A lo largo de los meses de julio, agosto y septiembre, ciudades y pueblos celebran sus fiestas patronales. Incluso en aquellas localidades en que sus días grandes no coinciden con la época estival, se busca cualquier excusa para sacar a la gente a la calle vistiéndolo de maratón musical, parrillada popular o torneo veraniego de fútbol. La premisa es disfrutar del verano y las vacaciones al máximo. Sin embargo, en muchas de estas actividades hay un elemento invitado que se suele convertir en la estrella de la fiesta: el alcohol.
La ONG Controla Club advirtió ayer de que durante este verano uno de cada tres jóvenes de 14 años se expondrá a su primer consumo de alcohol, lo que supone unos 150.000 adolescentes de toda España.
La única buena noticia, dentro de la preocupación que genera este asunto, es que la edad media para comenzar a beber se ha retrasado a los 14,3 años frente a los 13,8 del año anterior.
Otro de los resultados más significativos de la encuesta sociológica, que se ha realizado a 5.745 jóvenes de entre 13 y 30 años, es que los roles de chicos y chicas se igualan, y ambos consumen bebidas alcohólicas por primera vez a la misma edad.
El presidente de la entidad, Vicente Pizcueta, facilitó estos datos durante la presentación de la campaña El alcohol puede esperar, un programa didáctico para advertir a los menores de los riesgos que conlleva la bebida.
La iniciativa, que se extenderá durante un año, contará con actuaciones a través de redes sociales y mensajes preventivos en medios de comunicación, así como acciones de concienciación directa en zonas de ocio y centros comerciales y educativos a partir del inicio del próximo curso escolar.
El dirigente de Controla Club aseveró que esta es la primera campaña de concienciación dedicada específicamente al primer consumo de alcohol y «también la primera de este tipo que se realiza en el ámbito nacional».
Respecto al retraso en la edad a la que los jóvenes comienzan a beber, Pizcueta subrayó que «es una buena noticia» pero advirtió de que el dato «no es para confiarse porque los cambios se producen cada año, y podría variar en el siguiente».
Asimismo, el máximo responsable de la organización lamentó la accesibilidad que tienen los menores al alcohol. Según los datos que maneja Controla Club, el 33 por ciento de los jóvenes tiene su primer contacto con la bebida en las zonas de botellón, el 24,7 por ciento en las casas particulares y el 23,5 por ciento en locales de ocio.
El líder de la ONG anunció que otro de los objetivos de esta campaña es destacar la importancia que tiene ofrecer a los adolescentes otras actividades para que puedan realizar en su tiempo libre. Pizcueta lamentó que exista impunidad con los botellones masivos, y abogó por plantear «soluciones imaginativas» para la que los menores disfruten de las fiestas veraniegas sin alcohol.
El presidente de la entidad también valoró el aumento en la percepción de los posibles riesgos del consumo de alcohol, que se refleja especialmente en las chicas, y que tiene como consecuencia la consolidación del conductor no bebedor como una figura cada vez más habitual en los grupos de jóvenes de entre 20 y 25 años.
