Las dilaciones producidas en los últimos años en los juzgados segovianos permitieron reducir de forma destacada las penas solicitadas para los tres acusados de un delito de blanqueo de capitales que se juzgaba ayer.
El Ministerio Fiscal pedía en sus conclusiones provisionales penas de cuatro años de prisión para cada uno, además del pago de importantes cantidades de dinero. Dos de los tres acusados ya fueron condenados anteriormente, en 2007, por la Audiencia Provincial por un delito contra la salud pública por tráfico de estupefacientes. Ahora se juzgaba la posibilidad de que el dinero obtenido de aquella actividad ilícita lo intentaran introducir en el sistema financiero legal para dar la apariencia de licitud. A los tres acusados se les reconoció ayer la atenuante por retraso en la tramitación del procedimiento penal, que fue estimada por el Tribunal, en el que participaba como ponente el presidente de la Audiencia, Ignacio Pando Echevarría.
La vista oral tuvo un carácter didáctico, con numeroso público integrado por estudiantes universitarios de Derecho, y para los que el presidente de la Audiencia tuvo un detalle especial explicándoles los antecedentes del caso. En la sala estuvieron dos de los acusados. El tercero, padre de uno de ellos, intervino por videoconferencia debido a su delicado estado de salud.
Dos de los acusados (padre e hijo) alcanzaron un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal y así no tuvieron que ser juzgados ayer. Cuando finalice la vista, a los dos de ellos se les aplicará como pena un año de prisión y una multa de 100.000 euros, para cada uno.
Por el contrario, el tercer acusado, J.A.D.B., mantuvo su inocencia y por ello fue sometido a un interrogatorio por todas las partes. Él negó en todo momento haber intentado blanquear el dinero que ingresaba en las distintas cuentas bancarias que tenía, tanto con sus padres como con sus parejas. Y señaló que muchas veces le era difícil justificar el origen del dinero que recibía, al proceder de horas extraordinarias y por las propinas que recibía durante su empleado en un establecimiento de hostelería de la capital. También señaló que nunca había traficado con drogas a pesar de haber sido condenado por tal delito, ya que le habían utilizado como ‘mula’, dijo. Para él se piden dos año y medio de prisión.
La vista oral continúa hoy, aunque con muchos menos testigos de los previstos en un primer momento, en que estaban notificadas 26 personas, además de tres peritos.