El parque residencial de Castilla y León envejece, pero lo hace, en general, en buena forma. De hecho, tres de cada cuatro inmuebles de grandes municipios supera la Inspección Técnica de Edificios (ITE) al cumplir los 40 años y sólo un cuarto suspende este examen. No obstante, sólo la mitad cumple con la obligación de pasar la ‘ITV’ en la Comunidad, con Ávila y Salamanca con los porcentajes más altos y Zamora y Segovia, a la cola.
Esta es la imagen que reflejan los datos, al cierre de julio, del Instituto de la Construcción de Castilla y León y que recopila la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, en un territorio en el que más de 190.000 edificios han superado las cuatro décadas. De ellos, el 35 por ciento, aproximadamente, debe someterse a la inspección, es decir, un total de 67.179 inmuebles.
Sin embargo, sólo 36.554 edificios con más de 40 años había cumplido con la obligación de pasar la inspección en el ecuador del año, lo que arroja una media del 54 por ciento. De ellos, 27.673 lograron el aprobado y, por tanto, un ‘favorable’ en la inspección. Por tanto, el 76 por ciento superó esta revisión, mientras el 24 por ciento restante, 5.733, no consiguieron el ‘ok’ y tendrán que realizar mejoras y corregir deficiencias para obtener el certificado.
En la provincia segoviana solo el 19 por ciento de los edificios que superan las cuatro décadas de antigüedad, habían sido inspeccionados al cierre del mes de julio. En concreto, se realizaron en Segovia, 379 auditorías de edificios, que terminaron en sentido positivo para 259 y en negativo para únicamente 28.
Unicamente Zamora, con un once por ciento, obtiene un porcentaje menor. Al otro extremo se encuentran Ávila y Salamanca, que presentaron un mayor grado de cumplimiento de esta obligación, la primera con un 83 por ciento de inspecciones hechas y la segunda con un 78 por ciento. Ambas superan ampliamente la media autonómica que se encuentra situada en el 54 por ciento.
En qué consiste
La persona encargada analiza el estado de conservación del edificio, detallando las deficiencias y los desperfectos observados e indicando si reúne condiciones de seguridad, con especial atención a los elementos vinculados directamente a la estabilidad, consolidación estructural, estanqueidad y, en general, a la seguridad del edificio y de las personas.
A su vez, el técnico valora la seguridad estructural, de forma que no se produzcan daños que tengan su origen o afecten a la cimentación, los soportes, las vigas, los forjados, los muros de carga u otros elementos estructurales, y que comprometan la resistencia mecánica y la estabilidad del edificio.
También se inspecciona la seguridad en caso de incendio y la seguridad de utilización, para que el uso normal del edificio no suponga riesgo de accidente. Aquí se incluye la certificación de la eficiencia energética de los edificios y si cuenta con los servicios mínimos exigibles y se destina al uso previsto.
En caso de que la inspección no sea favorable, el técnico indicará las obras, trabajos de conservación y demás medidas que sean precisas para mantener o reponer las condiciones exigibles, incluyendo un calendario de plazos para su ejecución.
