Profundo conocer de las tradiciones y costumbres de Segovia, el escritor Ignacio Sanz destacará en su pregón de mañana el fuerte arraigo que la fiesta de Santa Águeda tiene. Aunque han cambiado las circunstancias sociales, la celebración mantiene su esencia como forma de reclamar el papel de la mujer y denunciar la discriminación que todavía sufre el sexo femenino en muchos ámbitos.
El autor de numerosos libros de viajes, narrativa y literatura infantil y juvenil, recuerda que la fiesta tuvo otras connotaciones en otro tiempo, y ha experimentado, como otras celebraciones, una evolución. Con un origen cristiano “en recuerdo de una santa que fue martirizada, hoy se caracteriza por reivindicar la condición femenina”. En este sentido el pregonero se referirá a manifestaciones que algunas mujeres ya hacían hace siglos, como Santa Teresa de Jesús o Sor Juana Inés de la Cruz, que se caracterizaron por su espíritu combativo.
Pero no olvida Ignacio Sanz a la mujer cotidiana “sin aureola pública, que es la que levanta el país desde el anonimato, como madres o abuelas, que siguen ahí, y sin las que el hombre sería un Adán”, bromea. Pero matiza, “que no un pelele”. En este idea, Ignacio Sanz mantiene cierto sentido crítico sobre algunos detalles que mantiene la fiesta, como la quema del pelele, acto que identifica con algo más propio de los años 50 ó 60, precisamente cuando surgió esta tradición”. Así, dijo que es preciso también “ser respetuoso con el hombre”, sin dejar por ello de reclamar el papel que con justicia le corresponde la mujer.
Sobre la fuerte acogida que tiene la fiesta en la sociedad, Ignacio Sanz la atribuye a que la celebración “era una forma de que las mujeres casadas tuvieran protagonismo un día, y en el que pueden sacar a relucir sus trajes, algo que ha tenido siempre mucha relevancia entre ellas, y porque recuerda la labor de madres que desde el punto de vista religioso representa porque Santa Águeda es la patrona de amamantadoras”.
