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Viva Venezuela

por Ángel Gracia Ruiz
23 de agosto de 2024
en Tribuna
ANGEL GRACIA
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Las tres hayas

Competencia económica desleal

¿Está maduro Maduro?

Ya decía Einstein que en esta vida se diferencian dos tipos de personas: aquellos que no creen en los milagros y quienes creen que la vida es un milagro. Y es que la vida puede ser un valle de lágrimas o un bosque plagado de bendiciones. Las lágrimas o las bendiciones no dependen de la vida, sino de las mentes de las personas que viven esa vida.

El caso es que la vida me ha regalado la bendición de tener muchos y buenos amigos/as venezolanos. Todos ellos, en el exilio. En edades comprendidas entre los cuarenta y los cincuenta y tantos. La mayoría, residentes en Houston (USA) y algunos en España. La vida les hizo salir por patas de su país al poco tiempo de la llegada al poder de un tal Hugo Rafael Chávez Frías en 1999. Un militar que apuntaba maneras. Fundó el clandestino Movimiento Bolivariano Revolucionario. Quiso conquistar el poder mediante un golpe de estado en 1992, fallando en su intento. Fue amnistiado por el entonces Presidente, Rafael Caldera y accedió al poder mediante cuentos, farsas y mentiras como Presidente de su partid, Movimiento Quinta República. Luego cambió el nombre por Partido Socialista Unido de Venezuela. Y es que, a cierto tipo de individuos, jamás se les debe amnistiar, ni se les puede regalar el Consejo General del Poder Judicial, porque son como son y luego pasa lo que pasa.

Modificó la Constitución. Impuso las reformas de la Revolución Bolivariana. Nacionalizó las industrias estratégicas. Fue instaurándose a su alrededor una red de corrupción íntimamente relacionada con su persona. Nombró a dedo a sus colaboradores. Se inflaron a ganar dinero; tanto, que aseguraban la riqueza para ellos, sus hijos, sus nietos y sus biznietos. Vaciaron las arcas del estado. En 2010, la economía de uno de los países más bellos y ricos del mundo, comenzó a tambalearse y la pobreza se adueñó de las calles; de las clases trabajadoras primero y de la clase media más tarde. Fue entonces cuando mis amigos/as, con sus carreras recién terminadas, veían cómo sus familias, de clase media, comenzaron a pasar hambre y cómo su salida profesional resultaba inviable en su amada Venezuela.

Un ex ministro de aquel gobierno corrupto, Nicolás Maduro Moros, pasó a ocupar el cargo de Vicepresidente durante el cáncer de su jefe. A la muerte de éste, el Tribunal Supremo de Justica, Órgano corrompido y conquistado previamente por Chávez, le declaró “Presidente Encargado” de la nación, cuando dicho puesto estaba constitucionalmente reservado para al Presidente de la asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

Elecciones Generales en 2013, convocadas de urgencia y sin garantías ni posibilidad de oposición. Comenzó a legislar a golpe de decretazo. Victoria de la oposición en las parlamentarias de 2015, que se pasó por la entrepierna, con el fundamento de la concentración del poder en su persona. Conquista del Tribunal Supremo, del Poder Electoral y de la Fuerzas Armadas. Ruptura de la separación de poderes. Convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que creó unas condiciones electorales irregulares. Creación de un sistema de recuento de votos digitalizado, por parte de una empresa corrompida. Convocatoria prematura de elecciones en 2018 tras haber metido en la cárcel a los líderes de la oposición. Y finalmente, unas elecciones presidenciales perdidas por goleada en 2024, con las actas que acreditan su demoledora derrota, secuestradas en su palacio

Gracias a mis amigos, cuento con información de primera mano de lo que está ocurriendo en este momento en Venezuela. Una de ellas, es íntima amiga de Corina Machado. Hace unos días me envió una fotografía abrazada, llorando con la amiga de la infancia, tomada en un viaje reciente a Venezuela. Desde las fraudulentas elecciones recientes, el dictador ha creado campos de reeducación para presos políticos. Ha arrestado a más de tres mil personas. Ha asesinado a más de treinta personas. Ha creado un sistema en línea  para que los ciudadanos sumisos informen de los movimientos de sus vecinos a la policía. Ha instalado puntos de control policiales donde revisan tu teléfono y tu actividad en las redes sociales. Ha ordenado la captura de los principales líderes de la oposición. No ha publicado ningún dato electoral que acredite su victoria. Ha roto relaciones diplomáticas con nueve países latinoamericanos que exigían democracia. Ha despedido a numerosos empleados gubernamentales sospechosos de votar a la oposición. Ha anulado los pasaportes de activistas venezolanos sospechosos de luchar por la libertad.

El caso es que, toda esta basura atufa cuando se observa con atención la línea por la que están transitando ciertos acontecimientos por aquí. El gobierno español, a día de hoy, no ha emitido comunicado alguno de condena. Simplemente, se ha sumado lacónicamente y sin hacer mucho ruido, a una petición colectiva para que el dictador enseñe las actas, pero condena, lo que es comunicado de condena, ninguna.

Un ex presidente de gobierno, que en vez de ir de observador parece que ha ido a aprender estas artes, se encuentra de cháchara estos días con nuestro flamante “falconero” ocupante de los palacios que pertenecen a nuestro patrimonio nacional, hablando de nada bueno.

Me decían mis amigos venezolanos: “No sabemos lo que ha pasado. Pensábamos que esto jamás podría ocurrir aquí, con la ley y la democracia instauradas”.

Me dicen mis amigos de aquí: “Eres un derrotista. Venezuela es Venezuela y España es España. Aquí tenemos a Europa y eso jamás podría ocurrir”.

A Europa le importamos un pimiento más allá de nuestra sumisión al cumplimiento de sus intereses “agenderos”. Así de claro lo ha dejado con esa amnistía que, decían, no iban a tolerar. El caso es que ni ONU, ni OEA, ni pimientos colorados, hacen ni van a hacer nada más que hablar, hablar y gastar dinero. Al fin y al cabo, los que configuran el espacio en el que se desarrolla su vida, son los propios venezolanos, que se la están jugando en las calles. Y al final, quien tiene que defenderse es uno, porque no existen más salvadores más allá de nosotros mismos.

La vida es un milagro. Ayudémosla a que siga siéndolo.

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Edición digital del periódico decano de la prensa de Segovia, fundado en 1901 por Rufino Cano de Rueda

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