A las tres y media de la tarde de hoy, una hora en la que suele haber bastantes más ganas de siesta que de fútbol, la Gimnástica Segoviana saltará al campo de O Couto para medirse al Ourense CF en el encuentro correspondiente a la cuarta jornada de Liga en el Grupo 1 de la Primera RFEF, en el que será el tercer desplazamiento del conjunto gimnástico en un arranque de competición ciertamente exigente para un recién ascendido aunque, como bien señaló el central David López en la previa del encuentro, “al inicio de la segunda vuelta tendremos tres partidos de cuatro en La Albuera”. Vaso medio vacío, vaso medio lleno.
La derrota en Lasesarre frente al Barakaldo, a la que el conjunto gimnástico no puso un solo ‘pero’, ha puesto a la Segoviana en una tesitura clasificatoria que sigue siendo buena pese a que un buen número de equipos ya se han situado por delante en la tabla. Pero, como siempre habrá quien esté un poco peor, el rival de hoy es el colista de la clasificación, que ha sumado un punto en tres jornadas y que el pasado fin de semana perdió con claridad ante el Barça B en un encuentro que quedó decidido en el tramo final de la primera parte con los tres goles que logró el filial blaugrana antes del descanso.
SILVA ENTRA
Pero Ramsés ya puso en evidencia el peligro de un equipo que, al igual que la Segoviana, ascendió de manera directa al lograr el título de liga en el grupo 1 de la Segunda RFEF, y que ha dejado buenas sensaciones en los tres encuentros que ha disputado hasta la fecha. Pero la falta de contundencia en el área contraria ha dejado a los de Rubén Domínguez sin estrenar todavía su casillero de victorias.
En el seno del equipo azulgrana la tranquilidad es absoluta. La plantilla ha venido preparando el encuentro con algunas dudas en la convocatoria porque a pesar de que Silva ya se ha restablecido de su lesión no se quiere acelerar su presencia en el equipo, mientras que las ausencias de Fer Llorente en el centro del campo, y de Diego Gómez en la punta del ataque siempre son de las que se notan. El plan de partido pasa por quitarle el balón a un rival que gusta de tener la posesión del esférico, y a partir de ello comenzar a crecer, y sobre todo a ser contundente de cara al marco contrario, porque ya se sabe que el marcador a favor es el mejor compañero de viaje y más ante un oponente que puede empezar a acusar el hecho de no haber ganado todavía.
