico de fomento de la economía social de Castilla y León que llega hasta 2025.
Para la Junta de Castilla y León es muy importante no solo que estas personas se encuentren en estos centros especiales de empleo, sino que también accedan al final al mercado ordinario de trabajo, «que quizá es lo más difícil y en lo que tenemos todos que asumir ese reto importante», ha resumido.
El director general de la Fundación Personas, Daniel Clavero, se ha referido a que hace unos dos años este proyecto era «tan solo una idea» y la intención consistió en abrir nuevas puertas a la inclusión laboral y en puestos y nichos que parecían «de alguna manera inalcanzable».
este centro «innovador», de fabricación aditiva, se ha llamado social no solo porque operan personas con discapacidad, sino porque se va a producir no solo para sectores tan complejos como el de automoción o aeroespacial, sino también para productos para la dependencia y para las propias necesidades, ha expuesto.
«En términos de inclusión laboral, estamos obligados a ser creativos y avanzar en un contexto que sabemos que es muy cambiante y en el que tenemos que reinventarnos casi cada día», según Clavero.
En cuanto a las inversiones del centro en diferentes fases ha explicado que se trata de cerca de 600.000 euros y que está habilitado para abarcar cerca de 20 puestos de trabajo.
Esta veintena de personas trabajará con impresoras 3D, en concreto con diez máquinas de diferentes formatos, unos sistemas que ya se emplean no sólo en entornos industriales sino también en otros, incluso alimentarios, y que, en este caso, se dirigirán a distintos tipos de sectores, ha subrayado.
