El Viveros Herol Nava consiguió el objetivo de meter las fiestas de Nava de la Asunción, la ‘Función’, en la pista del pabellón Guerrer@s Naver@s, consiguiendo la victoria en el derbi frente al Recoletas Atlético Valladolid tras jugar un encuentro con los altibajos propios del principio de la temporada, pero siendo en el cómputo general del partido mejor que su oponente, al que una defensa mejorable sobre todo en el segundo tiempo le condenó a estar demasiados minutos a remolque en el marcador, hasta que se acabó viniendo abajo.

El conjunto segoviano supo aprovechar mejor sus buenos momentos en una primera parte de alternativas, que comenzó con dominio local en el electrónico gracias en buena medida a la actuación de Luis de Vega, que ayudó con sus intervenciones a que el Balonmano Nava, llevando en primera instancia la bola hacia los extremos para poco a poco ir activando a sus jugadores de primera línea, diera el primer estirón al marcador con el 8-5 en el minuto doce.
Un parcial de 0-5 puso al Recoletas por delante en sus mejores minutos del partido. Pero el equipo local llegó al descanso con ventaja
Normalmente ese primer ‘arreón’ local hubiera supuesto un tiempo muerto. Pero David Pisonero vio que su equipo no estaba haciendo mal las cosas, aguantó con la tarjeta verde en la mano, y vio cómo el Recoletas reaccionó con violencia a ese ‘menos tres’, y endosaba a su oponente un parcial de 0-5 en menos de cuatro minutos, llevando su ataque hacia el lado izquierdo, donde Miguel Camino encontraba las vías de penetración.
UN FUERTE PARCIAL EN CONTRA
El encuentro se estabilizó entonces en una renta de dos goles para los ‘gladiadores azules’, que con sus rápidos ataques tras saque de centro desarbolaban a la defensa navera. Las intervenciones de Luis de Vega sumaban para el Balonmano Nava, que se empezó a atascar en la ofensiva, sumando algunas pérdidas de posesión que, a pesar de los aciertos del portero leonés, no terminaban con buenas noticias para los de casa.

Sin embargo, el Recoletas no logró dar continuidad a su buen momento y sus los errores en los siete metros, con tres lanzamientos fallados, dieron vida al Viveros Herol. El equipo, con Gedeón, Isaías y Bonanno cerrando el centro, comenzó a poner en complicaciones el ataque de su oponente, que no sólo no lograba conectar con Álvaro Martínez Camí en el pivote, sino que tampoco conseguía elevarse desde los nueve metros, y solamente dando continuidad y llevando la bola hasta los extremos conseguía producir con algo de regularidad en su ataque.
Sasha Tioumentsev, que hasta la fecha estaba pasando algo desapercibido en el Balonmano Nava, se rehízo de manera espectacular de unos primeros minutos en la pista algo erráticos, y tomando buenas decisiones fue guiando al equipo hasta la remontada, pasando del 12-14 al 18-16 con un último gol de Luisfe Jiménez a pocos segundos para el descanso tras un segundo tiempo muerto del Recoletas buscando un gol del empate que no llegó.
BUEN INICIO TRAS EL DESCANSO
Tras el paso por los vestuarios, volvió el Balonmano Nava a elevar las diferencias, aprovechando la exclusión de Lucas Ferreira para marcar un 2-0 de parcial, mientras que el Atlético Valladolid se apoyaba en las acciones de Dimitrievski para sujetarse en un electrónico que durante un buen número de minutos registró diferencias de dos y tres goles a favor del equipo local, con los dos conjuntos alternando aciertos y errores, más lento en sus ataques el Balonmano Nava, más veloz sobre todo tras el saque de centro la ofensiva del conjunto visitante.
Un oportuno tiempo de David Pisonero, que ordenó el cambio de defensa a 5:1 aprovechando la inferioridad local por la exclusión de Nico Bonanno metió al Recoletas en el partido con un parcial de 0-3 que igualó el encuentro de 26 goles y sumió en un mar de dudas a la afición segoviana, que veía cómo su equipo se atascaba demasiado durante varios ataques consecutivos en los que la sola presencia de Miguel Camino unos metros por delante de una defensa que también elevaba la altura de sus laterales, le ponía en demasiadas complicaciones.
Las individualidades fueron salvando al Nava en los peores momentos de la segunda parte, con el Valladolid dominando desde la defensa

La suerte para el Viveros Herol fue que el Recoletas no consiguió culminar su remontada, y que en los momentos de mayores dudas en la pista surgió la figura de Sasha Tioumentsev en el cuadro navero, con acciones de uno para uno en la posición de central que desarbolaron la defensa vallisoletana y permitieron respirar en el partido al Balonmano Nava incluso cuando una doble inferioridad amenazaba su iniciativa en el marcador.
DE VEGA ECHA EL CIERRE
Porque el Recoletas gozó de varios minutos en superioridad numérica, incluso algunos compases con dos jugadores más sobre la cancha, pero no logró aprovechar esos momentos sobre todo porque en defensa no fue todo lo expeditivo que su técnico hubiera deseado (quizá influenciado por la segunda exclusión para Lucas Ferreira faltando más de veinte minutos para el final, y con el Balonmano Nava marcando en la práctica totalidad de sus ataques, se vio demasiado presionado en los momentos finales del partido, por más que el ex-navero Nicolo D’Antino pusiera mucho de su parte para que los visitantes no se marcharan del encuentro, anotando desde los siete metros todo lo que sus compañeros habían errado durante el primer período.
El 36-32 de Mario Nevado, desde doce metros y al límite del pasivo, supuso la sentencia del encuentro para el Recoletas Valladolid
Dos paradas consecutivas de Luis de Vega con 33-31 a menos de seis minutos para el final significaron el principio del fin para el Atlético Valladolid, y el comienzo de una eufórica recta final de partido para el Balonmano Nava. Borja Méndez siguió la estela de Tioumentsev en el central, y encontró el apoyo del ‘hombre silencioso’ que es Mario Nevado, que con un gol desde doce metros con el equipo al límite de pasivo, elevó a cuatro goles la ventaja del Balonmano Nava, y firmó la sentencia de muerte de un Recoletas que ya no tuvo fuerzas para más, y al que su bajada de brazos final le llevó a encajar un 6-2 de parcial que elevó el 38-33 que reflejó el marcador al final del partido, una diferencia sin duda demasiado elevada para lo que había sido el encuentro durante cincuenta y cinco minutos. Pero los partidos duran sesenta, y en ese cómputo global el Viveros Herol Nava hizo mejor las cosas que su oponente. La primera victoria ya ha llegado, y entrando ella por la puerta, la presión por conseguirla ha salido por la ventana. Con razón la plantilla celebró el triunfo por todo lo alto. Y el pueblo, también.

