Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE no lograron ayer un acuerdo sobre los objetivos de la nueva estrategia de reformas económicas de Bruselas para los próximos 10 años, una de las prioridades de la Presidencia española. Los Veintisiete aparcaron al mes de junio la definición de dos de los cinco indicadores propuestos por la Comisión: el referido a la mejora de la educación y el de la reducción de la pobreza. Y aprobaron únicamente los objetivos de empleo, energía e I+D.
El nuevo plan económico, que debe sustituir a la fallida estrategia de Lisboa, busca recuperar un crecimiento anual del 2 por ciento del PIB tras el desplome provocado por la crisis, que ha reducido el potencial a menos del 1 por ciento. Y también pretende mejorar la coordinación de políticas económicas.
Pese a la falta de acuerdo sobre los indicadores y la ausencia de sanciones para garantizar su cumplimiento, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que estas conclusiones suponen un «salto transcendental en la coordinación, la unión para una política económica coordinada, la unión para una dirección económica común de los 27».
El objetivo más novedoso que había propuesto la Comisión, y el que más oposición generó era reducir de aquí a 2020 el número de personas que viven en la UE por debajo del umbral de la pobreza en 20 millones, un 25 por ciento del total actual. Los 27 no respaldaron esta propuesta y reclamaron «seguir trabajando sobre el indicador apropiado» para promover la integración social y volver a estudiar la cuestión en junio.
La otra meta propuesta por Bruselas que no logró la adhesión necesaria es el referido a la educación. La Comisión pedía reducir la tasa de abandono escolar del 15 por ciento de media actual (en España es el doble) a menos del 10 por ciento en una década, y en aumentar la cuota de población entre 30 y 34 años que ha completado la educación terciaria (tanto la universitaria como la no universitaria) del 31 al 40 por ciento. La presión de Alemania abortó el intento. Alegó que debe discutirlo con sus estados federados.
Los líderes europeos sí respaldaron los otros tres objetivos prioritarios abanderados por Bruselas. En primer lugar aumentar la tasa de empleo de la población entre 20 y 64 años del actual 69 por ciento al 75 por ciento en 2020. En segundo lugar, incrementar el nivel de inversión en I+D hasta el 3 por ciento del PIB en 10 años, una meta que ya figuraba en la estrategia de Lisboa y que no se ha logrado.
Finalmente, confirmaron las medidas contra el cambio climático: reducción de las emisiones, del ahorro energético y de la cuota de renovables en un 20 por ciento.
