El presidente estadounidense, Barack Obama, ha expresado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la voluntad de Estados Unidos de facilitar un cese de las hostilidades, incluida la vuelta al acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2012 entre Israel y Hamás, según ha informado la Casa Blanca.
«Estados Unidos sigue preparado para facilitar el cese de las hostilidades, incluyendo el retorno al acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2012», ha indicado la Casa Blanca en un comunicado sobre la llamada telefónica entre ambos líderes.
Asimismo, Obama ha reiterado su condena al disparo de proyectiles contra territorio israelí por parte del brazo armado del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y ha respaldado el derecho de Israel a defenderse de los ataques.
Por su parte, el secretario de Estado, John Kerry, ha hablado con su homólogo egipcio, Sameh Chukri, en un intento para conseguir que El Cairo use su influencia para calmar la situación.
«Parte del esfuerzo del secretario (Kerry) ha sido ponerse en contacto con los países de la región, incluidos Qatar y Egipto. Cualquier país de la región que pueda jugar un papel para poner fin al disparo de cohetes de Hamás tendrá nuestro respaldo», ha detallado.
El Gobierno de Estados Unidos se niega a negociar directamente con Hamás, organización a la que Israel y el propio Estados Unidos consideran como una organización terrorista. Egipto jugó un papel crucial al mediar en el alto el fuego alcanzado en 2012.
La ofensiva israelí ha llegado tras semanas de tensiones catalizadas por el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en los alrededores de Hebrón. Durante los días siguientes las fuerzas de seguridad de Israel lanzaron una operación de búsqueda en la que murieron nueve civiles palestinos en Cisjordania, así como varios más en intercambios de disparos en la Franja de Gaza.
La situación se deterioró después de que un adolescente palestino fuera secuestrado y quemado vivo por un grupo de israelíes que presuntamente actuaron en venganza por el suceso previo. Al menos tres de los seis detenidos han confesado haber participado en el asesinato.
Finalmente, el martes se inició la operación ‘Margen Protector’ contra Hamás, al que Israel acusa de estar detrás de la muerte de los tres jóvenes israelíes, si bien la formación lo ha negado y Tel Aviv no ha aportado pruebas que respalden sus acusaciones. La autoría del suceso fue reclamada por el brazo armado de Al Fatá, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.
Desde el inicio de la ofensiva han muerto 89 palestinos (la mayoría de ellos civiles y entre ellos catorce niños) y otros 630 han resultado heridos. La agencia palestina Maan tiene publicado en su web un listado con un total de 81 personas que presuntamente han fallecido en los bombardeos: 23 el martes, 38 el miércoles y 19 el jueves, si bien esta cifra podría estar incompleta.
Por otra parte, las decenas de cohetes disparados desde la Franja de Gaza hacia el territorio israelí han dejado, según los datos del Magen David Adom (equivalente israelí de la Cruz Roja) un herido grave y dos heridos de carácter leve a moderado, así como 19 de carácter leve. Otras 101 personas han tenido que ser atendidas en estado de shock.
