La gestión económica de un monumento como la catedral se basa casi principalmente en el número de visitantes que pagan su entrada para visitar las distintas dependencias de la seo segoviana. Conforme a los datos facilitados por el cabildo, las 251.245 personas que entraron en la catedral para su visita en 2014 dejaron en las arcas del cabildo un total de 701.412 euros, cantidad exenta del pago del IVA al ser considerada actividad de interés cultural. Pese a que el número de entradas vendidas creció un 7,5 por ciento el pasado año debido al repunte del turismo tras la crisis, los ingresos por este capítulo no consiguieron evitar el déficit registrado en el balance económico de la gestión del cabildo, que cerró el ejercicio de 2014 con un déficit de 292.532,26 euros.
Los ingresos totales de la catedral el pasado año alcanzaron los 841.707 euros, procedentes en su mayoría del cobro de las entradas y de ayudas y donativos entregados al cabildo, de las que cerca del 80 por ciento fueron destinados a reparaciones y conservación, mientras que el 20 por ciento restante fue destinado al pago de las remuneraciones del personal del templo. A los gastos que genera la actividad del templo hay que añadir capítulos tan importantes como los suministros de energía, por los que el cabildo tuvo que pagar en 2014 una factura de 20.564 euros o la mejora de seguridad de las numerosas obras y bienes artísticos repartidos a lo largo de los 7.400 metros cuadrados de superficie, donde la inversión superó los 16.800 euros. No hay que olvidar que el cabildo dedica también una parte de su presupuesto a la ayuda a organizaciones como Cáritas, Manos Unidas o Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Las vías de financiación de la catedral son principalmente los ingresos obtenidos por la Administración central y la Junta de Castilla y León a través de los distintos programas en materia cultural y patrimonial, así como los ingresos obtenidos por las entradas y donativos.
Sobre este aspecto, Ángel García Rivilla destacó la colaboración de la empresa privada segoviana en proyectos de mecenazgo puntuales, aunque precisó que el verdadero valor está en el «pequeño mecenazgo» de los visitantes que a través del pago de su entrada se convierten en «pequeños mecenas que contribuyen a salvaguardar una herencia de incalculable riqueza».
